Un maleficio roto
El triunfo albiazul fue incontestable, el premio a la labor de un bloque donde prima lo colectivo y que aparcó una primera parte estéril para exprimir sus piezas de refresco
Después de veinte años, el Alavés volvió a profanar la Catedral en un derbi donde el solitario autogol del navarro Berenguer, obró la hazaña. Tuvo ... que ser tras la reanudación y tras un córner que el albiazul Denis Suárez intentó centrar, con el portero internacional alavés Unai Simón observando la parábola del balón en su marco.
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Porque hay que reconocer que la primera parte no dio para mucho, con el Athletic terminando de imponer su poderío físico pero sin ocasiones peligrosas de gol. Y eso que ambos rivales sólo cambiaron en su alineación a su delantero centro. Guruzeta por los leones y Mariano por los babazorros, aunque el dominicano fue sustituido en el descanso por su tarjeta amarilla. Pero fue sorprendente que el técnico alavesista Coudet apostara por dos atacantes frescos como Toni Martínez y el debutante Lucas Boyé. El primero ya avisó en una primera oportunidad de gol y el segundo le acompañó en la presión a la salida rojiblanca del balón.
El más destacado del triple cambio en la segunda mitad fue el gallego Suárez, que se hartó de manejar la pelota a su antojo para no perderla rápido como en la primera parte. De esta forma, se defendió con la posesión, las embestidas del Athletic, ya con cuatro jugadores alaveses sobre el campo. Pero la baja de su mejor hombre, el internacional Nico Williams, fue demasiado pesada, sin Berenguer ni Navarro a su altura. Es así como el equipo local tiró de corazón, pero no llegó ni siquiera la igualada sino una victoria visitante merecida con una segunda parte para enmarcar.
Denis Suárez se hartó de manejar la pelota a su antojo para no perderla rápido como en la primera parte
A destacar una sólida defensa que acabó con cinco futbolistas con el cedido Pacheco desde la Real Sociedad. Pero sobre todo, una medular que sobó el balón cuanto quiso y dos puntas con trabajo a destajo. Es verdad que faltó profundidad, jugando la segunda parte sin extremos, pero con el marcador a favor la consigna era nadar y guardar la ropa.
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De esta forma, el Alavés sigue mostrando su cara amable a domicilio y falta que le hará en próximos compromisos para situarse en la zona noble de la tabla junto a su vecino de turno. Lo importante es que se ha armado un bloque donde prima lo colectivo con un juego combinativo que se hace espinoso para el contrincante. Y, además, hay cantidad de elementos para rotar y suficiente tiempo en la primera vuelta para evaluar el rendimiento de los fichajes y si hará falta algún elemento en forma de extremo.
Efectividad a portería
También el conjunto vizcaíno jugará el martes su compromiso de 'Champions', lo que hace tener a la cabeza pensando en echar el freno de mano. Sin embargo, el triunfo fue indiscutible y una vez con ventaja en el luminoso es difícil que este Alavés pierda los papeles y los tres puntos. Por lo tanto, a resaltar también la efectividad albiazul cara a puerta, ya que necesitó menos intentos ofensivos para marcar gol También supo frenar el último arreón rojiblanco sin apenas conceder opciones claras para la igualada.
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Puede ser que la plantilla local no tenga demasiado fondo de armario y ayer sus jóvenes revulsivos no dieran el rendimiento deseado. Lo que no es excusa para reconocer la magnífica labor de su entrenador Valverde -ayer fuera del banquillo por sanción-, contra su homólogo Coudet, que movió primero ficha y además de forma más acertada.
La próxima visita a Vitoria de un irregular Sevilla debe servir para seguir llenando el granero de puntos. Y no sólo para que Mendizorroza se convierta en un nuevo fortín, sino para complementar el buen hacer a domicilio y así no pasar los apuros de anteriores temporadas. Un rival al que ya se ganó en Mendizorroza (2-1) la pasada temporada con goles de Carlos Martín y Carlos Vicente.
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