Ander Herrera pierde los papeles en el Mundial de Clubes: en 20 minutos se marcha lesionado y expulsado

Ander Herrera tuvo un difícil debut anoche en el Mundial de Clubes. Boca Juniors se enfrentaba al Benfica portugués en el primer partido de ambos equipos en el nuevo torneo intercontinental de la FIFA y el bilbaíno fue uno de los once jugadores xeneizes escogidos para ser titulares. Pero su carrera en el Mundial duró solo veinte minutos porque transcurrido ese tiempo notó una molestia muscular tras una mala pisada y tuvo que pedir el cambio a su entrenador. Como mínimo se perderá la fase de grupos al completo.

Es la tercera lesión muscular que el exjugador del Athletic sufre desde que llegase a Boca hace solo seis meses. El pasado mes de enero, al poco de debutar, sufrió un desgarro que le tuvo apartado del equipo durante seis partidos. En marzo volvió a caer lesionado durante otras dos semanas y cuando se recuperó de esta última lesión, volvió a sufrir una nueva dolencia que le dejó en el dique seco hasta mediados de mayo. Acaba de volver y se ha vuelto a lesionar.

El calvario que vive Herrera con las lesiones puede apartarle definitivamente del Mundial de Clubes. Su equipo se jugará con el Benfica el pase a octavos de final y tras el partido de anoche entre ambos, que acabó en empate a dos, todo hace indicar que la diferencia de goles que obtengan ante el Bayern de Munich y Auckland City determinará qué equipo pase a la siguiente ronda.

Para ninguno de esos dos partidos estará Ander Herrera, que además se expone a una dura sanción tras ser expulsado por encararse al colegiado del encuentro. Era el minuto 45 de la primera parte cuando el árbitro acudió al VAR para estudiar un posible penalti a favor del Benfica. Herrera perdió los papeles y se fue directamente hacia él... ¡hasta los miembros de seguridad le tuvieron que agarrar! El colegiado le expulsó y ahora se expone a una severa sanción.

En Argentina no se explican cómo se le pudo escapar el partido anoche a Boca. El Xeneize parecía haber hecho lo más difícil con los tantos de Miguel Merentiel (21') y Rodrigo Battaglia (27'), pero el Benfica remontó con un penalti transformado por Ángel Di María (45'+3') y un gol de cabeza de Nicolás Otamendi (84') en la recta final del encuentro.

En un Hard Rock Stadium con aires de La Bombonera, la numerosa afición xeneize empujó desde el primer minuto a los suyos con cánticos y abucheos a los rivales. Todos en pie y saltando sin parar. Espoleados por sus seguidores, los argentinos salieron a morder, muy agresivos en la presión, asfixiando a un Benfica que apenas lograba crear peligro.

Y Boca, tras mostrar su buen hacer defensivo, empezó a encontrar caminos hacia la portería rival con un juego directo. En una de esas internadas por la izquierda, el lateral Lautaro Blanco le hizo un caño a su adversario directo, Samuel Dahl, y puso un buen centro al primer palo rematado a gol por el uruguayo Merentiel. La afición xeneize hizo temblar el estadio y volvió a enloquecer seis minutos después con el gol de Battaglia, que remató de un testarazo un pase con la cabeza de Ayrton Costa.

El partido parecía de Boca, 2-0 y sin noticias del Benfica. Pero en el tiempo añadido de la primera parte, el centrocampista Carlos Palacios concedió un penalt' ingenuo al darle un rodillazo a Nicolás Otamendi en un córner. El VAR confirmó la pena máxima, ante las protestas de los jugadores de Boca, entre ellos el lesionado Ander Herrera que recibió una tarjeta roja desde el banquillo. Di María transformó el penalti de un disparo ajustado al palo izquierdo, un gol que parecía demasiado premio visto el primer tiempo del club lisboeta.

La segunda parte mostró un partido distinto, más trabado, con numerosas faltas de un lado y otro, y sin apenas ocasiones. Los portugueses seguían sin encontrar su juego. Y Boca creía tenerlo todo bajo control, a pesar de haber dado un paso atrás en cuanto a intensidad. El partido volvió a quedar visto para sentencia cuando el árbitro expulsó al delantero del Benfica Andrea Belotti. Pero nada más lejos de la realidad. a pesar de tener un jugador menos sobre el campo, en un despiste de la defensa xeneize, demasiado pasiva, Otamendi marcó de un potente cabezazo para poner la igualada en el marcador.

La afición de Boca acusó el golpe, pero siguió animando a los suyos hasta el pitido final. Aún hubo tiempo para que el árbitro sacara otra tarjeta roja directa, esta vez al defensa de Boca Jorge Figal. Tras este empate, el club argentino y Benfica se sitúan en la segunda posición del Grupo C con un punto, por detrás del Bayern de Múnich, que goleó 10-0 al modesto Auckland City neozelandés el domingo.

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