El uno a uno del Atlético - Alavés: Pellistri, el mejor

Bien. Poco pudo hacer en el inapelable cabezazo de Luis Suárez que supuso la victoria rojiblanca, muy cerca de la portería, y levantó las esperanzas albiazules al evitar el segundo con una paradón sobre Llorente. Solvente también en un centro-chut de Savic y un tiro de Suárez.

Intensidad y contundencia. Bien en la primera parte, manteniendo sin demasiados problemas su parcela, en pugna con el intenso Llorente. Más problemas en la segunda, cuando Trippier dio un paso adelante y generó superioridad en su zona. Un buen robo generó una ocasión de Joselu.

Notable en la primera mitad, cerrando bien los espacios interiores al Atlético, minimizando las apariciones de Luis Suárez sin caer en las trampas que suponen los movimientos constantes de un jugador tan dinámico como Correa. Se retiró lesionado en la segunda mitad.

No era una papeleta fácil cubrir el flanco derecho con las entradas de un jugador como Carrasco, que tira desmarques de ruptura hacia el centro, pero el lateral albiazul volvió a mostrar un tono sólido en defensa, con mucha intensidad y oportunas acciones defensivas.

El remate de Luis Suárez en el gol fue a la espalda del francés, aunque pesó más el mérito ofensivo del propio ariete uruguayo, en la búsqueda de la posición y en el cabezazo certero, y el preciso envío al hueco de Trippier. En líneas generales, un tono solvente del central galo.

Fue el interior izquierdo en el triángulo del centro del campo, liberado para abarcar campo con la protección de Battaglia a la espalda. Muy activo, con mucho desgaste en labores defensivas y llegada a las inmediaciones del área, donde dio un buen pase a Joselu y probó a Oblak.

Mucho trabajo defensivo en la primera mitad en la vigilancia de Trippier, que apenas apareció por el campo albiazul –sí lo hizo en la segunda y fue decisivo–, lo que restó presencia ofensivo al extremo canario, que en esta ocasión partió desde la izquierda. Cambiado por Rioja.

Fue el pivote posicional en el centro del campo de tres piezas que propuso Abelardo, una función que desempeña bien el centrocampista argentino. Más allá de alguna perdida sin consecuencias, cuajó una buena actuación, con más fisuras finales por el desorden lógico del juego.

El descaro y el desborde del uruguayo es la mejor noticia de los últimos partidos para el Alavés, una baza ofensiva que multiplica las variantes ofensivas, tanto a la contra como en ataque combinativo, ya que el charrúa es de los pocos que busca el uno contra uno.

Fue la sorpresa de Abelardo, ya que volvía a la alineación después de seis jornadas inédito. Como interior, por delante de Battaglia, con la misión de enganchar con la delantera. Esforzado en tareas de contención, aunque sin demasiada fortuna en la línea de tres cuartos.

Otro buen partido del delantero gallego, incombustible en la pelea y el trabajo para el equipo, pero no estuvo atinado en los metros finales y su actuación quedó marcada por el fallo en el penalti, el segundo que pierde después del marrado en el descuento ante el Sevilla.

Cubrió el puesto del lesionado Laguardia en los minutos finales. Solvente.

Volvía al equipo después de la renovación de su contrato y aportó presencia física al centro del campo.

Salió en los minutos finales para agitar el ataque alavesista e intentar cazar con su velocidad las segundas jugadas.

Sin hacer grandes alardes, el andaluz siempre aporta pelea y genera cosas, como el penalti de Savic que provocó con su tenacidad en la presión.