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Coudet compareció este sábado en la sala de prensa mostrando una inmensa sonrisa que hablaba por sí sola. Acto seguido saludó de manera efusiva con ... un «buenas tardes, buenas tardes». Y al comenzar hablar ratificó esa emoción entremezclada con la liberación por la victoria. «Teníamos que ganar en casa, empezar a hacernos fuerte aquí y regalar un triunfo a nuestra afición», apuntó, mientras en los exteriores el hincha albiazul iba poco a poco recuperando el aliento tras la tensión del partido. «Se dio todo muy sufrido. No me gusta tanta emoción, pero se dio así». Y confía en que sea un punto de inflexión. «Nos vamos a ir con fuerza de este triunfo».
Una de las claves del partido estuvo en la intensidad con la que el Alavés saltó al verde. 15 minutos vertigunosos que tuvieron la recompensa del gol, a la postre definitivo. «Ha sido un gran inicio de partido. Necesitábamos transmitir desde dentro hacia fuera esa intensidad. En los comienzos tenemos que enchufar a la gente». Subir el voltaje para inclinar el campo hacia la meta rival. «Hacíamos partidos de querer jugar, salir jugando, pero los inicios son muy importantes», añadió, haciendo una clara mención a coger la 'autopista' para generar el máximo número de ocasiones, antes de temporizar y asumir el control para tratar de superar esa muralla rival que se asienta con el paso de los minutos.
El guion cambió radicalmente tras la expulsión de Sivera y se complicó aún más si cabe con la roja a Blanco. Nueve hombres debían defender a capa y espada los tres puntos. «Después de la primera expulsión nos paramos bien, estábamos compactados. Con nueve es muy difícil, ha sido un gran esfuerzo de los jugadores». Coudet volvió a reajustar el dibujo al escenario aún más mermado. Introdujo un tercer central, una especie de paraguas para la lluvia de ocasiones que podrían generar los groguet en clara superioridad numérica. «Con nueve hombres es normal que te generen».
La emoción siguió hasta el final. El Alavés defenfió con garra el botín. El Villarreal rozó el empate, pero la moneda esta vez cayó de cara. «Necesitábamos un poquito de suerte. Que nos acompañara. El futbol nos venía quitando mucho sin merecerlo». Una alegría contenida que estalló tras el pitido final. Coudet, sin embargo, se mostró más cauto. «Me lo tomo con tranquilidad. En mi cabeza ya está el completar el rompecabezas que tengo por no poder contar con Sivera y Blanco». Aún falta camino por recorrer, pero reconoce que el paso que se ha dado es de un valor inmenso. «Teníamos que hacer un clic. Ojalá nos sirva de punto de partida. Veníamos haciendo buenos partidos, siendo superiores a los rivales, pero nos quedábamos con poco premio».
Punto de inflexión
Coudet confía en que este triunfo sea un punto de inflexión. Ya lo dijo en la previa, la importancia de ganar para «hacer un clic». Y ayer lo hicieron. «Ojalá nos sirva de punto de partida. Veníamos haciendo buenos partidos, siendo superiores a los rivales». Faltaba reforzarlo con resultados. «Seguimos trabajando de la misma manera, el grupo está muy bien». Una plantilla que «se ha ganado un día libre».
Nahuel Tenaglia dedicó la victoria a Sivera, sustituido y trasladado al hospital tras recibir un impactando rodillazo en la cabeza. Y también a la afición. «Cuando les necesitamos nos dan esa fuerza, ese plus. Y cuando ves a tus compañeros dejarse la vida es muy lindo, te contagian». Aunque hubo que apretar los dientes. «Fue duro, pero así es más bonito. Merecimos el partido porque fuimos contundentes en las ocasiones que tivimos». Y el resultado «fue increíble».
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