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Tuvo que ser en un partido entre semana ante su gente para que el Alavés se ajustara el mono de trabajo, rematara una faena sobria ... y se anotara al fin una victoria que le transporta hacia la permanencia en Primera. Al principio del derbi le echó una mano una Real desangelada que no demostró su competencia para seguir compitiendo en Europa. El Alavés le perdió incluso el respeto y no se conformó con el empate. A base de empuje, le terminó de hincar el diente tras ganar la mayoría de confrontaciones individuales.
Fue tras la reanudación y a balón parado cuando el lateral Tenaglia embocó una volea con la que personificaba como nadie la casta de un conjunto que empezó a reaccionar al filo del primer tiempo. Porque antes se dejó dominar por un contrario que sólo amasaba el balón como mejor forma de defenderse que no atacar, sabedor de que no está en su mejor momento.
Volvieron al once los defensas Mouriño y Manu Sánchez, se mantuvo de central al argentino Garcés en vez de Diarra y también Carlos Martín dejó en el banquillo a Aleñá para un fútbol más directo. De hecho, el portero Sivera no se cortaba al golpear en largo la pelota para no correr el riesgo de pérdidas en campo propio. Así se neutralizaron ambos vecinos hasta que en la continuación Coudet dio un paso al frente para dotar a su conjunto de más corazón.
Fue el turno del vitoriano Guevara y de su compatriota Conechny, que reforzaron la medular y presionaron la salida del balón realista hasta desmoralizarles. De esta forma, empezaron a llegar ya aproximaciones al área rival, sobre todo en segundas jugadas y rechaces. Llegó entonces el córner de la resurrección. Sin Jordán en el campo, cogió el relevo otro guante como el de Carlos Vicente para que Tenaglia le buscara la espalda al exalavesista Javi López.
Se juntaron todos los astros con una simbiosis de actores principales que dejaron como comparsa a la escuadra realista. Ayudó también el vecino Athletic, que poco antes se había deshecho de un Las Palmas que ahora marca el descenso a dos puntos más el golaveraje' Es decir, a un partido a falta de cinco por disputar.
Con su triunfo en el derbi, el Alavés dio un paso de gigante, incluso superando al Girona por la diferencia de goles, aunque el conjunto catalán deberá jugar hoy ante un Leganés que busca alcanzar al conjunto canario. De hecho, las posibilidades de salvación se han ido muy por encima del cara o cruz ya que este triunfo nos hace salir más holgados de la quema y aumenta exponencialmente la confianza. Ya que hacía falta sumar otra vez tres puntos de una tacada en casa, para saborear el descanso de este fin de semana ante de recibir al Atlético de Madrid, también en Mendizorroza.
El duelo muestra que esta plantilla parece competir mejor contra contrincantes que juegan más el balón y a los que podemos sorprender con más coraje y la cabeza justa. Ante la Real incluso acabamos el duelo sin apenas sufrir. Aunque tampoco tuvimos demasiadas ocasiones, sí fuimos de menos a más para acabar minimizando al oponente. Sí es verdad que a esta Real le cuesta un mundo ver puerta y por eso sólo lleva dos goles más que nosotros con un coeficiente negativo por más encajados. El equipo de Imanol Alguacil tampoco demostró recursos ni con las sustituciones, por lo que la victoria por la mínima fue justa. ¿Conclusión? El Alavés creyó finalmente en sí mismo cuando olió la sangre para no desperdiciar una oportunidad de oro que le puede conducir a la salvación. Con estos tres puntos, la escuadra albiazul no depende de los demás. Un tesoro para la recta final de campaña.
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