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El bar de la calle Abendaño ha recuperado la normalidad este lunes. Jesús Andrade

Pelea antes del Alavés-Betis

La indignación de la hostelera afectada por la pelea entre los ultras: «Pido mano dura contra estos imbéciles»

La dueña del bar destrozado espera que los violentos «asuman las responsabilidades» y saca la cara por los jóvenes de Vitoria

Lunes, 9 de octubre 2023, 14:08

Todavía con el susto en el cuerpo, el corazón agitado y un enfado ostensible, la dueña del bar de la calle Abendaño «destrozado» por la ... pelea entre ultras del Alavés y del Betis pide «responsabilidades». «Quiero que haya mano dura. El que la hace, que la pague», exige en declaraciones para este periódico después de atender a la Ertzaintza. «Me ha dicho que andan detrás de ellos, que saben quiénes son y que van a hacer una limpieza para erradicarlo. A ver si es verdad», ansía.

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La hostelera, que ayer no se encontraba en el bar de Vitoria en el momento del ataque, hace recuento de los desperfectos un día después. «Han roto la puerta, cristales, el toldo, maderas rayadas y vaciaron dos extintores», relata. Aunque los daños materiales son lo de menos. «A mí me importa el personal y los clientes, que pasaron un miedo terrible. Para lo demás tengo el seguro, aunque estaría bien que los daños los pagaran los causantes», exclama.

La responsable del local, que prefiere no revelar su identidad, relata cómo se vivieron los hechos desde dentro del establecimiento. «Llegó un grupo grande. Unos pocos entraron y otros se quedaron fuera. Estaban pidiendo unos pinchos y unas cervezas cuando llegaron los otros». «A por ellos, a por ellos!», escucharon los clientes. Segundos más tarde llegaron allí 70 encapuchados «asalvajados». La camarera, una clienta y la cocinera se refugiaron en la cocina. «Estaban atemorizadas. Solo oían los ruidos y yo estaba al teléfono. Me dijeron que olía a quemado. Después de lo de Murcia, se me pasó por la cabeza que me quemaban el bar. Una angustia…», relata.

Las cámaras de seguridad ponen imágenes a lo sucedido. «Los que se quedaron fuera se liaron a mamporros y los de dentro hicieron una barricada con todo lo que pillaron, el perchero, mesas y demás». La pelea duró menos de un minuto. «En cuanto abrieron los extintores, que vieron que se podían defender, salieron corriendo». La policía llegó a los «ocho minutos», según su declaración. «Tendrían que haber tardado dos porque sabían dónde estaban». La propietaria optó por cerrar el bar «porque sin extintores no podía tener abierto» y retomar la tranquilidad este lunes.

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«Desde las 6 de la mañana», seis personas se afanaban hoy en limpiar todo. «Estaba todo blanco de los extintores pero bueno, eso es lo de menos». La dueña exige que se tomen medidas contundentes contra los violentos y deja su opinión sobre las peleas entre seguidores de equipos de fútbol. «Es cuestión de educación y mano dura», reitera. «Sin eso estamos vendidos. Tienen que pagar por ello. Que estén varias noches en el calabozo y tengan multas. Si no tienen dinero, trabajos sociales y si no, que pidan a padres o abuelos, que se avergüencen. Así evitaríamos muchos problemas y dejarían de hacerlo de una vez».

En situaciones así, recurrentes cada temporada en diferentes ciudades, los hosteleros se sienten indefensos. «Las leyes están para algo. Si yo me niego a atender a un cliente, me multan con 600 euros. ¿Por qué a estos no les castigan con mano dura?», reflexiona. Con 37 años de experiencia en Vitoria en cinco bares distintos, la dueña manifiesta que «esto no puede pasar en una ciudad como ésta». «En esta misma calle he tenido un bar al que va toda la juventud y son maravillosos. Por cuatro imbéciles, quiero que pongas esa palabra, imbéciles, que serán 20 o 80, da igual, espero que nadie se atreva a hablar mal de los vitorianos ni de los adolescentes».

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La propietaria del negocio desea «con todo su corazón» que «esto no vuelva a ocurrir en ningún bar». «Que se vayan al campo. Les compro yo unos palos para que se arreen y se arranquen las cabezas si quieren. Pero a los demás ciudadanos que nos respeten», concluye.

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