La Amatxu llegaba en romería náutica a Bilbao escoltada por más de diez embarcaciones. Luis Ángel Gómez | Vídeo: Pablo del Caño

«He pasado la noche en vela pensando en que la Amatxu llegara sana y salva a Bilbao»

La romería náutica ha llevado esta mañana a la Virgen de Begoña de Santurtzi a la capital vizcaína rodeada por más de 270 devotos en más de diez embarcaciones

Alin Blanco

Jueves, 14 de agosto 2025, 13:47

«Estoy encantada, es mi primera romería y el ambiente es genial», señala Clara, de 91 años. Esta mañana ha navegado por la ría desde ... Santurtzi hasta Bilbao en una de las cinco embarcaciones que acompañaban a la Virgen de Begoña en la quinta edición de la romería náutica. Ha venido con su hija María, de 61 años, y su nieta Ainhoa, de 29. Hasta ahora subían a pie desde Portugalete a la Basílica, pero este año no se encuentra con fuerzas y han optado por seguirla en barco.

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A pesar de disponer de un barco más que la edición anterior, más de cincuenta personas se han quedado en Santurtzi sin poder embarcar. Cada vez son más los fieles que quieren participar en la romería. «No damos abasto. Las entradas se agotaron rápidamente y a pesar de haber aumentado la flota, el próximo año no descartamos contar con una o incluso dos embarcaciones más. Hay mucho interés en participar y parece que se está convirtiendo en tradición», ha apuntado Javier Diago, presidente de la Cofradía de Begoña y principal organizador. Además de las naves oficiales, la Amatxu, ha estado escoltada por otras siete embarcaciones privadas y numerosos devotos encaramados a las orillas de la ría a lo largo del trayecto.

El pequeño Eder de solo 4 años no se ha perdido ni una cita. Viene a ver zarpar a la Virgen acompañado de su madre, su abuela y su hermano Unax, de 6 años. Llueva o truene no fallan, «es una tradición en su familia». «Es muy bonito, me gustan las flores que le ponen al barco y la música», señala el joven Unax. Se queja de que «a veces es un poco aburrido» porque dejan «parada» a la Virgen. «No deberían hacerla esperar tanto», señala enérgico. Aunque todavía no se ve capaz de llevarla a hombros, el santurtziarra espera poder hacerlo pronto.

«He pasado la noche en vela pensando en que la Amatxu llegara sana y salva a Bilbao», asegura Juan Carlos, vecino de la capital. «Es un día importante y quiero que todo salga lo mejor posible», señala. Es miembro de la Cofradía y uno de los encargados de gestionar el acceso a las embarcaciones. «Estoy nervioso pero espero vivirlo, sobre todo, con mucha paz», aclara.

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Algo más tarde de las diez de la mañana, tras las oraciones, la Virgen ha salido de la Iglesia San Jorge a hombros de los portadores –mayoritariamente mujeres– y se ha dirigido al pantalán. Nubes oscuras cubrían el cielo, y cuando se disponían a subir la imagen a la nave, inquietantes truenos han sonado amenazando con lluvia, que nada más partir ha empezado a caer. Por fortuna para los devotos, no han sido más que cuatro gotas que han dejado transcurrir la procesión sin sobresaltos.

La basílica de Begoña ha recibido la visita del circo y su tradicional ofrenda de flores. Luis Ángel Gómez

Dos grupos de txistularis han amenizado el trayecto y han tocado, incluso, acompasados, con ambas barcas navegando cerca y de forma paralela. También han surgido varios irrintzis que han caldeado el ambiente festivo de cara al inicio de la Aste Nagusia, y no ha faltado el tradicional cántico bajo el puente La Salve. Ante los problemas de sonido en anteriores ediciones, esta vez el tenor Martín Barcelona ha llevado la voz cantante y ha entonado primero 'Salve Regina' y después el 'Begoñako Andra Mari' a través de la megafonía cedida por cervezas La Salve. De esta forma, tanto los fieles que se encontraban en las barcas como los que estaban en el puente y las orillas han podido unir sus voces.

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Al atravesar la pasarela Pedro Arrupe, frente al museo Guggenheim, varios jóvenes han dejado caer un manto de pétalos de rosas sobre la Amatxu, que a grito de 'Viva la Virgen de Begoña' y arropada por los devotos bilbaínos así como de otros rincones de Bizkaia, y algún que otro turista, ha llegado a desembarcar frente al Ayuntamiento. Ahí ha sido escoltada hasta la Catedral, donde un aurresku de honor ha puesto el broche final a la procesión.

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