«El derbi se gana con táctica, juego y corazón»
Unai Simón ·
«Por condiciones, a este equipo le veo entrando en Europa; luego, claro, los partidos se deciden en 90 minutos»Solo hay que activar la grabadora y dejarle hablar. Una pregunta lleva a la otra y la conversación fluye. El tiempo pasaba volando. Al igual ... que vuela Unai Simón, alto e imparable, a pesar de las lesiones que no le dan tregua de un tiempo a esta parte. Las va dejando atrás, asume que forman parte de su profesión, al igual que las imperfecciones, de las que está vacunado. En esta entrevista habla de cómo es jugar con dolor, del derbi de este sábado ante la Real Sociedad, de su admiración por Mikel Oyarzabal, de los errores, de su ausencia de las redes sociales y del título más difícil de conseguir, el de 'One Club Man'.
– Ha estado con fiebre esta semana. ¿Llegará bien al derbi?
– Espero que sí. El martes me encontraba mal y al llegar a casa empecé a sudar, con mucha fiebre. El miércoles estaba bien, pero por precaución no entrené. Hoy (por ayer), sí. Estoy mejor.
– Se perdió la pretemporada por un problema en el hombro y acaba de salir de una lesión del tendón de Aquiles. ¿Está todo olvidado o juega con molestias?
– Con el tema del hombro.... me pinché. En verano pasé por la clínica para llegar bien a la pretemporada. No tuve una buena evolución y llegué con molestias. La idea era recuper bien, con tiempo, pero Julen (Agirrezabala) se rompió el meta (el tercer metacarpiano de la mano derecha ) y hubo que acelerar el proceso de fisioterapia. Arranqué la temporada con molestias y las arrastré casi hasta el Mundial. Los ejercicios de fisioterapia y gimnasio han hecho que me olvide de ello. Luego se juntó con lo del tendón, que está solucionado.
– El tendón le ha hecho perderse cuatro jornadas de Liga y tampoco ha podido ir con la selección. Cuando esto pasa, ¿duele más el cuerpo o la mente?
– Cuando me pasó (la lesión en el tendón), lo primero que se me pasó por la cabeza fueron cosas malas. Una semana antes, Kimpembe se había partido el tendón en una carrera como la mía. A Imanol (García de Albéniz) le pasó lo mismo en el Eibar. Al venir aquí el día siguiente y ver que solo tenía una microrrotura con un poco de líquido me lo tomé con calma. No era una lesión grave pero la evolución era lenta, y eso me rayaba. Se acercaba la convocatoria con la selección y quería jugar con el Athletic. Al final ni fui con la selección ni pude jugar con el equipo. El parón me vino bien para recuperar.
– ¿Cuántas veces ha jugado con dolor?
– ¿Con dolor? La temporada pasada entera. Con el hombro. Desde el partido de la Supercopa con el Atlético, que ganamos, estuve arrastrando el dolor.
– ¿No le mermó mentalmente?
– No. Nadie juega sin dolor. El que tiene la fortuna de jugar más de 30 o 40 partidos por temporada te dirá que tiene algo de dolor. Articular o muscular, un bocadillo, lo que sea. Todos jugamos así. A estas alturas de la temporada todos tenemos algo.
– «Cometer un error y seguir intentándolo es lo más difícil del fútbol». La frase es suya. ¿Cuánto ha tardado en aceptar que la perfección no existe?
– Me lo inculcaron mis padres. Es ley de vida. De pequeño las he liado de todos los colores. Os lo puede decir Peio Agirreoa, el coordinador de porteros. Al día siguiente volvía a salir el sol. No pasa nada. Tenía compañeros que cometían errores y se hundían, y yo necesitaba de ellos porque el partido no había acabado. Húndete en tu casa o en el autobús, pero aquí no. Es lo que aprendí. Todos vamos a cometer errores, forman parte del fútbol. La cosa es minimizarlos.
– ¿Convive bien con el error?
