El ejemplo del otoño triunfal del Athletic de 2024
Nada le vendría mejor al Athletic que un despegue tras el parón de octubre parecido al de la pasada temporada
En cada parón de Liga es inevitable preguntarse cómo afectará al equipo el descanso competitivo. Las opiniones suelen ser dispares, pero hay lugares comunes impuestos ... por la lógica. Si un equipo está muy bien y todo parece rodar a su favor, la interrupción siempre es vista con disgusto. A nadie le agrada que se detenga la música cuando más disfruta bailando. El caso contrario ya no está tan claro. Si un equipo está mal, el parón puede parecer un alivio, una buena oportunidad para respirar hondo, reflexionar en grupo e intentar arreglar las cosas. Ahora bien, también puede parecer un incordio. Esas dos semanas se pueden hacer muy largas y generar la ansiedad que provocan siempre las heridas abiertas.
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Bien mirado, quizá lo mejor sea llegar al parón como ha llegado a este último el Athletic de Valverde; es decir, ganando el último partido pero siendo consciente de que el descanso le viene fenomenal tanto para reforzar las costuras del equipo como para elevar la forma de algunos jugadores, dar descanso a otros y recuperar a varios lesionados. Por ejemplo, a Sancet, Berenguer y los hermanos Williams, ni más ni menos que los futbolistas más importantes y diferenciales de su frente de ataque. No es probable que todos estén dispuestos para jugar contra el Elche, pero si no hay contratiempos podrían estarlo ante el Qarabaj el próximo miércoles 22, un partido decisivo para que los rojiblancos mantengan vivas sus esperanzas en la Champions.
Habrá que ver cómo le afecta al Athletic esta 'ventana' de octubre, la penúltima prevista en el calendario de 2025. Lo que sí se puede afirmar con rotundidad es que si le afecta de un modo tan positivo, beneficioso y favorecedor como el de la pasada temporada, podemos ir sacando el champán. De hecho, seguro que Valverde se conformaría con menos. Y es que lo ocurrido entre octubre, noviembre y diciembre de 2024 fue algo extraordinario. Ni más ni menos que diez victorias y cuatro empates en catorce partidos entre Liga y Europa League.
La racha, una de las mejores del Athletic en toda su historia, comenzó el 19 de octubre con un 4-1 inapelable al Espanyol en San Mamés. Para el minuto 55, los rojiblancos ya iban 4-0 con goles de Vivián, que abrió el marcador en el minuto 6, dos de Iñaki Williams y otro de Berenguer. La tropa de Valverde, que en el anterior encuentro antes del parón había perdido en Montilivi en el descuento y tras fallar tres penaltis, hizo una demostración de autoridad. Cinco días después, tendría que hacer otra, pero en este caso de piel dura y resistencia para ganar a un hueso como el Slavia Praga, que por cierto será rival también este año en la Champions.
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Otro escenario
El Athletic estaba fuerte. El calendario, sin embargo, se iba apretando cada vez más. Los leones no pudieron pasar del empate ante el Mallorca en Son Moix ni tampoco frente al Betis en La Catedral. Cuatro días después de este choque a cara de perro, lograron la victoria en Ludogorets con una remontada que valió su peso en oro. La clasificación estaba casi encarrilada. Eso sí, el esfuerzo del jueves en Bulgaria lo pagó el equipo el domingo en Valladolid en forma de empate agónico –Guruzeta marcó en el minuto 94– ante el colista. Llegó entonces el parón de noviembre, que el Athletic agradeció después de seis partidos en tres semanas. En realidad, hizo más que agradecerlo. Lo utilizó para despegar como un cohete y encadenar siete victorias y un empate en los ocho partidos que disputó antes de las vacaciones de Navidad. Sólo el Alavés fue capaz de rascarle un punto en Mendizorroza a aquel Athletic hipohuracanado que pasó por encima de la Real, el Elfsborg, el Rayo, el Real Madrid, el Villarreal, el Fenerbahçe y Osasuna.
Un año después, el escenario es diferente. Nadie lo duda. Las lesiones están erosionando al Athletic y la dificultad de la Champions, como pudo comprobarse por las bravas en los dos primeros compromisos ante el Arsenal y el Borussia Dortmund, es muy superior a la de la Europa League. Repetir la hazaña del triunfal otoño de 2024 es poco menos que imposible, pero los rojiblancos están obligados a esmerarse. Les quedan hasta las Navidades trece partidos, separados por el parón de noviembre. Ahora les vienen el Elche, el Qarabaj, el Getafe, la Real, el Newcastle y el Oviedo. En principio, un calendario que, dentro de la dificultad, puede considerarse asequible para afianzar la posición en la Liga y respirar en Europa.
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Luego, a partir del 22 de noviembre, llegará el K2: siete partidos en cuatro semanas ante el Barcelona, el Slavia, el Levante, el Atlético, el PSG, el Celta y el Espanyol. Basta con dar el nombre de los rivales para entender la dificultad a la que se enfrenta la tropa de Valverde, necesitado de recuperar a sus mejores jugadores en su mejor versión y a que las rotaciones le funcionen como le funcionaron la pasada temporada.
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