Rafa Gutiérrez | Blanca Castillo

Alavés 1-0 Almería

El Alavés ahuyenta el desasosiego

Un gol del después lesionado Sedlar permite en el tramo final un triunfo necesario que cierra una racha de siete partidos sin ganar y concede tranquilidad

Domingo, 5 de noviembre 2023

Hay partidos que marcan trayectorias y el Alavés-Almería se ajustaba fielmente a esa definición. Y es que solo cabía una victoria albiazul ante el ... colista para ahuyentar el desasosiego que se instala sobre un equipo cuando se acumulan rachas negativas. Ese sirimiri de frustraciones y circunstancias negativas que acaban por calar a cualquiera. La escuadra de Luis García Plaza acabó por fin con la racha de siete partidos sin ganar al imponerse en el tramo final a un discreto Almería. Con el tanto de coraje y oportunismo del después lesionado Sedlar. Perder al serbio, el mejor alavesista del comienzo de temporada, va a ser como olvidarse la navaja suiza para ir al monte. Ese central-medio centro que lo mismo pela delanteros que descorcha el partido con un tanto que vale más de lo que señala su precio. Porque a la momentánea tranquilidad para el equipo alavesista añade una interesante distancia de seguridad respecto a un rival directo por la permanencia. Bocanada de oxígeno para renovar la ilusión; puntos de sutura para cerrar la herida. Lo que quieran.

Publicidad

Deportivo Alavés

Sivera; Gorosabel (Tenaglia, min.83), Abqar, Sedlar (Rafa Marín, min.93), Javi López; Guevara, Antonio Blanco, Guridi; Luis Rioja (Sola, min.83), Hagi (Abde, min.68) y Kike García (Samu, min.68).

1

-

0

UD Almería

Maximiano; Méndez, Édgar, Chumi, Akieme; Puigmal (Arribas, min.46), Dion Lopy, Lucas Robertone (Baba, min.71), Ramazani (Marciano, min.88), Melero (Embarba, min.46) y Leo Baptistao (Milovanovic, min.71).

  • Gol. 1-0, min.79: Sedlar.

  • Árbitro. Pulido Santana (Comité de Las Palmas). Amonestó a los locales Gorosabel (min.25) y Rioja (min.81), y a los visitantes Melero (min.14), Maximiano (min.52) y Robertone (min.60).

  • Incidencias. Partido correspondiente a la duodécima jornada de LaLiga EA Sports. Se ha disputado en el estadio Mendizorroza con una asistencia de 16.380 espectadores.

Era el primer partido trascendental de la temporada y el Alavés lo salvó cuando apenas restaban diez minutos. Después de doce jornadas y metidos ya en el mes de noviembre los equipos no engañan. O solo un poco. Al cuadro vitoriano le cuesta demasiado transformar situaciones de ventaja en ocasiones claras. También convertir ocasiones claras en goles. No es una novedad. No lo desmiente el 0-10 del duelo copero ni tampoco aquel aparatoso 4-3 inicial en Mendizorroza ante el Sevilla. Más bien son las excepciones que confirman la regla futbolística. El tanto de Sedlar fue en realidad el primero que marca el Alavés en Mendizorroza sin contar aquel duelo de agosto ante los andaluces. Más tarde llegaron dos, pero ambos en propia puerta (Valencia y Betis). Es lo que hay.

Así se pudo observar durante una primera parte de control absoluto por parte alavesista y nula pólvora. Presión ordenada y constante, prácticamente hombre a hombre, recuperaciones sencillas en defensa para volver a empezar y, como es habitual, problemas para llegar con claridad. Esta vez Luis García Plaza incluyó a Hagi en la banda diestra en lugar de Sola, además de recuperar a Javi López y Kike García para el once titular. Sobra constancia y esfuerzo y falta magia. Y es que la chistera es propiedad casi en exclusividad de Guevara, que de vez en cuando deja claro que lo suyo es otro nivel. Lo complicado es que un futbolista con su recorrido de ida y vuelta llegue a zonas determinantes para filtrar pases decisivos.

Dominio inicial claro

La otra opción se llama banda izquierda, por donde también suele caer Guevara. Este domingo, por momentos, el Alavés agujereó ese carril a través de Javi López y un Luis Rioja incisivo. Curiosamente, las únicas ocasiones claras llegaron de otra forma. Primero con un rebote en el área que Blanco envió a la grada y después en un buen disparo del centrocampista repelido por el meta rival. Disparos los hubo de todas las clases. Del Almería no hubo noticias durante la primera parte. Garitano, que acumula tres derrotas tras sustituir a Vicente Moreno, apostó por un equipo sin Embarba y Arribas. Tuvo que recurrir a ellos en el descanso porque la escuadra andaluza era invisible. Un adversario que, junto al Cádiz al que se midió el Alavés en la primera jornada, se antoja de lo menos potente de la categoría.

Publicidad

Como lo de los goles es un sufrimiento tampoco acertó Hagi en el penalti sancionado sobre Kike García por el VAR. El rumano que lanza los córners con la zurda tiró a las nubes con la derecha. Cirros, cúmulos y estratos de maldiciones se oyeron en la grada por la oportunidad desperdiciada en el descuento de la primera mitad. En esos momentos donde los goles duelen de verdad. Claro que ya Kike García ante el Valencia había errado una pena máxima por dos veces. Las discusiones del Alavés con las redes de las porterías son a voces. Quizás algún día lleguen los susurros.

El Almería había despertado tras el descanso y los recién incorporados Embarba y Arribas rozaron el tanto que podía dinamitar el duelo. Entre Sivera y la falta de puntería se escapó la oportunidad indálica. En un choque por momentos de ida y vuelta, con la entrada de Abde y Samu para buscar mordiente. No sucedía casi nada en el área rival, pero el cuadro albiazul logró recuperar el mando del choque. Sacarse de encima la ansiedad para retornar al juego insistente y coral. Hay instantes, eso sí, donde al aficionado le gustaría enviar al césped un pase medido en profundidad al primer toque o un remate ajustado. Y es que cuesta encontrar alguno en el catálogo albiazul.

Publicidad

Así que el gol llegó de tanto picar piedra y recoger cascotes. Un córner lanzado por Abde, un rechace de Guridi y un zapatazo inapelable de Sedlar tras otro rebote. Pura adrenalina cuando el encuentro se encaminaba ya a la fase del pánico. A la obligación de arriesgarlo todo. No hubo necesidad, aunque sí esa lesión del serbio que enmudeció Mendizorroza. Luis García había recurrido a Tenaglia y Sola para activar la banda derecha y después a Rafa Marín ante la baja de Sedlar. Ocho minutos largos de descuento dieron cómo no, para acelerar las pulsaciones, aunque existió cierto control y un Samu que aprovechó su frescura para castigar al rival con sus potentísimas carreras. Por ahí murió el partido que revive al Alavés.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad