El colectivo cumple y Luis Rioja se especializa
Desde el Monte del Pico ·
El Alavés suma un gran punto para encadenar siete de nueve en otra muestra de solidaridad y esfuerzo que marca el camino de la recuperaciónNo era la habitual visita al dentista de otras ocasiones, porque el Barcelona ha dejado de ejercer con el espejo de exploración que observa una ... caries y la extirpa sin contemplaciones. Pero ni siquiera ante un adversario con menos entidad de la que dicta su nombre iba a resultar fácil contener a un equipo irritado por sus malos resultados y espoleado teóricamente por el cambio de entrenador. El Alavés, sin embargo, lo consiguió a base de otra muestra de compromiso y solidaridad colectiva y esa especialización de Luis Rioja, que ha anotado tres de sus cinco goles en Primera División ante el conjunto azulgrana. El sevillano ya alcanzó la pasada temporada el estatus de futbolista importante y anoche lo corroboró. Antológica y psicológica, tras el tanto barcelonista, su acción individual con brillante continuación de Joselu para empatar. Y aguantar un gran punto que sabe a gloria y sirve para encadenar siete de nueve en los tres últimos duelos. Ante grandes problemas, grandes remedios.
Aunque quizás la lectura más positiva sea la de constatar que el equipo albiazul, que pudo perder aunque concedió muy poco en defensa, camina por fin en la dirección correcta. Exprimir su capacidad para reducir las virtudes del contrario y tratar de hacer daño al contragolpe y en las acciones a balón parado. Hay margen para seguir mejorando, como se observó ante el Elche en un tramo final de juego más combinativo, pero sin armadura cualquier equipo hiere a la más mínima ocasión. Lo constató el conjunto de Calleja en las jornadas iniciales.
El Alavés era consciente de que el Barcelona ha dejado de ser un equipo mágico. De esos que sacan palomas de la chistera para asombrar. Eran otros tiempos. Así que desde el comienzo se colocó en su posición natural. Con algunos cambios, como la entrada de Édgar y Toni Moya por Pina y Pellistri respecto a la victoria ante el Elche, además de la obligada titularidad de Sivera, pero la convicción de que su ahora equilibrada defensa supone una gruesa barrera para cualquiera. También con la intención de contragolpear, pero el equipo catalán todavía mantiene esa rápida presión tras pérdida del balón que tanto incomoda a conjuntos que carecen de grandes recursos para combinar con velocidad y desatascar el juego.
Sufrió el Alavés en algunos de los momentos iniciales ante la efervescencia local y los movimientos continuados en tres cuartos de campo, sobre todo con Gavi y Nico, pero se sostuvo con solvencia hasta el descanso de la contienda. Además de amenazar en su única opción. El balón parado, con un cabezazo cruzado de Édgar.
Un Alavés que, realmente, solo se desarmó ante acciones de calidad del rival, como el golazo de Depay, o algunos pases interiores de los centrocampistas azulgranas. Igualmente con un par de pérdidas innecesarias de Loum, que parece en ocasiones querer controlar un conejo que salta en lugar de un balón. Evidentemente, al equipo albiazul también le faltaron cosas. Serenidad para al menos oxigenar el partido con algunas posesiones largas. Incluso, algo más de claridad para la lectura de contragolpes por parte de Pellistri.
Pero estamos hablando ya de circunstancias puntuales y ante un adversario, pese a sus condicionantes actuales, superior. Llegarán días mejores o peores, pero en las últimas semanas la escuadra de Javi Calleja ha conseguido ofrecer un nivel sólido en la máxima categoría. El objetivo siempre ha sido dar sobre el campo esa talla que permite competir en cada partido. Ahora es así.
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