La pizarra del Chacho Coudet dibuja un Alavés asimétrico
Carlos Vicente juega pegado a la línea de cal, mientras que el hombre de la banda izquierda se encarga de un juego más asociativo por dentro
El Chacho Coudet ve el fútbol desde la banda, en horizontal, pero en su cabeza sigue el movimiento de sus futbolistas desde el aire, a ... vista de pájaro. Como si fuese un tablero de ajedrez. Es la mejor forma de entender el esquema y las alineaciones del Alavés, un equipo asimétrico desde su llegada. El entrenador argentino dibuja en su pizarra una formación que intercala la verticalidad y la faceta asociativa por dentro para aclarar el camino hacia la portería rival.
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La primera variante la encarna Carlos Vicente. El zaragozano, dueño de la banda derecha, es la fórmula de ataque más directa. Una flecha, un puñal para los rivales. De esos jugadores de banda que consiguen llegar hasta la línea de fondo para poner un centro, de ahí que destaque como uno de los futbolistas que más centros pone (175) de la Liga. Un auténtico cañón. Pero que no rehúye a la hora de encarar a los contrincantes para aclarar su camino. Vicente es el albiazul que más regates realiza (25), más de uno por partido.
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Sacarle de su hábitat privaría al equipo de ese valioso argumento defensivo. De manera que en la otra banda, el Chacho opta por jugadores de corte combinativo, futbolistas que se despeguen de la línea de cal y tiendan a caer hacia dentro, sin cerrar la puerta a la opción del centro, una opción siempre útil. El objetivo de esta idea no es otro que reforzar la presencia de hombres en la parcela central para lograr ese «protagonismo» en la creación de juego para avanzar metros hacia la meta adversaria. Una inclinación que ha ido ganando peso; ya se ha visto ante el Girona, Getafe o Leganés, el último caso.
«Hicimos una gran segunda mitad. Había espacio para jugar y lo utilizamos mucho mejor»
Coudet, en Leganés
El catalán partió desde la banda hacia el centro para ganar el dominio del juego
Aleñá
Carlos Martín y Conechny (fuera de combate por el traumatismo craneoencefálico que sufrió ante el Barça) pugnaban por esa demarcación. Pero en la batalla ha entrado un tercer hombre, Aleñá. El medio catalán no pudo debutar ante el Getafe por la 'cláusula del miedo', pero ante el Leganés ya fue titular. Y Coudet le situó en la banda. La elección no fue casual. El centrocampista cedido por el club azulón le permite contar con un hombre con buen manejo del balón y zurdo para poder optar por la alternativa del centro.
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En el partido disputado en Madrid se vio a Aleñá ocupando una posición más central -la asistencia que dio a Kike García en la medialuna es el claro ejemplo- y combinando en el triángulo que formó con Guevara y Guridi. Mientras que Blanco, el ancla del equipo, se introdujo casi entre centrales para facilitar la salida del balón.
Doble punta
En el descanso, con un Leganés en ventaja y más cerrado, el Chacho introdujo a Toni Martínez y Joan Jordán, recuperado de su lesión. Con la variación consiguió estirar el equipo y fijar la defensa 'pepinera', quienes tenían que marcar a dos delanteros. Esto consiguió liberar espacio en el centro del campo, lo que se tradujo en el control del juego. «Hicimos una gran segunda mitad. Había espacio para jugar y lo hemos utilizado muchísimo mejor», se felicitó el argentino.
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La entrada de Jordán dio mayor cuajo al centro del campo, además de contar con su buen pie y capacidad llegadora: marcó ante el Athletic, Valencia (de penalti) y por partida doble ante el Leganés (uno de penalti). Desde la llegada del Chacho al banquillo albiazul se había convertido en un fijo, disputando todos los minutos, hasta que una lesión le frenó en seco.
La incorporación de Aleñá y la vuelta de Jordán otorga más cartas de corte ofensivo a Coudet, quien también cuenta con Pau Cabanes como habilidoso extremo, además de Carlos Martín y Conechny. Más alternativas para buscar las necesarias victorias; ante el Getafe estuvieron calentando cuatro defensas, una muestra de esa carencia que existía.
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