– La prioridad es no cometerlos. Sabes que es una posibilidad que hay en el fútbol, pero por respeto a tus compañeros no puedes no querer saber nada del partido (una vez consumado el error). Luego en tu casa haz lo que quieras y que te coma el mundo.
– ¿Y a usted le come el mundo en casa?
– Sí. El otro día contra el Espanyol... joder. Fue el primer partido después de la lesión y no hubo grandes cosas de portería, pero solventé situaciones con el pie y de ir al corte con el delantero. Que en el último momento te metan ese gol y hacer sufrir al equipo... Igual se iban dos puntos a la mierda. En casa le di vueltas.
Evadirse del mundo sin redes
– ¿En el fútbol todo se magnifica, se lleva al extremo?
– Se magnifica más el error que el acierto. Al menos es la sensación que tengo. Cuando debuté, cada parada que hacía era un paradón y con cada gol que me metían decían: 'Es un chaval joven. No pasa nada'. Ahora es al revés. Cada gol que te marcan lo tenías que haber parado y cada parada que haces la tenías que hacer.
– ¿Cómo se protege del mundo?
– Lo tuve muy claro. No quería saber nada de las redes sociales. Las tengo para estar actualizado y ver cosas. Me gusta saber de tal partido y lo que ha hecho tal jugador. Lo que no me gusta es dar de comer a todas esas personas que en algún momento se me van a echar encima. Las redes sociales tienen cosas buenas y malas. Yo no era capaz de soportar las malas. Me di cuenta en el segundo año de Garitano. Cuando hacía un buen partido me encantaba leer críticas positivas, pero si era malo se me echaba la gente encima, no mucha, y me afectaba. Me dije: 'No hace falta que nadie me diga que soy bueno o malo. Para eso estoy yo'. Me quité. Es una de las maneras de evadirme del mundo. Te quitas un lastre.
– Nico Williams descativó unos días sus perfiles por los insultos recibidos tras sus fallos contra Osasuna. Sostiene Raúl García que una frase demoledora es la que dice que las faltas de respesto «entran en el sueldo». ¿Cobrar millones legitima las agresiones verbales?
– Claro que no. No todo vale en el fútbol. Ni lo entiendo ni lo comparto. La sociedad en la que vivimos tiene gente de ese estilo –que insulta–. Si lo reducimos a un grupo de 100 personas, los que se lanzan sobre ti son uno o dos, pero hacen ruido. Nico es un chaval joven y es el primer palo duro que se lleva. Es importante llevártelo para que sirva de experiencia de cara al futuro. Estoy seguro de que Nico ha aprendido de que esto puede ocurrirle y que sabrá cómo solucionarlo.
– Sufrieron un duro golpe con la eliminación copera y supieron reaccionar con un triunfo en Cornellà. ¿Ganar el derbi les llenaría de confianza?
– Claro. Sabíamos de la importancia del partido del Espanyol. Veníamos del palo más duro de la temporada porque para nosotros la Copa del Rey es la Champions. Nos habían eliminado de una manera que no nos gustó. Hicimos muchos méritos para llevarnos la eliminatoria. En el día del Espanyol daba igual lo que el míster pusiera en la pizarra, que dijese cualquier cosa. Lo importante eran las ganas con las que saldríamos al campo. Salimos con todo. Ganamos. Eso te da moral para el derbi. Ahora bien, la Real está en uno de los mejores momentos de la temporada. Son jugadores a los que no les quema la pelota y nos va a tocar correr como demonios. El derbi se gana con táctica, juego y corazón.
– ¿Hasta qué punto estudia a los delanteros rivales?
– Tampoco me como mucho la cabeza. Una historia. Este año contra el Celta me dijeron que Carles Pérez siempre busca el palo largo cuando encara hacia dentro. En el minuto 2, cruzó una al palo corto y la metió. Luego lo anularon por mano. Me dije: 'Muy bien, esto no vale para nada'.
– Llevaba chuletas en los penaltis en la Eurocopa.
– Eso siempre. Los penaltis, siempre. Y también lanzadores de faltas, sobre todo de gente a la que le da por tirar rápido o a la que le gusta lanzar de zonas escoradas en vez de centrar. Pero jugadas individuales de cómo atacan y se mueven... no suelo contar con ello. Me hace pensar demasiado.
