«Es raro ver un espectáculo de linterna mágica con piezas originales en España»

– ¿Qué es lo que le llevó a interesarse por este artilugio?

– Es un invento muy relacionado con la magia. También me ha atraído el mundo de la imagen, la luz y cómo utilizarlas para sorprender al público. Empecé a trabajar con sombras chinescas y ahí lo descubrí. Me fascina el poder evocador que tiene.

– Será uno de los pocos linternistas españoles...

– Si, es muy raro ver un espectáculo de linterna mágica con piezas originales, porque suelen estar en museos o colecciones privadas. Es más común en Alemania o en Inglaterra, donde sí hubo tradición. En España hay más coleccionistas. Yo no lo soy, solo recopilo imágenes que me son útiles para mi espectáculo.

– Y con tan pocos linternistas, ¿cómo se forma uno?

– Tuve la suerte de conocer a dos grandes linternistas: Merbyn Heart y Richard Balcer. A Heart fui a Inglaterra a visitarlo y fue fundamental para que aprendiera. Balcer me ayudó más a seleccionar e identificar las piezas. Por lo demás, he sido muy autodidacta.

– No obstante, su especialidad han sido las sombras chinescas, ¿qué pueden aportar?

– Me inicié en las sombras desde mis primeros espectáculos. Antiguamente los magos siempre hacían algún pequeño número con sombras porque con ellas se pueden contar historias. De hecho, ya eran utilizadas por los chamanes en las cavernas, tanto para contar historias como para invocar al más allá. Las sombras siempre han tenido algo mágico y sobrenatural.

– Con las limitaciones que tiene la linterna, ¿cómo pretende sorprender a los vitorianos?

– El público se sorprende porque es poco conocido. Hoy estamos acostumbrados a ver imágenes a un ritmo frenético. Estamos constantemente bombardeados por los móviles. Solo en un día hoy se pueden hacer tantas imágenes como se hicieron en todo el pasado siglo. Al espectador le sorprende ver cómo solo con cristales tintados y luz se podían crear estas proyecciones tan bellas. De hecho, yo invito a la gente a revivir lo que sentían esas personas que veían por primera vez una imagen luminosa y en movimiento.

– Además un escenario como la Catedral Vieja ayudará a ponerse en ese lugar

– Sí, claro. Además, hay que pensar que muchos de estos linternistas eran ambulantes. Hoy puedes viajar por todo el mundo, pero entonces nacías, crecías y morías en el mismo entorno. Los linternistas mostraban el mundo.

– ¿Y a qué destino va a llevar a los vitorianos?

– Les voy mostrar las proyecciones que se hacían a finales del siglo XVIII y XIX. Por ejemplo, en la Inglaterra victoriana se proyectaron los cuentos de Dickens. Fue el precedente de las secuencias de cine y de la fotografía.

– La linterna también se usaba para hacer fantasmagorías, ¿cree que asustarían hoy?

– No, hoy no. Pero al público de entonces sí. La gente ahora se sorprende de que con tan pocos medios la gente se aterrara.

– Y si tuviera que escoger una imagen, ¿cuál elegiría para sobrecoger al público?

– No sé, pero hay que entender que fueron los primeros espectáculos de terror y la muerte estaba muy presente. Se podía morir de un constipado. Y creo que eso fue también el secreto de su éxito.