Alavés 1-0 Real Sociedad
El Alavés cambia el paso a tiempoAcaba con la racha negativa tras imponerse con un gol de penalti en un buen partido que pudo sentenciar y que acabó en pleno sufrimiento
Hay tendencias futbolísticas que conducen hacia la angustia y el Alavés ha logrado cambiar el paso a tiempo. Para dejar atrás el gesto de preocupación ... y volver a sonreír. Se trataba de olvidar las tres derrotas ligueras consecutivas, regresar al triunfo en Mendizorroza y aferrarse a la zona tranquila de la tabla. Así fue. Y esta vez la clara superioridad albiazul durante al menos una hora acabó por reflejarse en el marcador. Aunque no llegará la sentencia pese a las ocasiones, aunque el penalti de Boyé entrase como podía haberse estrellado en el cuerpo de Remiro, aunque una Real Sociedad también escasa de filo acabase volcada y con ocasiones en el área de un titubeante Sivera…
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Alavés
Sivera; Jonny, Tenaglia, Pacheco, Parada; Guevara (Benavídez, m. 76), Ibáñez, Calebe (Carlos Vicente, m. 51), Denis Suárez (Yusi, m. 93), Abde (Aleñá, m. 76) y Boyé.
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Real Sociedad
Remiro; Aramburu, Martín, Aritz (Caleta-Car, m. 55), S. Gómez; Gorrotxategi (Karrikaburu, m. 78), Brais, Soler (Goti, m. 87; Kubo (Zakharyan, m. 78, Guedes y Sadiq (Barrene, m. 55).
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Gol: Gol: 1-0, m. 45+4, Lucas Boyé, de penalti.
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Árbitro: Alberola Rojas (Colegio castellano-manchego). Amonestó a los locales Guevara (m. 62) y Tenaglia (m- 69) y a los visitantes Gorrotxategi (m. 29) y Aramburu (m. 39).
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Incidencias: 18.132 espectadores en Mendizorroza.
Coudet había tirado de la alineación esperada. De nuevo con Parada en el lateral zurdo y un firme Guevara como sustituto del sancionado Blanco. Para mantener el sistema de un solo delantero, con Denis y Pablo Ibáñez por detrás, y Abde y Calebe como extremos. Ante una Real Sociedad donde su técnico, ante la importante baja de Oyarzabal, optó por Sadiq como nueve de inicio. El Alavés se antoja ahora más equilibrado a la hora de combinar solidez defensiva con generación de juego ofensivo. Otra cosa es acertar. Son 13 goles (cuatro de penalti) en 15 jornadas de Liga. A esas alturas, aunque siempre haya rachas, no parece que los números respondan a una casualidad.
Ocasiones y 1-0 de VAR
A cambio, la escuadra albiazul sigue moviéndose con soltura para mantener su ritmo competitivo. Espera en ocasiones en su campo para presionar, adelanta a veces las líneas para buscar las recuperaciones altas y, sobre todo, sostiene siempre esa actitud coral de orden y esfuerzo. Con ello y un fútbol aseado en el eje, le sirvió para dominar a una Real Sociedad superada hasta el descanso. Aunque es cierto que el visitante Jon Martín topó con el palo en una acción aislada. Tampoco acertó Boyé antes en un cabezazo ni un incisivo Calebe tras un mal control que le privó de encarar a Remiro. Otras muchas aproximaciones peligrosas al área realista quedaron sin remate. Amaga más que pega este Alavés y ahí residen sus limitaciones. Es cierto que son similares a las de muchos otros equipos.
Un partido para destacar el crecimiento de Pacheco, ya apuntado antes de los problemas en el hombro que le apartaron del once. Algún directivo donostiarra todavía se preguntará el porqué de permitir al cedido jugar ante su equipo. Imperial el defensa central y, en general, notable una zaga que mezcla bien. Un duelo también para recuperar a un Pablo Ibáñez todoterreno que nada hace mal. Motivo suficiente para reivindicarse.
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Muchas veces los goles aparecen en instantes extraños y así ha sucedido en Mendizorroza. En la agonía de la primera mitad, tras un lanzamiento de córner que botó en el área y después de la clara mano de Aritz que Alberola obvió y el VAR detectó. Que los penaltis se dividen entre los los que entran y los que no, lo demostró instantes más tarde Boyé. Centímetros le faltaron a Remiro para blocar un disparo sin demasiada malicia que acabó por ser decisivo. Ya se sabe que si es gol está bien tirado. No hay discusión.
Sin acierto y atrás
La Real Sociedad había quedado atrapada en la red de presión albiazul y así continuó también tras el descanso. Nuevas aproximaciones de un Alavés dominador, acciones de calidad desde atrás y también contras. Pero ni Boyé de cerca tras un rebote ni Abde, después de una gran jugada, atinaron con la portería donostiarra. El oxígeno se reducía en los pulmones del conjunto vitoriano, aunque Carlos Vicente ya había entrado para tratar de dar profundidad al carril diestro.
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La escuadra visitante comenzó entonces a dar señales de vida. No parecía extraño con nombres como Take Kubo, Brais, Guedes o Soler, o un Barrene que entraría después. Le costó entonces al equipo vitoriano salir de su campo y el sistema defensivo se acunó en el área de Sivera. Tampoco los cambios de Protesoni y Aleñá permitieron ganar metros. El uruguayo, eso sí, dejó rastro de su potencia en el centro del campo.
Había que aguantar y quizás llegó esa pizca de suerte que reclamaba Coudet en la previa. Cuando Barrenetxea no acertó en un cabezazo, Karrikaburu envió alto un servicio de Guedes o Caleta-Car tampoco atinó con la meta albiazul ya en el descuento. Alivio para el Alavés, que eleva a 18 su cuenta de puntos y se quita presión para el final de año.
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