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Cero goles y dos asistencias en cincuenta partidos. Los números a veces engañan. Porque el registro estadístico de Antonio Blanco con el Deportivo Alavés en la máxima categoría se queda muy lejos de reflejar el verdadero impacto del centrocampista desde hace año y medio. ... El andaluz es el corazón del equipo. El engranaje silencioso de una sala de máquinas a la que le ha costado replicar el éxito del pasado curso, pero que cuenta con la incansable aportación de Blanco desde un rol pocas veces reconocido aunque siempre necesario.
Pero los números también pueden ser elocuentes. Los suyos del partido contra el Girona lo fueron. Un 89% de acierto en los pases y 8 recuperaciones definen el perfil de un futbolista importante en ataque e indispensable a la hora de dar al bloque albiazul equilibrio defensivo. Blanco es el termómetro del equipo. El que lo manda hacia adelante y evita que caiga en repliegues peligrosos. Pero también el encargado de iniciar muchas veces las jugadas ofensivas. Otros son los responsables de culminarlas. No es su rol y tampoco necesita ese protagonismo ofensivo para brillar.
Desde esa perspectiva ve al Alavés con posibilidades de crecer. Aunque cree que el equipo ante el Girona dio un paso adelante a pesar de no haberse podido llevar la victoria, percibe al plantel albiazul capacitado para crecer tanto en el control de la posesión como en las tareas para recuperarla lo antes posible. «Si analizamos el partido sacamos muchas cosas positivas. Durante 70-75 minutos fuimos muy superiores al rival. Tuvimos mucha personalidad y bastantes ocasiones para hacer nuestro gol», explicó ayer, antes del tercer entrenamiento de la semana. «Somos capaces de seguir mejorando y creciendo en algunos aspectos con balón. Creo que el equipo aún puede dar mucho más. Incluso cuando nosotros perdemos la posesión, donde estamos siendo bastante agresivos, queremos robar el balón rápido y en ese aspecto también podemos dar un paso adelante», analizó.
La fórmula para ello, añade, es tener la «personalidad» mostrada por el equipo en el campo en el tropiezo contra el Girona. «Sabíamos que íbamos a sufrir, pero nosotros hicimos una presión muy buena, apretando arriba. Creo que robamos bastantes balones», celebró. A su juicio, no fue lo único destacable. «Con la posesión tuvimos la personalidad y la tranquilidad de hacer un buen juego y de poder generar ocasiones y creo que así se demostró», apuntó.
Aunque lo que urge es amasar victorias. «Queda toda la segunda vuelta, pero tenemos que empezar a sumar de tres en tres», asumió. El partido ante el Betis del sábado (18.30 horas) es la primera oportunidad para lograrlo. «Sabemos que tiene grandes jugadores como Isco. Va a ser un partido difícil. Pero yo creo que nosotros debemos centrarnos en nosotros, como venimos preparando los partidos», analizó.
Blanco es el eslabón indispensable de un centro del campo móvil. Porque si bien empezó como terminó el curso pasado, con Guevara como pareja de baile, desde la llegada de Coudet el que ha recuperado el protagonismo ha sido Jordán. Primero, en el puesto más adelantado del sistema del Chacho, aunque en las últimas jornadas el dibujo haya mutado a un doble pivote más tradicional con ambos jugadores a alturas similares.
Para el partido del Villamarín se mantiene la duda. Porque ninguno de los que se fueron lesionados contra el Girona, Joan Jordán y Carlos Martín, entrenaron tampoco ayer con el equipo y su concurso es dudoso. De esta forma, un Guevara creciente y que poco a poco recupera el nivel del pasado curso vuelve a opositar a la titularidad junto a un Blanco que se mantiene inamovible. Él bendice a cualquiera de sus dos acompañantes. «Siempre es un lujo jugar con los dos. Me siento muy cómodo con ambos. Son dos jugadores con calidad que me ayudan bastante en el centro del campo», celebró.
De lo que no hay dudas es de que Antonio Blanco seguirá ahí. No en vano, es el quinto jugador con más minutos del equipo esta temporada (1.374). Solo se ha perdido un partido de Liga. Los problemas físicos de un Benavídez muy secundario y única alternativa posicional para su parcela también han facilitado su etiqueta de indiscutible.
75 partidos
acumula en total desde su llegada como cedido en enero de 2023
Lejos queda ya un verano que a punto estuvo de separarle de Vitoria. La Fiorentina apostó fuerte por su fichaje, pero el Alavés desestimó una oferta millonaria y priorizó mantener en plantilla a una pieza clave en su juego. El futbolista que llegó en enero de 2023 porque no tenía hueco en Primera y que seis meses después se quedó, ya en propiedad, para reivindicarse en la élite tras el ascenso, es el corazón silencioso de un equipo que no funciona igual sin el imprescindible Blanco.
Solo otro futbolista del centro del campo del Deportivo Alavés puede igualar la continuidad de Antonio Blanco. Y si el andaluz celebra su medio centenar de partidos en Primera, Jon Guridi alcanzará contra el Betis los cien partidos con la camiseta del Deportivo Alavés. Dos temporadas y media de total protagonismo como inesperado pero eficaz mediapunta.
Aunque Guridi llegó como centrocampista con capacidad para jugar en el doble pivote o, en el mejor de los casos, algo más suelto en un trivote, no era un futbolista llamado a actuar por detrás del delantero. Pero la falta de refuerzos en el mercado el año del regreso a Segunda hizo el resto. Su sobresaliente capacidad física convenció a Luis García de que Guridi debía ser su oficioso número diez.
Así ha sido desde entonces y la situación tampoco ha cambiado con Coudet. Aunque en un primer momento lo alineó algo más escorado, en las últimas jornadas ha regresado su puesto habitual. Ningún fichaje le ha quitado el puesto. Tampoco Stoichkov. Ha disputado 17 de los 19 partidos de Liga, en los que ha marcado dos goles.
También Nahuel Tenaglia celebra su centenario como albiazul. Llegado como cedido al club seis meses antes que Guridi, el curso del descenso, es propiedad albiazul desde año y medio después. Aunque Gorosabel le quitó protagonismo el curso pasado, esta temporada se ha asentado como otra de las piezas indiscutibles en defensa por delante de un Novoa mermado por las lesiones. El argentino solo se ha perdido tres partidos de Liga.
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