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Berenguer, que marcó el 0-4 antes del descanso, disputa un balón en el último Elche-Athletic disputado hace tres años. Manuel Lorenzo

Elche, un viejo destino complicado

Desde su primera visita en 1960, el Athletic sólo ha ganado 5 veces en los 26 partidos que ha jugado en casa del equipo ilicitano

Miércoles, 15 de octubre 2025, 00:34

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El Athletic vuelve el domingo a Elche, un destino que todavía se antoja antiguo. Lo cierto es que nos remite a viejos tiempos, a las décadas de los sesenta y setenta. Fue entonces cuando los rojiblancos comenzaron a enfrentarse al equipo ilicitano, que ascendió por primera vez a Primera en la temporada 1958-59. El debut de los leones en el viejo Altabix, que en 1976 fue sustituido por el actual Martínez Valero, se produjo el 20 de marzo de 1960. La expectación era enorme y el llenazo del campo fue absoluto. Por entonces, el tirón del Athletic era espectacular y más en ciudades sedientas de fútbol de la máxima categoría como era Elche.

Los pupilos de Martim Francisco firmaron un gran partido, pese a lo cual tardaron mucho en imponerse a los locales, muy firmes en todos los aspectos del juego. Un gol de Urquijo en el minuto 78 dictó sentencia. En su crónica telefónica especial para EL CORREO, el periodista Curro Bolea explicó lo ocurrido a su manera, con una analogía que podría retratarle como un buen aficionado al 'dry martini'. «El Atlético de Bilbao ha sido siempre plato fuerte para cualquier fiesta deportiva. Mejor dicho, para que la fiesta resulte completa hay que hacer lo siguiente. Tómese una coctelera, mézclense dos cucharadas de Carmelo, una y media de Garay, una cucharadita de Mauri y otra de Maguregui.Hecho todo esto, mézclese bien, póngase en movimiento y verán lo que pasa. Pues sucede sencillamente que hemos creado una máquina perfecta de hacer fútbol, y como la bebida es fuerte por su excesiva dosis, forzosamente se sube a la cabeza de quien la toma. Y eso es lo que al Elche le pasó el domingo. Era excesiva la dosis y no pudo digerirla, aunque fuera tan valiente que estuviera alternando, de tú a tú toda la tarde, hasta apurar todo el vaso».

Esta valentía alcohólica de los ilicitanos no se limitó a aquel día del debut. Todo lo contrario. Se convirtió en una constante. Hasta el punto de que las visitas al campo del barrio de Altabix, junto a la lonja de frutas y verduras de Elche, comenzaron a convertirse en un serio incordio para el Athletic. Los jugadores rojiblancos de aquella época tienen todos un recuerdo muy nítido de tardes de sol, césped seco, bullicio mediterráneo en las gradas y partidos apretados que solían acabar mal. De hecho, ya en su segunda visita, al año siguiente, no pudieron ni rechistar y encajaron un 4-1 de tomo y lomo.

Comenzaron así dos décadas con unos resultados que, pese a las limitaciones del Athletic como visitante en aquella época, no se correspondían con los que podían considerarse lógicos ante un equipo modesto para el que ya era una heroicidad acabar la Liga en mitad de la tabla: 7 derrotas, 7 empates y 2 únicas victorias en las campañas 1963-64 (1-2) y 1969-70 (0-1). En su gran mayoría, fueron partidos ajustadísimos, sin aire. Un dato revelador: en los nueve enfrentamientos que se registraron entre 1965 y 1975 todo fueron victorias por uno a cero (tres del Elche y una del Athletic), empates a cero (hubo dos) o empates a uno (se dieron tres). En todo ese tiempo el Elche sólo marcó seis goles y el Athletic, cuatro.

El cambio

A partir de los ochenta, la historia cambió. El equipo franjiverde descendió en la temporada 1977-78 -el nuevo estadio con capacidad para 33.000 espectadores no le sirvió de fortín-, y tardó siete años en recuperar la categoría. A su regreso, el Athletic volvió a tropezar en la misma piedra. No importó que fuera el vigente campeón y el Elche un recién ascendido que acabaría bajando de nuevo esa misma temporada. Se repitió la victoria local (1-0), como volvería a repetirse en el curso 1988-89, el último antes del descenso a los infiernos del Elche hasta 2013. Que fuera el colista destacado no le impidió ganarle por 2-0 al Athletic de Howard Kendall.

Llegamos así al siglo XXI. Desde la campaña 2013-14 a la actual, el Athletic ha completado seis visitas al Martínez Valero. La primera de ellas, el 25 de marzo de 2014, terminó 0-0 tras noventa minutos de un ventarrón que embarulló el juego hasta convertirlo en un batiburrillo. Dio la impresión de que la historia volvía repetirse en los Elche-Athletic, pero no. Sucedió justo al revés. Al año siguiente los rojiblancos remontaron el 2-0 con el que llegaron al descanso con tres goles de Aketxe, San José e Iñaki Williams en los once últimos minutos. De repente, todo se hizo más abierto y emocionante en estos duelos; emocionante hasta un punto taquicárdico como en la eliminatoria de Copa que el equipo de Gaizka Garitano superó de forma agónica en una tanda de penaltis en la que llegó a ir dos goles abajo. La última visita, hace tres años, fue una exhibición ofensiva de los rojiblancos (1-4 final, con 0-4 al descanso) ante un Elche cuya desastrosa defensa ya le estaba condenando entonces –y eso que era sólo la quinta jornada– a un descenso fulminante. Ahora toca volver y desde luego, el partido ante el Elche de Eder Sarabia promete.

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