Jaregizar acabó extenuado el partido ante el Arsenal. Ignacio Pérez

El Athletic, ante la obligación de mejorar en ataque

El equipo de Valverde siempre se esfuerza y compite, pero necesita elevar su nivel de creatividad y profundidad si quiere brillar este curso

Jueves, 18 de septiembre 2025, 00:43

Ya se sabe que las sensaciones del aficionado al fútbol fluctúan de un modo frenético, como algunas atracciones de feria. A los de mi generación esos movimiento de ida y vuelta nos recuerda al de los viejos 'balancés' y a los chavales a algo mucho más moderno y vertiginoso, el Martillo Ranger Kamikaze, por ejemplo. El caso es que las dos derrotas consecutivas del Athletic ante el Alavés y el Arsenal, ambas en San Mamés, han acabado con la euforia en la que vivió la hinchada rojiblanca durante el parón liguero después de las tres victorias seguidas en las tres primeras jornadas. Las cosas se ven ahora de una forma más templada. Con mucha ilusión, como es natural, pero sin perder la perspectiva, que no es otra que la de una temporada peliaguda, de una exigencia extrema. Libra por libra, como diría un cronista de boxeo, puede que la mayor a la que se ha enfrentado nunca el Athletic.

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Lo que exige la Liga es de sobra conocido. Ocurre lo mismo con la Copa si el equipo hace un gran camino como hace dos años. ¿Y la Champions? Pues tampoco nadie puede llevarse a engaño. Salvo que quiera engañarse a sí mismo, se entiende. Ya se vio el martes en San Mamés cómo se las gastan los equipos 'top' como el Arsenal, capaces de ganar ofreciendo una versión de andar por casa. El problema es que también se vio el nivelón del Borussia Dortmund, al que la Juventus, delante de su público, sólo le pudo empatar en el descuento. Y qué decir del Qarabaj. Le considerábamos la cenicienta del grupo, tres puntos que casi dábamos por descontados, y de repente se planta en el Estadio da Luz y gana 2-3 al Benfica.

Tras la derrota ante el Arsenal, Ernesto Valverde aseguró que se había quedado contento con todo menos con el resultado. Sus palabras se entendían: después de la paliza que se pegaron sus futbolistas sólo podía felicitarlos y valorar el trabajo que habían hecho para sostener una lucha igualada durante 72 minutos ante uno de los mejores equipos del mundo. Ahora bien, la realidad es que el Athletic tampoco había hecho nada nuevo. Este equipo viene demostrando durante las dos últimas temporadas que puede ser un hueso para cualquiera, sobre todo en San Mamés. Su despliegue físico, su solidaridad en el esfuerzo colectivo y su carácter competitivo le convierten en un rival indeseable. Esto es una evidencia. Lo que ocurre es que hay otra que tampoco podemos olvidar: que al juego del Athletic le están faltando creatividad y profundidad en dosis bastante inquietantes.

Dos partidos seguidos sin marcar en San Mamés es algo que no se veía desde abril de 2023. En la 2023-24, por ejemplo, los rojiblancos sólo dejaron de marcar en casa ante el Real Madrid en la primera jornada y ante el Barça en la 27 en un partido que les llegó tres días después de clasificarse para la final de Copa goleando al Atlético. El curso pasado se quedaron a cero cinco veces (Atlético, Leganés, Osasuna, Manchester United y Barcelona), pero nunca fueron seguidos.

Pocos remates

Es cierto que no se pueden extraer conclusiones serias de dos partidos, pero en la cuestión a la que nos referimos –la falta de creatividad y profundidad– hay otros datos muy interesantes que afectan a los cuatro que ha disputado el Athletic en San Mamés. Y que, por tanto, nos los podemos tomar más en serio. Son los que se refieren a la cifra de los remates a puerta: fueron tres ante el Sevilla (que resultaron tres goles en un alarde de efectividad), cuatro ante el Rayo Vallecano, tres ante el Alavés y dos ante el Arsenal. Cifras muy pobres, en fin, que revelan un déficit que la tropa de Valverde debe corregir lo antes posible, ya que los compromisos se agolpan en un calendario asfixiante.

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¿Lo hará? Hay algo que permite ser optimista, y es que para hacer esa corrección el Athletic no necesita cambiar nada en su estilo o en su propuesta de juego. Este equipo sabe perfectamente cuál es su guion y se siente a gusto interpretándolo. Se siente fuerte y competitivo; de ahí que, con independencia del escenario y del rival, su actitud en los partidos sea siempre igual de valiente y decidida. No. La mejora del equipo tiene que llegar por la mejora individual de algunos de sus jugadores más importantes, cuyo nivel no está siendo todavía el deseado.

Todos los aficionados del Athletic saben dónde poner el foco. No hay misterios en esto. En el centro del campo hay que pensar en Ruiz de Galarreta. El mejor fútbol del equipo de Valverde llegó cuando el eibarrés cogió la batuta hace dos años. La pasada temporada, sin embargo, las lesiones le impidieron tener la continuidad necesaria y su nivel bajó. Y en lo que llevamos de curso tampoco lo ha elevado. Parece claro que, a sus 32 años y con tres lesiones gravísimas a su espaldas, a 'Galaxy' habrá que cuidarlo y que no podrá jugar partidos cada tres días. De ahí que el martes se quedará en el banquillo, reservado para el choque del sábado en Mestalla. El problema es que Galarreta sólo hay uno. Si a esto se une la pérdida de Prados y que Jauregizar no es Superman, el panorama se oscurece. Mucho tiene que mejorar Vesga y mucho debe demostrar Rego para que el Athletic no tenga un problema en su sala de máquinas.

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El otro foco está puesto en las dos estrellas del equipo junto a Unai Simón: Sancet y Nico Williams. En el fútbol no gusta que se hable de dependencias de tal o cual jugador o jugadores, pero a veces es inevitable. El Athletic, por ejemplo, es uno cuando Nico y Sancet están brillantes y otro, un par de escalones inferior, cuando no están o están apagados en el campo, que es algo que ocurre con más frecuencia de la que sería deseable porque ninguno de ellos es uno de esos cracks capaces de sostener con regularidad un nivel altísimo. El problema, por supuesto, es que no tienen sustitutos que les hagan olvidar. Por mucho que Berenguer sea un valor seguro y que de Iñaki Williams se puede esperar mucho más de lo que viene ofreciendo esta temporada, sin ellos la producción del frente de ataque se resiente muchísimo en un equipo sin un delantero centro de garantías.

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