Variedad, pero sin pegada
Esta Aste Nagusia ha contado con más de sesenta conciertos en nueve escenarios distintos. Una oferta muy variada, aunque en la que se echaba de ... menos a artistas con más tirón en el panorama actual musical, como los que acudieron a las fiestas de municipios como Santurtzi y Barakaldo. No olvidemos que hace no tanto tuvimos a Juanes, Pet Shop Boys, Iggy Pop y Manu Chao. Sin embargo, es de agradecer el esfuerzo por traer a bandas intergeneracionales como La Oreja de Van Gogh, a veteranos de la talla de Victor Manuel, reclamos juveniles como Ana Mena o Bulego, rockeros con el carácter de El Drogas y los festivaleros Viva Suecia. El bolo más multitudinario fue el de los alaveses En Tol Sarmiento y la dupla formada por Mikel Urdangarin y la BOS fue una delicatesen.
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Lamentablemente, Abandoibarra volvió a desbordarse con La Oreja de Van Gogh, como ocurrió con Amaral y Malú en ediciones anteriores. Se queda pequeño en las grandes noches. Este año además el volumen fue demasiado bajo. En algunos bolos apenas se escuchaba pasada la mesa de sonido.
Un reconocimiento especial merece la programación de las txosnas. Los divertidos shows de Pinpilinpauxa han sido los más multitudinarios. Gogorregi ha contratado a Boney M., Kaskagorri vibró con Zetak, que acabó subido a la parada del tranvía, y Algara ha celebrado los 25 años de andadura de Zea Mays en un escenario en el que también han estado Niña Coyote eta Chico Tornado y Willis Drummond.
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