– De la Real, ¿quién le infunde respeto?
– Oyarzabal. Mikel ha sido mi compañero en las categorías inferiores de la selección de Euskadi y de España, y hemos tenido la suerte de compartir una Eurocopa con la absoluta. Es una persona con la que he crecido, él en la Real y yo en el Athletic. Lógicamente, él en la Real es muchísimo más que yo en el Athletic. Debutó antes y como icono es mucho más grande. Le tengo mucho respeto porque veo que tiene la mentalidad de pertenencia a un club, amor y valores que se pueden parecer a los míos.
– ¿Cómo de cerca ve Europa?
– Ahora la situación es la que es. Por condiciones, a este equipo le veo entrando en Europa. Nos queda medirnos a Real Sociedad, Betis, Villarreal y Osasuna, que son rivales que juegan por Europa. Es la muestra del nivel que tenemos que dar para clasificarnos. Con todos los respetos, no vale con ganar al Elche. El nivel de Europa son esos equipos. Si queremos dar la talla tenemos que hacerlo ante esos rivales. Veo al Athletic con capacidad de sobra. Luego, claro, los partidos se deciden en 90 minutos.
– ¿Firmarían la Conference o van a por la Europa League?
– Si me dice firma la Conference o que me la juegue con la Europa League, igual firmo la Conference. Si ganamos el sábado y pinchan el Villarreal y el Betis... ahí estás. Lo importante es estar entre los seis primeros. Como a Osasuna le dé por ganar la Copa, el séptimo no entra.
-
«El título de 'One Club Man' es el más complicado de conseguir»
- ¿La soledad del portero existe o es un mito?
- No me siento solo. Para mí es un mito. Siempre he entendido la soledad. El fútbol ha evolucionado y el portero es uno más. Tienes momentos de soledad, pero como lo puede tener el extremo cuando no le dan ni una, abandonado en la banda.
- ¿El banquillo le quema o tolera su calor?
- Llevo mal ser suplente al igual que estar desconvocado y ver el partido por la tele. Lo llevo mal no por el hecho de no jugar, sino porque no está en mi mano lo que ocurre en el campo. Puedes ayudar al equipo animando y dando un botellín de agua, pero cuando necesitan aire fresco tú no estás ahí para darselo. Lo paso peor en el banquillo que en campo.
- ¿Incluso si le están asediando?
- ¿Quién no va a querer jugar? No estoy tranquilo en el banquillo. No lo estoy porque en el campo las cosas dependen de mí, estando en la portería. Tengo la seguridad de que no me van a marcar, aunque luego marquen, pero en el banquillo esa certeza no la tengo. Confío mucho en Julen (Agirrezabala) y en Ander (Iru), pero también en mí mismo.
- Siempre ha dicho que estaría aquí hasta que el Athletic quiera. ¿Sigue pensando igual?
- Si en algún momento veo que no voy a seguir aquí, no se preocupen. Lo comunicaré. No me pregunten siempre lo mismo porque queda populista, como que hago la pelota. No es eso. Mi mentalidad es la que es.
- No es populismo, piensa así.
- Sí. Una vez me dijo gente cercana: 'No digas eso porque nunca sabes lo que va a pasar. No sabes si el año que viene vendrá otro técnico o si a Ernesto le dará por poner a Julen. Te dicen gracias por tus servicios, te puedes marchar'. Tampoco quiero ser suplente de nadie, sino el mejor portero para el Athletic. Si no lo soy, ¿qué hago aquí?
- Casa con su pensamiento: hasta que el Athletic le quiera.
- Hasta que el Athletic me quiera. Creo que siempre me va a querer si hago las cosas bien. Siempre voy a estar aquí.
- Así piensa un 'One Club Man'.
- Es el título más complicado de conseguir. Podrás ganar Champions, Mundiales, pero es muy jodido conseguir el 'One Club Man'. Es el título.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión