El Alavés avanza en la cesión de Asier Villalibre

A la espera de concretar la marcha de Taichi Hara al fútbol belga, la directiva está dispuesta a realizar el esfuerzo que el equipo necesita en punta de ataque y que tantas veces, de manera directa o indirecta, ha reclamado Luis García Plaza, quien ya ha dado el visto bueno a la posible llegada de Villalibre. Que está avanzada. El Alavés y el Athletic ya negocian las condiciones de una cesión que el jugador también ve con buenos ojos y que, con las tres partes implicadas en la misma sintonía, puede concretarse en los próximos días.

El único obstáculo era la reticencia inicial de Ernesto Valverde, que no quería ver reducido su fondo de armario en una temporada en la que el Athletic todavía sigue vivo en la Copa del Rey, pero Villalibre apenas ha tenido oportunidades esta temporada (96 minutos en Liga). Su intención es salir cedido con rumbo a Mendizorroza y, pese a que entró en la convocatoria para el partido ante el Real Madrid, el entrenador ya está dispuesto a acceder a los deseos del jugador. «Ya lo veremos», dijo sobre un posible préstamo del futbolista de Gernika.

El Alavés espera cerrar así de manera fructífera un mercado complejo. Josean Querejeta aseguró que no habría entradas si no había salidas y Sergio Fernández apeló a una críptica «imaginación» como única fórmula para incorporar un delantero. De momento, ya ha llegado Antonio Blanco en el centro del campo, con una buena actuación en su debut liguero, ante el Racing. Con la llegada del cordobés, la recuperación de Sylla y el probable cambio de Asier Villalibre por Taichi Hara, el Alavés sería más fuerte que hace un mes, dada la escasa aportación del ariete nipón al equipo (tres partidos como titular y un gol en Liga).

El delantero vizcaíno ofrece un perfil similar al de Miguel de la Fuente, batallador y muy potente físicamente, pero, sin desdeñar los desmarques al espacio, se desempeña más cerca del área, más cercano al estereotipo clásico de un 'nueve'. En Primera División (9 goles en 84 partidos), mediatizado por la falta de continuidad, no ha sacado a relucir las dotes de goleador que explotó en la cantera rojiblanca (20 tantos en Tercera con el Basconia y 23 en Segunda B con el Bilbao Athletic), pero con 25 años todavía tiene un margen de mejora que quiere explorar en la categoría de plata, donde atesora una experiencia agridulce.

Debutó en Segunda sin cumplir los 18 años con el filial rojiblanco, con el que firmó tres dianas en la temporada 2015-16, cuando se enfrentó al Alavés en el partido de Lasesarre que encarriló el último ascenso albiazul a Primera. Después jugó cedido en el Numancia (2016-17) y en el Valladolid y en el Lorca (2017-18), pero sin demasiada fortuna. No marcó en ninguno de los 31 partidos que disputó. Malas experiencias que le dejaron marcado y le frenaban a la hora de intentar una nueva salida que ahora, convencido por la insistencia de Sergio Fernández y Luis García, el 'Búfalo de Gernika' sí está dispuesto a afrontar en Mendizorroza.