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El Alavés perdió dos puntos en los minutos finales, después de llevar una renta de dos goles durante casi noventa minutos y ya van demasiados. ... Puede ser que echarse para atrás con los dos últimos cambios de Protesoni en la medular y Garcés como tercer central hicieron el efecto contrario. Ante un Las Palmas a la desesperada y sólo ya con un fútbol directo, se propició un peligro en el área propia, que al final acabó en disgusto. Y eso que el conjunto alavesista hizo hasta entonces un partido muy serio, haciéndose con el control del juego y jugando con la ansiedad del rival.
Es así como se adelantó pronto en el marcador, tras la volea de Toni Martínez -ayer perfecto sustituto natural del lesionado Kike García- y que tuvo otro disparo al palo. También el vitoriano Guevara hizo la labor ingrata de otro fijo como el sancionado Blanco e incluso el joven portero Adrián Rodríguez suplió con nota la otra gran ausencia de Sivera. Carlos Vicente volvió al once, aunque fuera otra vez el primer sustituido, sin presagiar una reanudación tan convulsa. De hecho, con las piernas frescas de otro mediapunta como Guridi y otro punta como Villalibre se consiguió medio apuntillar al rival. Porque como el mundo al revés, perfecta asistencia del vizcaíno para gran resolución del guipuzcoano, que parecía sentenciar la contienda con el segundo gol visitante.
Y es entonces cuando primero de penalti y luego en el descuento al borde del área, el conjunto canario consiguió dos tantos para un empate que ya casi nadie esperaba. De esta forma, se duerme momentáneamente fuera del descenso, pero sólo por la diferencia goles a favor. Se desperdició, por tanto, una ocasión inmejorable para sumar tres puntos y escalar tres posiciones de una tacada. Y además, en el momento más propicio para poner tierra de por medio en la tabla. Todo acabó con un jarro de agua fría por el devenir de un encuentro que se antojaba ganado.
En otras circunstancias o desarrollo del partido, nos hubiésemos conformado con un punto ante un contrario al que seguíamos dejando atrás y además con el average a favor. Pero ahora, sólo daremos por bueno este punto si ganamos después del parón por selecciones y en Vitoria al Rayo Vallecano. Nos la volvemos a jugar ante un contrincante con más fútbol y más arriba que nosotros, pero con un tipo de juego más alegre, que nos ha beneficiado más que los oponentes de nuestro pelo. Lo que sí debemos aprender es que no se puede dar por vendida la piel del oso nunca antes de tiempo.
Y para eso considero que no debemos jugar tan a remolque del resultado -para bien o para mal- y a los datos me remito. Además de mejorar nuestro juego, tenemos que equilibrarlo y no supeditarlo tanto al marcador. Sabemos que Las Palmas intentó meternos al final en nuestro campo, pero si antes nos hizo poco daño por qué terminamos defendiendo con un bloque tan bajo. Tampoco digo que estemos todo el duelo presionando arriba, pero por lo menos un bloque medio que impida las aproximaciones insulares sólo por inercia.
La conclusión es que seguimos sin ser tan malos ni tan buenos como antes del descuento. Y que hay que seguir confiando en esta plantilla, que a domicilio está dando el callo y que a poco que responda en Mendizorroza tendrá la permanencia al alcance de la mano. Se puede resumir en guardar la ropa pero sin dejar nunca de nadar. Y más con una defensa titular que ayer destacó sobremanera, nombrando tanto a los fornidos centrales Abqar y Mouriño, como a los incansables laterales Sánchez y Tenaglia.
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