Deportivo Alavés

El balance de la primera vuelta del Alavés: medio curso de alegrías y esperanza

Solo un gol en el minuto 94 impidió al Deportivo Alavés cerrar la primera vuelta con un triunfo. El contador se quedó sin registrar la ansiada quinta victoria. Son cuatro que, sumadas a cinco empates y diez derrotas, sitúan el balance en diecisiete puntos. Suficientes para terminar la primera mitad fuera del descenso, su gran objetivo, pero una señal de lo que viene: le tocará sudar para mantener la categoría. Era un candidato a ocupar ese rol y, si bien su desempeño ha dejado más luces de sombras, no ha logrado escapar de esa etiqueta.

Es lo que le toca, aunque la historia bien podía ser otra. La percepción general, expresada en infinidad de ocasiones por Luis García, es que el equipo ha merecido más puntos. No tanto por duelos como el de la Real Sociedad, donde no fue superior, sino por encuentros anteriores. La derrota sobre la bocina ante el Real Madrid ilustra la desigual proporción entre méritos y resultados. Barcelona, Las Palmas o Celta también entran en esa categoría.

Con nueve fichajes estivales, la incorporación en propiedad de tres hombres del ascenso -Maras, Blanco y Tenaglia- y la preciada continuidad de Luis García, el Alavés ha querido ser un equipo diferente al de cursos previos en Primera. Sin miedo a tener el balón, con un centro del campo creativo y un juego valiente que mira a la portería contraria. También cumplidor en defensa. Aunque su gran asignatura pendiente es la que también le penalizó durante el curso pasado: la falta de gol. Ha marcado quince, menos de uno por encuentro (0,79). Números compensados por sus cifras defensivas (25, en la zona media de la tabla), pero que le han impedido despegar.

El portero Sivera es el único que lo ha jugado todo, los 1.710 minutos. En la estadística numérica le sigue uno de los fichajes: Andoni Gorosabel (1.619). El lateral derecho guipuzcoano llegó para aportar experiencia desde la Real y ha respondido con un solvente nivel defensivo y calidad a la hora de generar juego en ataque. Eso ha impedido que Tenaglia, tras un verano difícil hasta cerrarse su fichaje, haya logrado continuidad (291). Aunque su buen papel en Anoeta como central puede abrirle las puertas del once.

El centro de la zaga ha supuesto el principal quebradero de cabeza. Hasta noviembre la situación era tranquila. Sedlar (949) ejercía como líder y a su lado se turnaban para crecer Abqar (1.256) y Rafa Marín (1.083), debutantes en la élite. Hasta que el serbio se rompió la rodilla y la joven pareja tuvo que compartir parcela. Lo han hecho con éxito, pero la marcha del marroquí a la Copa África vuelve a alterar una parcela para la que se espera un refuerzo. Mientras, Maras permanece inédito en el largo camino de recuperar el ritmo competitivo tras su lesión. El lateral zurdo ha traído al fin la consolidación de Javi López (989). A sus 21 años es ya un futbolista maduro y alternativa real para Duarte (980).

El centro del campo es para el tridente Blanco (1.159), Guevara (1.571) y Guridi (1.367). El primero, uno de los que han agradecido el salto a una Primera que encaja mejor para sus características, ejerce como escudero del vitoriano. Guevara volvió a casa para ser líder y lo confirma cada semana. Por delante se mantiene el guipuzcoano, también más cómodo en la máxima categoría. Benavídez (391) aporta el extra físico. Las bandas plantean a un extremo imprescindible (Rioja, con sus 1.511 minutos) y la pugna abierta por la otra banda entre Abde (578), Sola (622), el muy secundario Alkain (270) y el recién llegado Carlos Vicente (34).

El nombre propio de la delantera es Samu (943). Por su rendimiento pese a ser un debutante en la élite y sus 4 goles que le convierten en Pichichi. También por el margen de mejora de cara a la segunda vuelta, que le debe situar como clave en la pelea por la permanencia. Kike (770) arrancó con un doblete, pero luego ha gozado de un rol más secundario. Giuliano Simeone (20) ha renovado las ilusiones tras volver de lesión y Karrikaburu apunta a ser pronto historia (14). Él es el gran borrón estival mientras el rumano Hagi (552) tampoco termina de encontrar su sitio.

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