Nuevos tiempos en la portería del Alavés

Atrás quedan siete años de una estabilidad inédita en la portería alavesista. Pacheco es el guardameta con más partidos en la historia del club (253), el futbolista que más veces ha jugado con el conjunto vitoriano en Primera (208). Con actuaciones salvadores, muy pocos lunares y una gran regularidad –solo se ha perdido 22 partidos ligueros de los 270 disputados por el equipo desde su llegada–. Solo el veterano Roberto Jiménez se atrevió a discutirle el puesto en el extraño fútbol pospandemia de la temporada 2019-20. A su alargada sombra han vivido otros como Pau Torres, Adrián Ortolá o, sobre todo, Antonio Sivera, recientemente renovado hasta 2024, que solo ha podido disputar doce encuentros ligueros en cinco temporadas en Mendizorroza.

El alicantino es, junto a Jesús Owono, protagonista de los nuevos tiempos. Se abre la era 'pos-Pacheco' en el portal albiazul, que queda en manos de su habitual suplente y el prometedor canterano. Esa es la idea del club, que considera bien cubierta la demarcación y prefiere centrar los movimientos del mercado en otras demarcaciones –busca, al menos, dos centrales, un centrocampista y un delantero–. Durante la pretemporada se han alternado los minutos con precisión milimétrica (5 goles ha encajado el levantino, 3 el donostiarra), aunque es Sivera quien, a priori, parte por delante.

Es su oportunidad de reivindicarse, a los 26 años, tras cinco instalado en el incómodo rol de portero suplente que ha frenado la prometedora carrera que auguraba su etapa juvenil. Debutó con el filial del Valencia en Segunda B con solo 17 años, fue campeón de Europa sub-19 con la selección española en 2015 y distinguido como mejor portero joven de España en el Fútbol Draft de 2016, por encima de Unai Simón y Soriano. También fue titular por delante del de Murguía, que ahora es dueño del puesto en la absoluta, cuando se proclamó campeón de Europa sub-21 en 2019, ya en las filas del Alavés. Pero nada ha salido como esperaba en Vitoria.

Con actuaciones vacilantes. Y con mala suerte. En la primera temporada, con el equipo salvado y como premio a su trabajo en la sombra, Abelardo le brindó la titularidad en la jornada 35. Era su estreno en Primera, pero se lesionó y tuvo que salir Pacheco. Y le volvió a pasar hace dos cursos, en la última jornada, en su primera aparición liguera. Jugarretas del destino que jalonan una trayectoria condenada al rol de portero de la Copa y una falta de confianza que quedó reflejada en ese torneo con varios fallos en el desastre de hace dos campañas en Almería (5-0).

Son cosas lógicas de la falta de continuidad –solo 26 partidos oficiales con el Alavés en cinco años que incluyen una cesión poco fructífera al Almería (4 partidos en Segunda)–. Plasmada en el primer encuentro de pretemporada, ante el Burgos en Medina de Pomar (1-1), cuando el alicantino no estuvo nada afortunado en el gol encajado, un despeje blando que dejó el balón en los pies del delantero rival. Ese mismo día Owono paró dos lanzamiento en la tanda de penaltis. Debate servido. El donostiarra –21 años e internacional con Guinea Ecuatorial–, al menos, quiere plantar batalla.

«Tengo que seguir trabajando, pero tengo ambición y ganas de seguir creciendo», afirmaba esa misma tarde. No tiene experiencia en Segunda y solo un partido en el primer equipo, cuando tuvo que cubrir de urgencia las bajas por covid de Pacheco y Sivera ante la Real Sociedad (1-1), con mucha templanza entre los palos. Pero se convirtió en héroe nacional de Guinea en la pasada Copa África tras detener el penalti decisivo de la tanda que permitió a la 'Nzalang Nacional' colarse en los cuartos de final por tercera vez en su historia. Una destacada participación que le supuso la nominación al 'Golden Boy' africano, con, como él mismo reconocía, el consiguiente «cachondeo» del vestuario de Ibaia.

Nacido en Bata (Guinea Ecuatorial) pero criado en San Sebastián, Owono lleva seis años en la disciplina albiazul tras haberse formado entre el Antiguoko y la Real Sociedad. Dueño de la portería del San Ignacio primero y del filial después, el Alavés le renovó hasta 2024 tras su debut en Primera. Ahora, si nada altera los planes del club, afronta «con ganas y mucha ilusión» el salto al profesionalismo. «Tenemos por delante un reto espectacular», aseguraba en Medina de Pomar. Colectivo e individual.