Moda y 'oro blanco' en el Valle Salado de Añana
Las salinas de Añana son el telón de fondo de la última editorial de moda de la fotógrafa vasca Leire Cavia, que ha convertido este singular enclave en una pasarela
No es nieve, ni hielo lo que pisan los modelos de esta singular pasarela de moda. Es sal de Añana. Una sesión fotográfica con un escenario único: el Valle Salado. Un paisaje de una extensión de 13 hectáreas donde se viene produciendo sal desde hace más de 6.000 años, con su imponente estructura de terrazas escalonadas construidas con piedra, madera y arcilla; y con un entramado de canales que conducen el agua salada desde los manantiales a los pozos. Todo ello forma parte del escenario del último trabajo de la fotógrafa vasca Leire Cavia. «Sabía que estas salinas existían, pero nunca las había visitado. Un día las vi de lejos pasando con el coche y pensé: aquí tengo que hacer algo», explica. Dicho y hecho.
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El valle se convirtió por un día en una auténtica pasarela de moda. Trajes monocolor, americanas 'oversize' o capas con hombreras de diferentes firmas nacionales vistieron a Gillbert Kosi y Berly Matansio, los modelos que protagonizaron la sesión. «Algunas prendas tienen toques asiáticos porque el blanco del suelo me recuerda a los campos de arroz de Asia», puntualiza. De hecho, Leire quiso retratar a los maniquíes como si fuesen los trabajadores de los arrozales: «Quería que se mimetizaran con el lugar, que fueran gente de allí. Mi objetivo era favorecer el Valle Salado de Añana».
La sesión de fotos tuvo lugar el pasado 20 de junio. «Contacté con la Fundación del Valle Salado en febrero y me dijeron que lo mejor era hacer la sesión en verano, que es cuando la sal está más bonita», cuenta. Una jornada intensa que comenzó a las cuatro de la tarde y terminó tres horas después. «Fue una locura porque era muy poco tiempo», asegura Leire. Pero cumplieron su cometido con buenos resultados: «Cuando hay buen ambiente en el equipo... se nota en las fotos. Fue una tarde muy bonita». Y todavía recuerdan divertidas anécdotas, como cuando Marí́a Zabala, videógrafa de la sesión, comenzó a marearse al inicio del 'shooting'. «Es un sitio en el que, literalmente, respiras sal y da mucho el sol. Me lo dijo y al rato, yo estaba igual, solo que estaba tan metida en mi trabajo que no me había dado cuenta. Tuvimos que ir a coger las botellas de agua del coche». Hoy, al ver el resultado, saben que el esfuerzo mereció la pena. No te pierdas todas las imágenes y el vídeo de este enclave único de Euskadi convertido en una pasarela de moda.