Alineación a bolígrafo, Manu García y Rioja
DESDE EL MONTE DEL PICO ·
La segunda unidad albiazul perpetra un partido plano ante el modesto Unami que solo fue capaz de solventar con la conexión de dos habituales de Calleja que evitaron la indigestión finalPor si quedaban dudas sobre las diferencias teóricas en esta eliminatoria, el Alavés envió una foto de la alineación y de los suplentes del Unami ... escrita con bolígrafo. A la antigua usanza. Uno se imagina que utilizaron un bic, no el del cuatro colores, que podría ser un dispendio, y el delegado se esmeró en la caligrafía: 1- José María Segovia (notable el partido del portero que sufría calambres), 2- Alberto Cámara, 3- Adrián Contreras... Todos ellos contarán algún día que se midieron a un conjunto de Primera División.
En la Albuera no tiran de impresora, aunque sí de gallardía para defender lo suyo. Hasta 65 minutos le costó al Alavés colocar a favor el partido ante un adversario de Preferente. De esos que como los equipos internacionales de rugby de otras épocas tenían siempre como aliciente la enumeración de los oficios de sus integrantes: carnicero, panadero, estudiante de ingeniería... Duelos de una Copa remozada en sus últimas ediciones, aunque siempre quede en el aire la duda de si se trata de un cambio revolucionario o reaccionario. Es decir, si este tipo de choques entre conjuntos con cinco categorías de distancia pueden resultar deportivamente atractivos. La escuadra segoviana se apuntó a la primera opción y, pese a prácticamente no inquietar en todo el partido la portería de Sivera, logró mantener la tensión. El Alavés contribuyó a ello en un duelo plano de su segunda unidad donde la regularidad de Manu García y la entrada de Rioja evitaron la indigestión final de alcanzar el epílogo sin llegar a resolver. La claridad en el pase del primero y la verticalidad del segundo ejercieron de protector estomacal. Cuando los colores comenzaban a subirse a la cara del aficionado albiazul.
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Un mentiroso 0-3 que debió dejar a Calleja lejos de sus pretensiones. Habrá lógicamente segunda ronda sobre el 15 de diciembre, pero también sudores fríos ante la incapacidad alavesista para solventar por la vía rápida un trámite sencillo. Con el atenuante de colocar sobre el césped a un grupo de futbolistas que salvo Miazga y Manu García apenas han pisado un campo esta temporada, pero también con esa sensación de que la distancia entre el grupo de habituales y el resto es de demasiados kilómetros.
El debut de un Balboa correcto en su posición de ancla ante un rival de pocos recursos y casi nada más que destacar en un duelo de bostezos donde la escuadra albiazul careció de recursos para elevar el ritmo de balón y tampoco acertó en las ocasiones puntuales de la primera parte. Joselu ha marcado siete goles en la liga, ha asistido a Rioja en otro y los tres restantes llegaron a balón parado.
No es una coincidencia que al Alavés le cueste anotar. Ni siquiera los tantos de Guidetti y Sylla lo desmienten. El sueco empujó un pase de gol de Rioja y el senegalés aprovechó con calidad otro envío del extremo. Fuera de eso, apenas emergieron con peligro en un contexto donde se daban todas las condiciones para hacerlo. Tampoco De la Fuente, que arrancó en la banda, aportó. Ni Pellistri tras el descanso. Preocupaciones para un Alavés que necesitará algo más en el capítulo ofensivo si quiere encontrar puerta con frecuencia. Ahí llega el mercado de invierno y todo apunta a que será necesario afilar el ataque. La liga apremia ya en Granada, aunque visto lo visto se antoja complicado que el Alavés sea capaz de traer un partido de Copa a Mendizorroza.
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