Deportivo Alavés

El año nuevo trae al Alavés más fiero

El año nuevo ha presentado un Alavés más redondo. El bloque que había cerrado diciembre sin un solo triunfo pasó la página del calendario y se olvidó de sus problemas. Del irregular empate en Mallorca, la incomprensible derrota ante Las Palmas pese al abrumados dominio y, sobre todo, de dos lunares dolorosos: la goleada encajada en Girona, donde el Alavés no encontró con la forma de ni siquiera oponer resistencia, y la derrota frente al Real Madrid en el descuento. El Alavés cerraba el año demasiado cerca del descenso, con mejores sensaciones que botín de puntos en su casillero y obligado a corregir esa desproporción.

A 31 de diciembre, el Alavés era decimoquinto con dieciséis puntos. Es decir, a tres del descenso y quince por detrás del sexto. El viernes a medianoche, nada más finalizar su encuentro frente al Almería, los albiazules sumaban veintiséis puntos y eran undécimos. A once puntos del descenso -la distancia puede variar en función de lo que haga esta tarde el Cádiz en casa contra el Athletic- y a nueve de Europa. Un nuevo horizonte y cada vez más cerca de la permanencia. Los bajos registros de los equipos de la zona baja sugieren que este curso serán necesarios menos de los habituales cuarenta puntos para salvar la categoría. Lo que, en términos numéricos, podría traducirse en que cuatro victorias más en las dieciséis jornadas restantes sellarán la continuidad del equipo vitoriano en la máxima categoría.

En cuestión de cuatro semanas el Alavés ha logrado empatar en Anoeta -y a punto estuvo de llevarse el triunfo-, derrotar al Sevilla como visitante, llevarse los tres puntos en casa ante un rival directo como el Cádiz y golear lejos de Mendizorroza al Almería. También consiguió un buen triunfo copero contra el Betis y cayó eliminado poco después frente al Athletic. Su único lunar del mes, si bien los beneficios posteriores superan con creces al perjuicio de la eliminación en octavos frente a un rival que ya está en semifinales. Antes de ganar en Almería la Liga ya había reconocido el desempeño albiazul con la nominación de Luis García a entrenador del mes. En la simbólica votación -los internautas pueden hacerlo en la web de la Liga hasta esta medianoche- García se enfrenta a Baraja (Valencia) y Míchel (Girona).

Son, por primera vez, tres victorias consecutivas esta temporada. Algo que no lograba en la máxima categoría desde la temporada 2017-2018, con Abelardo en el banquillo. Triunfos de características diferentes pero que tienen algo en común: el Deportivo Alavés ha sido un equipo efectivo en ataque. Si en ocasiones anteriores necesitaba generar muchas ocasiones para marcar, esta vez le ha valido con poco. El ejemplo del Almería es el más claro: disparó tres vez entre los tres palos y marcó tres goles. Suficiente. Ante el Cádiz desatascó el partido de penalti y frente al Sevilla supo resistir el impacto psicológico de dejar marchar una ventaja de dos goles para imponerse en el descuento. Otras formas de ganar.

Triunfos con muchos nombres. Como el de Samu frente al bloque indálico. Su doblete cerró una trayectoria de siete encuentros sin marcar y le consolidó como máximo artillero albiazul. Pero también ha marcado el otro delantero del equipo, Kike, han aportado defensas como Tenaglia o Duarte e incluso ha encontrado la paz desde los once metros. Tras fallar los dos primeros penaltis del curso Rioja ha marcado sin mácula los tres siguientes.

Entre esos nombres destaca otro perfil desconocido hasta hace poco más de un mes. El Alavés anunció el fichaje de Carlos Vicente días antes de que abriera el mercado invernal tras una rápida operación que obliga a esa celeridad. Aprovechó que su cláusula en el Racing de Ferrol era modesta y vio la oportunidad de reclutar a uno de los mejores jugadores de Segunda. Su encaje ha sido perfecto. Está ya instalado desde hace varios partidos en el extremo derecho, uno de los pocos puestos del once que quedaban abiertos. También lo está el centro de la defensa, el último capítulo pendiente del mes. El Alavés sigue inmerso en el mercado en la búsqueda de un central; tiene hasta el miércoles para lograrlo. La última pieza de un bloque creciente con un núcleo cada vez más amplio de jugadores importantes.

El equipo vitoriano también ha logrado en el camino quitarse el peso de una racha problemática. El empate frente a la Real alargó hasta los 25 los partidos consecutivos sin ganar como visitante en Primera. Parecía que ese último tropiezo no iba a llegar, pero el tanto donostiarra en el descuento puso otra losa sobre la estadística. No había forma de abandonar la espiral. Hasta la visita a Sevilla que elevó al máximo una moral que se mantiene por todo lo alto. Así, hasta cerrar un enero mágico clave en una pelea por la permanencia cada vez menos fiera gracias a los méritos albiazules.