Prados irrumpió de tal forma que se hizo imprescindible en la medular. AFP

Beñat Prados, despliegue físico, dureza y control en la sala de máquinas

Pamplona, 2001. Tres temporadas

Martes, 13 de agosto 2024

Beñat Prados llegó a Lezama en edad cadete procedente de la Txantrea. Osasuna intentó captarle en numerosas ocasiones sin éxito porque el navarro solo tenía ... ojos para el Athletic. Pasó por todas las categorías inferiores rojiblancas, escaló peldaños, y se pulió en la sala de máquinas antes de dar el salto a la élite.

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Antes de ponerse a las órdenes de Ernesto Valverde, el mediocentro completó una provechosa cesión en el Mirandés. En agosto del año pasado, debutó con el primer equipo y disfrutó de mucho protagonismo. Tanto es así que disputó un total de 33 partidos entre Liga (26) y Copa (7). Fue el duodécimo futbolista con más minutos en el campeonato de la regularidad en el año de su debut, en el que además levantó el título copero y renovó hasta 2031.

A Prados le apodan 'Palos' en el vestuario. El mote está más que justificado porque jamás rehuye el cuerpo a cuerpo, mete el pie, rasca, va a por todas y se parte el alma a la hora de robar balones. Se ganó la confianza de Valverde hasta tal punto que fue titular en la final de Copa contra el Mallorca, un partido en el que dispuso de la primera parte. Forma una buena pareja con Ruiz de Galarreta, el termómetro del Athletic, pero también mezcló bien con Mikel Vesga en el amistoso contra el Aston Villa. Está llamado a ser un jugador importante en la sala de máquinas en un curso en el que habrá que repartir minutos y gestionar los recursos humanos para evitar el desplome físico.

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