El desafío de un delantero de área
Alavés ·
Villalibre, historia albiazul por el penalti del ascenso, regresa para medir su potencia y compromiso en una categoría donde nunca ha tenido regularidadSí. Seguro. Si cierra los ojos y se recrea un poco todavía podrá ver a Villalibre anotar con un zurdazo suave y cruzado el penalti ... del ascenso. Zancadas de hielo y toneladas de personalidad en el minuto 129. Ese gol que le convirtió en Asier, uno más de la familia alavesista. Hermano de Toni Moral o primo de Guzmán por el impacto emocional de momentos determinantes en la historia del Alavés. Así que no es un as en la manga, es toda una baraja de sensaciones la que acarrea el regreso del futbolista de Gernika. A partir de ahí, el gran desafío para un delantero de área. El de consolidarse en una máxima categoría donde nunca ha jugado con regularidad.
Posiblemente potencia, valentía y compromiso sean tres de las palabras que definen con fidelidad al ariete albiazul. Si a alguien le apodan el Búfalo de él suelen esperarse estampidas. Apariciones fulgurantes cerca de la portería contraria para conectar un cabezazo demoledor o poner a prueba el físico de los defensas. Condiciones, a priori, para ejercer de complemento en la Primera División. Más fuerte que veloz es capaz no obstante de buscar los espacios por detrás de la defensa, aunque su fuerte se encuentra en el área. En principio, más cómodo cuando el equipo domina y llegan los centros laterales. Una característica de los equipos de Luis García Plaza, sobre todo cuando aprietan en Mendizorroza.
Si uno pregunta por ahí, entre gente de fútbol, pocos ven a Villalibre como un jugador que pueda resultar diferencial en la máxima categoría
Si uno pregunta por ahí, entre gente de fútbol, pocos ven a Villalibre como una referencia, como un jugador que pueda resultar diferencial en la máxima categoría. A cambio, ponderan su entrega, competitividad y esa capacidad para sumar siempre dentro del vestuario. Ese cumplir con el perfil sano dentro y fuera del campo que el director deportivo Sergio Fernández recuerda cada vez que llega el mercado de contrataciones. Esa insistencia en hacer piña para que el colectivo sea siempre futbolísticamente más de lo que aportan las individualidades. Que con el límite salarial más bajo el Alavés acabase décimo la pasada campaña refleja con claridad ese espíritu.
El retorno de Villalibre se une por ahora a la continuidad de Kike García en la nómina de delanteros albiazules. Si al segundo de ellos se le suele apodar el 'obrero del gol' la realidad es que entre ambos podrían patrocinar un andamio. Dos jugadores de un perfil similar. Quizás el conquense con más capacidad para bajar balones largos y jugar de espaldas, para asociarse a la hora de armar el juego y tirar experiencia en todas las situaciones. Tal vez el vizcaíno con un punto más de definición cuando se trata de acertar en el área, de la que no suele alejarse demasiado.
Todo podrá comprobarse en otra larga temporada donde la confección de la plantilla sigue en plena cocción. También una delantera donde teóricamente Panichelli saldrá cedido y, por tanto, a la que debería llegar al menos otro futbolista para competir por el nueve o aumentar las posibilidades de Luis García Plaza a la hora de elegir. Con dos pánzers ya en la plantilla la lógica apunta hacia otro perfil de delantero para completar el ataque.
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