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Manu García arropado por la afición. jesús andrade

Hasta siempre, capitán

Manu García pone fin a nueve temporadas mágicas en el Alavés después de que el club decidiera no renovar su contrato

Miércoles, 26 de mayo 2021, 13:03

«Llegué con 13 añitos a San Sebastián y, después de estar en la Real, Eibar, Irún y Logroño, tengo la suerte de poder jugar ... en casa. Es una ilusión que siempre he tenido y soy un privilegiado. Es un orgullo defender la camiseta del Alavés». Son las primeras palabras que pronunció Manu García (Vitoria, 1986) como jugador albiazul. El 11 de julio de 2012. Ayer, 8 años, diez meses y 15 días después, el niño que saltó la valla de la General para disfrutar del Glorioso del otro lado –definición de su bio de Twitter– escribía el epílogo de nueve temporadas mágicas. «Vuelta a la grada. Aquí termina el regalo que el Deportivo Alavés tenía para mí», firmaba en la misma red social.

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Adiós al gran capitán. Su contrato acaba el 30 de junio y no hay oferta de renovación. La prioridad de Manu siempre ha sido seguir en el Alavés. Su corazón es albiazul. Pero el club no le ha ofrecido la opción de continuar. Decisión deportiva. El martes hubo una reunión con su representante y el miércoles fueron Josean Querejeta y Alfonso Fernández de Trocóniz quienes se reunieron con el jugador para trasladarle esa decisión personalmente. Fin a nueve temporadas en color albiazul. De Segunda B a Primera División para convertirse en el segundo jugador con más partidos en la historia del club, 308, superado únicamente por Astudillo (346).

Pero el capitán no se despide del fútbol. Su alma competitiva le pide seguir jugando. No en vano, esta misma temporada ha disputado 25 partidos en la máxima categoría, diez como titular. Por su cabeza siempre ha rondado la idea de jugar en Inglaterra o Estados Unidos, una experiencia que le permitiría afianzar sus conocimientos de inglés y explorar nuevas vías en su formación extradeportiva –licenciado en Administración y Dirección de Empresas–, pero, con un hijo de un año, la actual situación sanitaria y social le hace replantearse una alternativa más cercana a casa. No hay muchas en Primera. Más en Segunda, donde coinciden exequipos del propio jugador vitoriano como Eibar o Logroñés. Es pronto para conocer su futuro. Sin la cláusula por partidos que le permitió renovar la pasada temporada, estaba esperando a la conversación con el club. Sin oferta que atender, su nueva vida fuera de Mendizorroza, incluida la búsqueda de un nuevo destino, empieza hoy.

3.242 días después de que un joven Manu, con 26 años, recién licenciado y una revoltosa melena ondulada, se presentara en Mendizorroza como lateral izquierdo. Procedente del Logroñés. Llegó un jugador forjado en el barro. Que dibujó un sueño con balones Mikasa en la arena de San Viator y lo moldeó en Zubieta, incluido un subcampeonato de Europa sub'17 en 2003 con la España de David Silva, Jurado, Markel Bergara y exalbiazules como Raúl Llorente o Roberto Jiménez. Decidido, Manuel Alejandro García Sánchez iba a ser futbolista. Costara lo que costara. Toneladas de esfuerzo en Gal, Ipurua y Las Gaunas para pasar a la historia albiazul como Manu García y sublimar aquel sueño infantil con el equipo de su corazón, el mismo al que aplaudía desde aquella mítica general con su aita y su primo en los tiempos de Mané, Serrano, Codina y compañía.

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Se va una leyenda. Un héroe como aquellos a los que idolatraba desde la grada. Lo es por números. También por compromiso, por implicación. El alma del Glorioso en las últimas temporadas. Puro sentimiento albiazul. Y por los momentos. Dos ascensos, lo de Jaén, una final de Copa del Rey –hoy hace cuatro años– y goles grabados a fuego en la memoria alavesista. El de Lasesarre frente al Bilbao Athletic, clave para el retorno a Primera, o el que selló la gesta en casa ante el Numancia. El del reestreno albiazul en la máxima categoría, en el Calderón. Sus tres favoritos de los 19 que ha marcado con el Alavés. Aunque tampoco olvidará el que hace dos temporadas desató la locura en Mendizorroza en el descuento ante el Real Madrid.

Es la paradoja de un currante del fútbol, un jugador de equipo que tiene la habilidad y el don de la oportunidad para acaparar focos destinados a otros.Llegara quien llegara en su puesto, Manu siempre acababa jugando. Constancia. Honestidad futbolística. Y una destacada inteligencia táctica, que uno no disputa 144 partidos en la elite solo con sudor y por ser de casa. «Ahora tengo que demostrar que puedo dar el nivel», dijo cuando, con 27 años, se asomó por primera vez al fútbol profesional, en Segunda. El tiempo espantó cualquier duda en un crecimiento individual y colectivo que seguramente ni él mismo se atrevió a soñar cuando correteaba con la camiseta amarillo limón del 'Sanvi'.

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Llegó a Primera con 30. Y ahí ha estado cinco años más. Fijo para Pellegrino, Abelardo y Garitano como lo había sido antes para Natxo González, Alberto o Bordalás. Junto a Llorente o con Pina. Con menos protagonismo este curso, frenado también por el Covid, pero con otros 25 partidos –10 titular– en su currículum personal. Siempre importante, aunque fuera en la sombra. Como en las tensas negociaciones del ERTE del año pasado, en las que defendió a todos sus compañeros incluso a costa de deteriorar su relación personal con el club. Carácter dentro y fuera.

Lateral izquierdo, mediocentro, capitán y ejemplo de los recién llegados. El encargado de transmitir en el vestuario lo que significa el Deportivo Alavés. Y portavoz oficioso del club en los malos momentos, cuando más apretaba la soga clasificatoria. La última, hace apenas dos meses, con el equipo en posiciones de descenso. «Nos han dado muchas veces por descendidos y aquí seguimos», avisó. Él, como el Glorioso, nunca se rinde. Profeta en su tierra. «Orgulloso, satisfecho y feliz de haberme entregado en cuerpo y alma a mi Alavés. El camino sigue, la huella es imborrable», escribió en Twitter a modo de despedida. Leyenda. Gracias por todo, capitán.

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Homenaje e insignia de oro cuando la situación sanitaria lo permita

«Desde el Deportivo Alavés agradecemos la inmensa profesionalidad, ejemplar compromiso e implicación que Manu García ha demostrado por estos colores y le deseamos la mejor de las suertes de cara al futuro». Fueron las líneas de despedida que el club albiazul dedicó al capitán, acompañadas de un emotivo vídeo en las redes sociales con los mejores momentos y los números del centrocampista vitoriano durante estas nueve temporadas, bajo el lema 'Betirako gutariko bat, Manu' ('Uno de los nuestros para siempre')

El jugador se despedirá hoy en la sala de prensa de Mendizorroza (18.00 horas, en directo por el canal de Youtube del Alavés), acompañado del presidente, Alfonso Fernández de Trocóniz, y el director deportivo, Sergio Fernández. Además, cuando la situación sanitaria y social lo permita, Manu García recibirá el homenaje que merece su leyenda, en el estadio, con su gente, con la afición. Y con la entrega de la insignia de oro y brillantes, la máxima distinción de la entidad. Despedida con honores de un jugador para la historia albiazul.

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