Orgullo ahogado en dos lagunas

El honor de caer de pie. Suma lo mismo, es una derrota, al fin y al cabo, pero el

Sí da rabia que los blancos se llevaran la victoria en dos goles mundanos. Uno a balón parado, otro en un rechace, los lances más igualitarios del fútbol, allá donde más se equilibran las fuerzas. Allá donde un Alavés no puede fallar ante un Real Madrid.

Garitano recuperó su formación más clásica, un 4-4-2 con Aleix y Rioja en los extremos.

Así llegó un internada en el área de Aleix, tras robo de Lucas, que acabó con el catalán en el suelo.

A un rival de tal calibre no le hace falta hacerlo muy bien para dar sensación de peligro. La libertad de movimientos del malagueño, escorado a banda izquierda en una posición indefinida, empezó a crear problemas al Alavés.

De hecho, solo fueron unos minutos cerca de su portería. Después el conjunto babazorro encontró desahogo en una llegada de Martín o un disparo de Duarte que acabó en córner. También lo buscó Benzema de rosca, tras una pared con Modric en el área, y Pacheco frenó los intentos de Isco y Casemiro, pero

En la reanudación Bale centró su posición y la movilidad de las piezas ofensivas blancas, con los laterales vestidos de extremos, intentaba desajustar el organizado entramado defensivo albiazul. Pero todo cambió a balón parado. Buen golpeo de Kroos y certero remate de Ramos, libre de marca en el área ante un Pacheco dubitativo. Después de todo el trabajo para achicar su calidad,

Una gran reacción, de carácter y rabia, para cambiar el juego de signo. Primero reclamó un penalti por mano de Modric, aunque le dio primero en la rodilla. Fue claro el de Ramos sobre Joselu -manotazo en la cara-.

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