Viñas en altura para combatir el cambio climático en Kripan
Rioja Alavesa apuesta por plantaciones por encima de los 750 metros de altitud para recuperar ciclos de maduración tradicionales y mejorar la acidez del vino
Jon Casanova
Lunes, 18 de agosto 2025, 00:18
El cambio climático ha traído consigo una cantidad inmensurable de problemas que ha afectado en los resultados y formas de elaborar productos. Uno de ellos ... es el vino. En Kripan, localidad de Rioja Alavesa, han decidido llevar las viñas a la altura, desde 750 metros hasta 815. El municipio de apenas 175 habitantes se ha convertido en un laboratorio y Roberto Frías, director de viticultura del Grupo La Rioja S.A. reconoce que «los pioneros siempre tienen posibilidades de fracasar».
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«Se trata de contrarrestar ese aumento de temperaturas incrementando la altura a la que se implanta el viñedo», explica Frías. La idea es sencilla pero efectiva. «Por cada 100 metros de altura la temperatura baja entre 0,7 y 1 grado. Entonces eso es lo que se persigue». Esto retrasa la vendimia y lo vuelve a «fechas habituales» –sobre octubre– como las de hace 15 años. El resultado del producto también cambia.
A mayor altura, las noches son más frescas y el contraste térmico con el día estimula la acumulación de color en el hollejo de la uva y preserva la acidez, un factor «básico» para vinos destinados a largas crianzas. Otra de las desventajas de las altas temperaturas es que la uva se acaba quemando, dando resultado a «unos vinos cada vez más azucarados». Consideran recuperar la acidez clave ya que es «el conservante del vino y lo que hace que pueda permanecer en barrica o botella durante años sin que quede insípido».
Apuesta de futuro
Por suerte, la tormenta que dañó 2.900 hectáreas de viñedo y cereal en el territorio histórico el 11 de julio no les afectó. «Esta vez ha tocado así, pero a lo mejor en la próxima ocasión no ocurre», sostiene Frías. De hecho, disponen de un sistema 'keyline' con el que plantan «según las curvas de nivel, para que si las lluvias caen –sobre todo en eventos tormentosos–, quede un poco retenida».
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Otra decisión ha sido la de conducir el viñedo en vaso que mediante una forma tridimensional reparte la radiación solar de manera más variable a lo largo del día. Este método, según destacan, puede ayudar a proteger las hojas y los racimos frente al aumento de las temperaturas. Es un proyecto en su fase inicial. «Los viñedos están recién plantados, esto es una apuesta a futuro, hemos plantado tres hectáreas y es un poco para experimentar», admiten. Defienden que no se puede tratar de la única estrategia para paliar las consecuencias del cambio climático pero «es una herramienta con la que se puede jugar». Del proyecto esperan «un porcentaje de éxito importante» cuyas primeras uvas se recogerán en dos años.
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