Coudet, ilusionado con el rumbo del equipo: «No le veo techo al Alavés»

A la «intensidad» como condición indiscutible sumó también el «protagonismo». El tomar el control de los partidos, la batuta para dirigir la obra futbolística de hora y media de duración. «Siempre he tenido la intención de que mis equipos sean físicos, pero también que intenten jugar bien al fútbol. Por ahora me viene saliendo bastante bien, pero es mérito de los jugadores», apuntó este viernes, con la brillante primera parte ante el Espanyol aún en la retina del aficionado albiazul.

La plantilla se muestra cómoda con el balón en los pies, no le quema. Claro que al vestuario han llegado este verano jugadores que tienen un guante –como Denis Suárez, Aleñá (ahora en posesión) o Calebe– en la bota y que refuerzan esa idea. Argumentos que han permitido que el Alavés consiga este año cambiar las tornas y ganar la posesión (51,6 % de media) a los contrarios.

Eso no quita para que los vitorianos también enseñen el 'colmillo' a la hora de morder al rival por la vía rápida. «La idiosincrasia del club es de equipo más guerrero que de juego. Lo que no quiero perder es la esencia del Alavés, como siente el hincha que tiene que entregarse el jugador, pero agregando la técnica que es lo que me gusta», explicó el Chacho. Un híbrido que le da más argumentos para planificar el camino a la victoria.

El equipo albiazul regresa este sábado a Girona, el lugar donde se ubicó el 'stage' de pretemporada. Ese taller en el que el entrenador argentino trabajó para culminar la transformación de cara a la nueva temporada. Alcanzado el primer tercio de la competición la metamorfosis es evidente, aunque asegura que no ha concluido la obra. «Siempre se puede mejorar. Se puede seguir creciendo y esa es la idea de cada semana», reconoció un inconformista Coudet. «No le veo techo al alavés, ni quiero encontrarlo».

Fútbol de «comprensión»

El entrenador argentino continúa con el cincel en una mano y su libro de estilo en la otra. «El fútbol actual es de comprensión. Cuando empiezan a entender lo que queremos hacer y el porqué, entonces empezamos a darle un sentido al juego». Un trabajo de interiorizar conceptos que sigue en marcha. «Eso va pasando poco a poco. El ideal no se alcanza nunca», apuntilló después.

Para seguir avanzando en esta óptima dirección, Coudet busca la fórmula para solventar las dos carencias que muestra el equipo. Por un lado, la efectividad de cara a puerta. «Tenemos que obsesionarnos con hacer goles porque es lo que nos ha faltado», comentó tras la derrota en Vallecas. De hecho, los albiazules disparan 3,6 veces por partido.

Y también mantener el ritmo numérico en casa y a domicilio. «Nos sentimos más cómodos en Mendizorroza, pero hemos jugado de una manera similar en casa y fuera. Pero no hemos tenido los resultados que en algunos partidos merecíamos», concluyó.