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COPA DEL REY

A Madrid con el espíritu de Dortmund

El Alavés volverá a pelear por un título, el de Copa del Rey, contra el Barcelona, ganador de las dos últimas finales

Juan Carlos Berdonces

Miércoles, 8 de febrero 2017, 16:45

Un día, otro, y otro más... Así hasta 5.855. Todo este tiempo, más de dieciséis años, ha tenido que esperar el Deportivo Alavés y toda su extensa familia albiazul para volver a pelear por un título. Desde la memorable final de la Copa de la UEFA de Dortmund del 16 de mayo de 2001 hasta que el próximo 27 de mayo se ponga en juego el trofeo de Copa del Rey. Entonces, en principio en el Vicente Calderón madrileño, estará enfrente del Glorioso todo un Barcelona, como en su momento lo estuvo otro grande, el Liverpool, que sufrió hasta la extenuación para ganar en la prórroga al bravo equipo albiazul que resurgía potente otra vez.

También ahora la tropa de Mauricio Pellegrino, sus 'chicos' como le gusta llamarlos al 'Flaco', aspira a recordar la gloria de aquel gran Deportivo Alavés según el estribillo del himno compuesto por el maestro Alfredo Donnay. El gol de Edgar en el minuto 81 desataba la euforia y allanaba el camino hacia Madrid. ¡Albiazuales hagan sus planes el último sábado de mayo! La ocasión lo merece.

Pronto comenzaban a ponerse claras las intenciones de uno y otro equipo sobre el tapete de Mendizorroza, el teatro de los sueños alavesista que disfrutó como en las grandes ocasiones con 19.307 espectadores. El cuadro vitoriano quería el balón y la posesión para llevar la iniciativa mientras que a los vigueses no les importaba ceder terreno para, eso sí, activarse de lo lindo cuando pasaban con la pelota la línea medular. Así, y después de un centro de Ibai que no encontró rematador y de un disparo desviado de Deyverson, llegaba una gran ocasión de Iago Aspas, un auténtico tormento para los defensas locales. El delantero gallego culminó una gran combinación del Celta a los diez minutos con un remate a la media vuelta con la zurda que Fernando Pachecho repelió 'in extremis'.

La respuesta del Alavés la dio Ibai en el 19 con un libre directo desde la frontal que rozó la escuadra. El control seguía correspondiendo a los pupilos de Pellegrino pero no terminaban de tener claridad de ideas. En cambio, esa lucidez sí acompañaba a Aspas, que vio adelantado a Pachecho mediado el primer tiempo, tras un mal despeje de Theo, y largó una vaselina con su zurda de seda que también salió por encima del travesaño.

Tras el descanso el Alavés salió más decidido a pisar el campo contrario y, de hecho, comenzó a ganar más balones divididos, a atacar con más efectivos por las bandas, todo lo contrario que un Celta que prácticamente prescindía de sus laterales. Así, a base de empuje, se adueño del cuero y acumuló llegadas y saques de esquina. Aunque las ocasiones llegaron en acciones rápidas finalizadas desde la frontal, primero con un lanzamiento de Ibai repelido por Sergio Álvarez (minuto 64) y a continuación con una cabalgada de Deyverson (66) que llegó a las inmediaciones del área pero chutó alto.

El equipo albiazul quería aprovechar su momento, algún detalle por pequeño que fuera pero que podría resultar determinante. Cinco minutos después de que, cómo no, Iago Aspas avisara de que estaba ahí para crear peligro, llegó ese instante. Era el 81. Edgar había entrado en el campo tres antes para relevar a un Toquero que se había dejado la vida en el césped. Y el canario, con las piernas frescas, se llevó en carrera un balón ganado por alto por Camarasa. Era el detalle necesario. El centrocampista cedido por el Levante saltó más que los centrales celtiñas y la pelota cayó a pies de Edgar, que controló, condujo, levantó la cabeza y cruzó ante la salida de Sergio Álvarez.

El último cuarto de hora se hizo eterno porque el árbitro, además, prolongó en seis minutos el partido. El Celta apeló a la heroica y metió al Alavés en su campo. Pero los albiazules resistieron hasta que Mateu Lahoz pitó el final. "Sí" gritó la grada de Mendizorroza. Una traca de fuegos artificiales iluminó el cielo de una Vitoria que ha puesto en el 'Glorioso' su esperanza y su gran ilusión de que el Alavés llegue a ser algún día campeón. Puede ser el 27 de mayo. ¿Por qué no? Soñar es gratis.

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