La dura tarea de conservar el gen vitoriano
Álex Balboa, Unai Ropero e Imanol Baz desean recoger el «liderazgo» de Manu García y Martín en el primer equipo del Alavés
De críos, cuando acudían a Mendizorroza con una sonrisa inocente que todavía mantienen, dejaban volar la imaginación de ser ellos algún día los protagonistas a ... los que aclama la grada. «No entiendes el fútbol, pero el ambiente te engancha», relata Unai Ropero. El primer protagonista completa junto a Álex Balboa e Imanol Baz el trío de vitorianos procedentes del filial que están realizando la pretemporada con el Alavés. Son de la quinta de 2001, el año de Dortmund. Trabajan por hacerse sitio en la primera plantilla y rellenar el hueco dejado por Martín y Manu García, sus referentes. «Queremos coger ese liderazgo y servir de motivación para los niños como nos pasó a nosotros con ellos».
Sus palabras desprenden una ilusión especial. La de tres vitorianos, alavesistas y jugadores de fútbol, en ese orden, que no cejan en su empeño de echar abajo la última puerta que les separa de la cima albiazul. «Capacidad tenemos los tres, pero sabemos que es muy difícil. Somos jóvenes, venimos de Tercera y es normal pensar que es demasiada responsabilidad», explica el internacional guineano nacido en Txagorritxu, que ya debutó en Copa contra el Unami el curso pasado. Ropero lo hizo en el último partido ante el Cádiz y Baz aguarda su momento. «La cuestión es que nos den la oportunidad y así se pueda valorar si valemos», replica.
El capitán del filial albiazul habla como un aficionado más. «Se echa en falta un referente de Vitoria que sienta los colores como la afición». Un plus, a su juicio, necesario y que pueden aportar estos tres jóvenes de 21 años cuyos rostros joviales solo se vuelven taciturnos para hablar del descenso. Aquí se mezclan dos tipos de personas. El desilusionado, Unai Ropero. «Fue un mazazo. Mis amigos querían cenar por ahí pero estaba con un cabreo… que me fui a casa». Y los más racionales. «Me lo esperaba. Me quedé 'rallado' y fui a recibir al equipo para hablar con mis compañeros Marc Tenas y Tomás Mendes, que estaban convocados», recuerda Baz. «Yo me lo imaginaba pero… Lo vi en casa y cuando el Levante metió el segundo gol… 'rallada' máxima. Cenar y a la cama», evoca Balboa.
El peor trago posible para unos chavales pegados a un balón desde los tres años. Álex Balboa, centrocampista, en Lakua. A los cuatro se juntaría con Imanol Baz, central, en el Aurrera. En contra, Unai Ropero, atacante, en el Ariznabarra. Se les acumulan los recuerdos en Betoño, Lakua, Olaranbe. Siempre acompañados por sus padres, aunque el cielo pusiera mala cara. «Ni te imaginas el frío que habrán pasado», reflexiona el defensa. «Creo que los míos han visto todos mis partidos», contesta el extremo. Un motivo más para ser perseverantes. Por ellos.
El Alavés se fue cruzando en su camino a distintas velocidades. Primero Balboa, en infantiles. Ropero también recibió una propuesta a los 13 años, pero escuchó a su aita. «Me dijo que me quedara jugando con mis amigos y que, si destacaba en categorías superiores, me volverían a llamar». Así fue, en 2019. Siguió marcando goles de albiazul con el Athletic al acecho. «Nada concreto. En ningún momento dudé de que quería estar aquí». Recientemente renovó hasta 2024, como Baz, que llegó en cadetes de segundo año y recibió la llamada de Pellegrino para entrenar con el primer equipo. «Era surrealista porque el día anterior estaba de recogepelotas en Copa contra el Alcorcón».
Una comunión inoportuna
Anécdotas con el Alavés de fondo tienen para aburrir. El gol de Guzmán en Jaén pilló a Balboa y Baz en un torneo en Andosilla (Navarra). «Salimos corriendo a tirarnos a la piscina, que estaba cerrada». El primo del exjugador del Real Madrid rememora su labor como recogepelotas la noche del último ascenso a Primera. «A lo perro viejo» tras el gol de Manu. «Fue el partido perfecto». Aunque se queda con la final de Copa en el Calderón. «Es la mejor experiencia de mi vida». Su sonrisa automática contrasta con la muesca de Ropero. «Le eché en cara a mi madre que no me dejase ir porque teníamos comunión». A Baz le marcó el viaje al Sadar en septiembre de 2014. «Un ambiente brutal».
Pocos mejor que ellos tres para personificar lo que el club representa en la ciudad. Una dedicación plena a unos colores que busca recompensa. «Salva Sevilla y Rioja nos han dicho que estamos poniendo el listón muy arriba. Que sigamos así», se congratulan. Alucinan con la clase del veterano andaluz («para correr va tranquilo pero con el balón es una pasada»), la versatilidad de Guridi («la toca que flipas y no para de moverse») y la cercanía de Luís García Plaza, «aunque a veces se equivoca con los nombres». Todos unidos con el objetivo común del ascenso y uno más individual. «Ver que el equipo se puede quedar despoblado de vitorianos y que nosotros podemos dar el salto a Mendi después de pasar por todos los campos de la ciudad... se nos ponen los pelos de punta».
Central
Imanol Baz
21 años (27/01/2001); Inicios: con 3 años en el Aurrera; Colegio: Olabide y Urkide; Apodo: 'Martillo'; Fin de contrato: 2024.
Centrocampista
Álex Balboa
21 años (06/03/2001); Inicios: con 3 años en Lakua; Colegio: Presentación de María y Jesús Obrero; Apodo: 'Balbu'; Fin de contrato: 2023.
Delantero
Unai Ropero
20 años (20/11/2001); Inicios: con 3 años en Ariznabarra; Colegio: en Adurtza, «en el barrio», desatando las risas de sus compañeros, y Ekialde.; Apodo: 'El Patas'; Fin de contrato: 2024.
Serias opciones de ser la primera plantilla sin alaveses desde 2007
Los tres canteranos tienen muy difícil ganarse una ficha en un primer equipo superpoblado. Una circunstancia que haría retrotraerse hasta la temporada 2006-2007, la última en la que no figuró como albiazul ningún jugador nacido en Vitoria. Fueron convocados en algún partido Alberto Morgado e Ioritz Hernández, pero no dispusieron de ningún minuto. El curso acabó con final feliz con la agónica salvación en Lorca de aquel equipo en el que Piterman hacía y deshacía a sus anchas. Luego llegarían Iñigo Calderón, Igor Martínez, Nacho Garro, César Caneda, Iker Guereñu, Asier Salcedo, Sergio Llamas, Manu García, Einar Galilea y Martín Aguirregabiria. Álex Balboa, Unai Ropero e Imanol Baz quieren que la lista continúe.
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