lineación del Deportivo Alavés amateur del año 1936. Familia Llanos Fernández de Retana
Opinión

Este muerto está muy vivo

Historias en albiazul. ·

En el verano de 1935 'El Heraldo de Madrid' dedicó parte de su portada a la 'defunción' del club vitoriano. Versaba sobre el daño, parecía que irreversible, que le hizo la profesionalización, pero un once amateur devolvió al Glorioso a la vida

Jueves, 22 de agosto 2024, 00:16

El 31 de agosto de 1935, en un verano como este, 'El Heraldo de Madrid' dedicaba buena parte de su sección deportiva a comentar el ... inicio de la temporada futbolística. Pero, junto a noticias sobre el campeonato regional madrileño o las plantillas de los equipos de Primera, destacaba un artículo con un título llamativo, especialmente para los aficionados vitorianos: «El Deportivo Alavés ha muerto. ¡Viva el Deportivo Alavés!».

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Firmaba este texto el conocido periodista deportivo Joaquín Soriano, que lamentaba la 'muerte' del club babazorro, dadas las simpatías que había atraído en toda España y el espíritu combativo que lo había sostenido en su etapa gloriosa: «Toda nuestra sensibilidad deportiva se estremece y se conmueve ante la desaparición del Deportivo Alavés. De nada ha servido que unos cuantos aficionados gazteitarras hayan querido vivificar ese cuerpo casi inanimado; de nada servirá que un puñado de hombres de buena voluntad quieran retardar la muerte de este Club glorioso con el aceite alcanforado de unos cuantos miles de pesetas».

Según Soriano, la crisis alavesista tenía que ver con la profesionalización del fútbol que hacía que equipos modestos –en especial, algunos de los clubes vascos– fueran incapaces de aguantar la competencia de los grandes: «El Deportivo Alavés se muere, y casi es natural que así suceda, porque es que su época, sus tiempos, han muerto ya para el fútbol (…). Pero en esta desaparición del Deportivo Alavés late un problema más trascendental que este de la mudanza de los tiempos, inexorable en todos los órdenes de la vida.

El problema que plantea el Deportivo Alavés es más grave; sobre todo para el fútbol vasco significa hasta qué punto quedan los clubs de aquellas latitudes depauperados por la 'transfusión' de jugadores. Si repasamos la lista de los jugadores que fueron del Deportivo Alavés, se comprenderá hasta qué punto es injusto que este club muera de forma tan trágica. Por consunción. Si recordamos a Beristain, Ciriaco, Quincoces, Deva, Euskalduna, Arana, Mardones, Roberto, Fede, Lecue, Olivares, Sañudo y otros varios; si pensamos en lo trágico que ha sido para este Club prestigiar a estos nombres para que después vengan a dar lustre a otras alineaciones, comprenderemos que el problema migratorio es una terrible filoxera para los clubs vascos».

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Para 'El Heraldo' había otro problema más grave, pues era «verdaderamente inconcebible que esa afición, que un día vio triunfar a su Club, hoy permanezca indiferente y alejada del campo de Mendizorroza». El artículo terminaba con un grito de ánimo para el ya cadavérico equipo albiazul: «Pero ya que ha muerto el Deportivo Alavés, digamos recordando su espíritu: ¡Viva el Deportivo Alavés!». No sabemos si estos ánimos llegaron a quienes –como reconocía Soriano– estaban intentando que el club babazorro no sucumbiera definitivamente, aunque estaba entonces en plena agonía.

En la temporada 1934-35, el Alavés había renunciado a disputar la Liga en Segunda División, por falta de medios económicos, y en el verano de 1935 todo apuntaba a la desaparición definitiva del club, incapaz de saldar sus deudas.

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«Pero ya que ha muerto el Deportivo Alavés, digamos recordando su espíritu: ¡Viva el Deportivo Alavés!», rezaba el artículo

Sin embargo, en octubre de ese año se eligió una nueva Directiva, con Felipe García-Fresca como presidente, que decidió «emprender una nueva ruta». Por un lado, se reforzaría el carácter popular deportivo del club, abriéndose a la promoción de diversos deportes; por otro, el equipo de fútbol abandonaría el profesionalismo para formar un once con «jugadores vitorianos y del más neto amateurismo». Así, el 22 de diciembre de 1935 se presentó el nuevo Alavés amateur, en un encuentro contra el Izarra de Estella.

Empezaba una nueva etapa, que se modificó por completo, recuperando el nivel futbolístico anterior, a raíz de la Guerra Civil. En cualquier caso, el empeño de ese «puñado de hombres de buena voluntad» al que hacía referencia Soriano permitió que el Alavés no desapareciera y que hoy esté compitiendo en Primera.

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