Deportivo Alavés

El verano del Alavés: neblina en pretemporada

Partidos que se convierten en neblina de pretemporada. Poco menos que indescifrables, dado que las nubes de una preparación física intensiva multiplican las sombras, incluso cuando los duelos se disputan a cielo abierto por encima de los 30 grados. Casi nada es lo que parece a estas alturas y menos aún en un Alavés con huecos importantes por cubrir en el capítulo de fichajes. Es cierto que si escribimos Sivera, Abqar, Rafa Marín o Sedlar, Duarte, Guridi, Guevara, Benavídez, Rioja y Simeone habremos acertado, salvo sorpresa, más del 80% de la alineación que el cuadro de Luis García Plaza presentará en el choque inicial de la competición. Vamos, que el capítulo del ensamblaje será a priori más llevadero que el pasado ejercicio. Pero igualmente cierto parece que de lo que resta por fichar en el frente de ataque (cuando menos delantero, mediapunta y extremo derecho) dependerá el salto de calidad que exige la categoría. El que reclamó el técnico días después de la explosión de júbilo del 17 de junio en el Ciutat de Valencia con el tanto de Villalibre.

Volvamos a la pretemporada y a ese tipo de señales de humo que lo mismo se convierten a medio plazo en mensajes atinados que en mentiras veraniegas. Hace apenas doce meses el Alavés cayó de forma estrepitosa en un amistoso frente al Wolverhampton (4-0). Por aquel entonces un todavía casi desconocido Abqar, titular ante la falta de piezas en la defensa, atropellaba a un delantero inglés en el área para regalar el penalti del 1-0. Esa clase de acción que sugería que el central marroquí estaba más verde que las faldas del Gorbea. Pocos meses después se convertía en la gran revelación albiazul y en uno de los protagonistas de un ascenso histórico. Pero también hay en el pasado pretemporadas en las que un futbolista destacó para mantener después un nivel superlativo. Fue el caso de Kiko Femenía en aquel 2016-17 del regreso a Primera tras una década. El lateral diestro (otra vacante en estos momentos) cuajó un partido excelente en Irún. Con esa sensación de que había trabajado físicamente durante el verano y llegaba a julio un punto por encima de sus compañeros. Fuese o no así, bordó aquel ejercicio donde los Theo, Llorente o Ibai centraron los focos, pero Femenía hizo méritos para llevarse el título de jugador del año.

Así que cuando se trata de valorar partidos veraniegos -más aún en un Alavés con dos semanas menos de preparación que el resto de equipos-, se antoja necesaria la máxima precaución. Algo que se acentúa en un equipo eminentemente físico que necesitará de toda la gasolina en los músculos para llevar a cabo sus planes. Si el primer mandamiento en Segunda era anular en lo posible al adversario (un gol encajado en los cuatro partidos de play off que acabaron en ascenso), las obligaciones serán similares y, por supuesto, más complicadas de cumplir. Ya se ha visto hasta ahora que las opciones albiazules de pisar el área contraria pasan por una presión efectiva y los robos en campo contrario. ¿Hay que mojarse? Sí, me gusta el centro del campo Guridi-Benavídez-Blanco-Guevara. Supongo que como a casi todos los alavesistas. ¿Hay que destacar un momento de la pretemporada? El vitoriano Egoitz marca con 18 años en Guarnizo. Siempre lo podrá contar.