La Liga rechaza la propuesta de la AFE de una rebaja salarial del 10% esta temporada
El sindicato se dirige al Gobierno para pedir colaboración con los ERTEs, el calendario o las ayudas al fútbol más modesto
El ERTE solicitado por el Deportivo Alavés ya está aprobado. Por silencio administrativo, es decir, por no haber encontrado respuesta negativa en cinco días hábiles desde su presentación. Es la vía habitual en estado de alarma, cuando son requeridos por «fuerza mayor». Es la recomendación de la Liga a los clubes para mitigar el impacto económico del parón derivado de la pandemia. La entidad albiazul, en cualquier caso, sigue negociando con sus futbolistas, contrarios al expediente, como dejó claro Edgar en la televisión mexicana, donde tachó de «inaceptable» la rebaja de sueldo propuesta por el club (70%), sobre todo si finalmente se concluye la competición, aunque sea a puerta cerrada.
Con el balón parado, los duelos han saltado del césped a los despachos. Con varios contendientes: la Liga, la Federación, los clubes, la UEFA, la AFE... Negociaciones a varias bandas en busca de una sintonía que no termina de afinarse. El sindicato de futbolistas ha rechazado el planteamiento de rebajas propuesto por la patronal, que le pedía hacer frente a medias a las pérdidas: los jugadores cederían un 20% de sus fichas si el campeonato no se reanuda, un 7,5% si lo hace a puerta cerrada y un 3% si vuelve con público, algo que parece poco factible.
Su negativa ha derivado en la furiosa postura de la Liga, que insta a los clubes a una petición masiva de ERTEs. Y la AFE ha presentado una contraoferta: una reducción del 10% esta temporada y otro tanto la próxima si no se vuelve a jugar; y cobrar la totalidad si se reanuda el torneo, en las condiciones que sean. La patronal da largas entre interrogantes: ¿Qué pasa con esa futura rebaja si un jugador cambia de camiseta o se retira?
La demanda a los jugadores de la Liga está por debajo de lo que se ha pedido en Inglaterra y se ha pactado en Italia, un 30%. Y la AFE se encuentra cada vez más presionada. La FIFA ha sido la última organización en pedir acuerdos de rebaja de salarios mediante «convenios colectivos». El sindicato, además, no tiene potestad para negociar un acuerdo global, ya que cualquier vestuario podría rechazar el trato, igual que cualquier futbolista puede no sumarse a un pacto general de sus compañeros con el club.
En esta tesitura, el sindicato se encomienda al Gobierno y ha enviado una carta al Consejo Superior de Deportes (CSD) para pedirle «una vía de diálogo» para analizar la situación del colectivo en la actual coyuntura, una colaboración que también solicitará a los ministerios de Trabajo y Sanidad. Con inquietudes como los ERTEs, la prórroga de los contratos o las ayudas para los jugadores no profesionales, de Segunda B y Tercera, algunos «en situación de necesidad».
El 5 de agosto, opción para la final de Copa
También quieren tratar un posible regreso de la competición y el consiguiente protocolo de seguridad diseñado por la Liga. Los jugadores creen que Javier Tebas pone demasiado énfasis en acabar la Liga para cobrar los contratos televisivos, pero se preguntan qué pasaría «si da positivo un futbolista, ¿se pararía la competición?». Entre sus dudas se incluyen la reorganización del calendario y las medidas «que garanticen el descanso diario, semanal y las vacaciones de los profesionales una vez concluya el estado de confinamiento actual».
En este sentido, la Liga ha pedido a la UEFA que valore el 5 de agosto como posible fecha de la final de la Copa entre el Athletic y la Real Sociedad. El organismo continental diseña una hoja de ruta para el regreso a los torneos nacionales e internacionales y salvar así los contratos de televisión, el gran objetivo de los clubes, y valora que haya una pretemporada de unas dos semanas a finales de mayo y que los equipos retomen la competición en junio y julio. Esos dos meses se destinarían a concluir la Liga y las competiciones europeas se dejarían para agosto. Tras unos quince días de vacaciones y otra pequeña etapa de preparación, la campaña 2020-2021 arrancaría a mediados de septiembre.
Son planteamientos que quedan a expensas de dos circunstancias.La primera, y la más importante, la evolución de la pandemia. Además, la última palabra sobre el calendario es de las federaciones nacionales, las únicas con potestad sobre el mismo. Y la Española aún no ha decidido la fecha de la final. La prioridad de Rubiales es jugarla con público y la única opción pasa por hacerlo tras concluir la Liga, que, a priori, volverá a puerta cerrada.