El Alavés derriba el muro a cabezazos
A falta de claridad ofensiva, la insistencia albiazul acaba por liquidar en el descuento a un temeroso Levante y añade oxígeno a una racha excelente
Si no se encuentra la llave o se carece de herramienta, también se puede derrumbar un muro a cabezazos. Como lo intentaba Duarte cuando fue ... objeto de penalti y el excelso de Joselu, que con otro doblete prolongó ya en el descuento la excelente racha del Alavés. Mérito también para Martín, que colocó en el área los dos balones que resultaron decisivos. 3 de 24 en las ocho jornadas iniciales y 10 de 12 en las cuatro últimas. Ni una ni otra racha, la verdad, tienen una explicación futbolística demasiado clara.
El conjunto de Calleja dilapidó algunos partidos en el inicio, aunque tampoco mereció tal castigo. Ahora, con el viento en las velas vitorianas, llegó la primera remontada del ejercicio, cuando un empate ya parecía un mal menor para una escuadra tan aplicada en el ejercicio del oficio como escasa de claridad en los metros finales. Un partido donde Toni Moya se jugó la expulsión antes del descanso, Cordero Vega dio un cursillo de falta de criterio con el silbato y, quizás, el segundo más largo fue el que tardó el balón en desplazarse de un palo a otro para finalmente entrar en el penalti que suponía el empate. Mendizorroza contuvo la respiración y, en ese momento, detectó que cabía una victoria. Ante un Levante temeroso, que tras su gol en una acción aislada se encerró en su concha ante una situación clasificatoria muy complicada. El Alavés ya conoce lo que supone mirar al abismo, pensar que la caída es inevitable y finalmente rodar por el precipicio por puro miedo.
El equipo de Calleja, eso sí, ha ganado en las últimas semanas en confianza en sus posibilidades. En insistencia. Si no sale, se repite. Ladrillo a ladrillo. Sin permitir que lo ajustado de sus recursos genere desesperación interna. La mejor baza ayer fue su equilibrio, salvo en algunos instantes después del empate, donde las ganas de ganar amenazaron con romper el cristal de una concentración hasta entonces notable. Es evidente que esta fórmula, salvo que se mejore en cuanto a filo, no dará para alardes durante la temporada. Pero también que cuando se mantienen los duelos abiertos hasta el final, cualquier cosa es posible. No derrocharlos es la única misión. Mantener la regularidad, más allá de que detrás de Luis Rioja y Joselu no se intuya ahora mismo mucha más pólvora en la plantilla. Como muestra, el regreso al césped de Guidetti. El escandinavo ha dejado de ser un futbolista para convertirse en una atracción en Mendizorroza. Quizás la calurosa acogida de la grada intimide al rival. Vaya usted a saber.
La cuestión es que después de doce jornadas el Alavés suma 13 puntos. Por primera vez más unidades en la tabla que jornadas disputadas. 13 puntos son, más o menos, un tercio de los necesarios para añadir una séptima temporada en la categoría. Si se tiene en cuenta la desesperación de los dos primeros meses y que el cuadro vitoriano ha superado en esta fase a Cádiz, Elche y Levante, carne de carrera hacia la salvación, la entrada en el mes de noviembre solo puede calificarse de excelente. Aunque la realidad dicta también que este equipo tendrá complicado conseguir cierto desahogo en la clasificación si sus armas ofensivas siguen tan limitadas. Joselu, desde hace semanas recuperado en su mejor versión, acumula cinco de los ocho goles y roza ya a Javi Moreno como máximo realizador histórico albiazul en Primera. Detrás está Luis Rioja, con su profundidad y desborde. ¿Hay alguien más ahí?
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