La dupla Guevara-Blanco se rompe en el nuevo esquema de Coudet

Estas dos piezas no encajan en el esquema de Coudet, donde sólo hay espacio para uno en la medular al jugar con dos hombres de enganche. Y esa batuta parece recaer en manos de Blanco. El cordobés ha regresado a una demarcación en la que ya actuó en su etapa en el Real Madrid. «Es la posición en la que más cómodo me siento. En las categorías inferiores del Madrid también jugábamos con un solo pivote, de manera que lo tengo interiorizado y me gusta», explicó en una entrevista con este periódico. Y lo cierto es que los datos le avalan, con 63 recuperaciones (casi cuatro por partido) y 23 pases cortados.

Su principal carta de recambio parece ser Guevara, como se pudo comprobar en el derbi contra el Athletic. Previamente, contra Osasuna, el vitoriano se quedó sin disputar minutos porque Blanco jugó los noventa. Una muestra más de que costará verles de nuevo formando esa dupla en el centro del campo. Es cierto que en Mestalla jugaron juntos, pero para ello Blanco tuvo que caer a la banda y se centró más en contener las acometidas de Luis Rioja que en hilvanar las jugadas albiazules.

La situación actual era un mundo inexplorado en el último año y medio. El 9 de julio, el Alavés hizo oficial el fichaje de Guevara. Volvía a casa el futbolista que tuvo que emigrar a Zubieta para regresar como un jugador completo. Y desde el primer momento se convirtió en un fijo para Luis García. Disputó catorce de las primeras quince jornadas. Una muestra del peso que adquirió en los planes del técnico madrileño. «Ander está haciendo, hasta ahora, una temporada brutal en todo. En los aspectos de control de juego, en ese poso, esa tranquilidad...», apuntó García Plaza en rueda de prensa entonces. Y a su lado, en la gran mayoría de las ocasiones (en diez partidos) actuó Blanco, un hombre que también jugó un papel clave en el ascenso a Primera. La base de una dupla que comenzó a consolidarse. La afición albiazul se familiarizó con esta pareja que cogió las llaves del equipo. Solo las apariciones de Benavídez para dosificar esfuerzos y Guridi, que retrasó de manera esporádica su posición desde la mediapunta, evitó que en las alineaciones se viesen sus nombres juntos. De las 38 jornadas de la temporada pasada actuaron juntos en 24 ocasiones, el 63% de todas ellas.

Juntos fueron cimentando gran parte de la exitosa campaña que firmaron los albiazules el pasado curso. Un binomio que tomó también el timón del equipo en una segunda vuelta de vértigo. Y que encontraron en Guridi un aliado para armar los ataques para derribar las defensas rivales. Se formó una especie de tridente que parecía llegar para quedarse durante mucho tiempo. Sin embargo, el cambio de temporada ya mostró los primeros signos de debilidad.

En el arranque de la presente campaña, Luis García comenzó a introducir cambios en esa sala de máquinas. El nivel de Guevara en el inicio del curso se alejó de esa versión que le convirtió en un fijo, por lo que el entrenador madrileño alternó puntualmente esta pareja de bailes. Sin embargo, la llegada de Coudet y su apuesta por un único hombre en la medular despeja cualquier opción de volver a verles juntos. Ahora, pelearán por ocupar esa plaza.