La escritora JK Rowling y (en el círculo) su amiga Áine Kiely Ambrose.

La profesora de inglés de Ozaeta que llora JK Rowling

La autora de Harry Potter visitó Álava hace 10 años por el funeral del marido de su mejor amiga, Áine Kiely, 'teacher' de la ikastola Arantzabela. Ahora acaba de fallecer ella y la escritora la ha despedido en un emotivo funeral irlandés

Sábado, 28 de junio 2025, 00:08

El pueblo alavés de Ozaeta no cuenta con un andén '9 ¾', ni hay lechuzas mensajeras, ni un equipo de quidditch. Pero hasta allí llegó ... la magia de Harry Potter en diciembre de 2015. La exitosa escritora británica JK Rowling visitó esta localidad de 217 habitantes, y aunque este acontecimiento no trascendió entonces a los medios, varias fuentes confirman este sorprendente acontecimiento. No sólo eso. En la estantería de algunos vecinos del municipio de Barrundia se conserva algún ejemplar firmado por ella con la dedicatoria «with love from», es decir, «con amor».

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Pero ella no llegó en busca de inspiración a orillas del cercano embalse de Garaio o a contemplar la enigmática torre de los Guevara, sino a consolar a su mejor amiga, Áine Kiely Ambrose, tras la muerte de su marido, David ('Dave'). Esta pareja se había trasladado a este pequeño pueblo en 2011 y ella ejercía como profesora en la Ikastola Arantzabela de Vitoria. Este contexto fúnebre podría parecer que no era el más idóneo para conseguir la firma de un ejemplar, aunque a Áine –nombre gaélico que para un hispanohablante se pronuncia algo así como 'Oña'– seguro que no le importó dado su enorme positivismo e infinito sentido del humor.

Así describía la propia JK Rowling a su mejor amiga el pasado 14 de mayo. Dos días antes, esta profesora había muerto en el hospital universitario Marymount de Cork (Irlanda) después de luchar tres años contra el cáncer, la misma enfermedad que diez años antes se había llevado a su esposo. «Cuando finalmente nos unamos a ella, ya será una de las residentes más divertidas del paraíso. La que los ángeles eligen para festejar, la que imparte paciencia y sabiduría en la esquina del bar celestial», afirmó en el funeral la escritora 'superventas' en un discurso que se alargó durante 17 minutos.

Y es que los funerales católicos en la 'isla esmeralda' poco tienen que ver con los de aquí. Se cuentan desde el altar simpáticas anécdotas sobre el fallecido, las risas se mezclan con las lágrimas, hay aplausos y normalmente existe un almuerzo posterior. También tiene lugar un acto en el que los niños que asisten a la ceremonia –y eso que se celebró un miércoles a las once y media de la mañana– se acercan al altar con los elementos que representaban su vida. En el caso de Áine, el primero fue una «basque flag» que lejos de ser una bandera vasca, su traducción literal, era un pañuelo de cuadros típico de las fiestas de Euskadi.

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«Será una de las residentes más divertidas del paraíso. La que los ángeles eligen para festejar», la despidió JK Rowling

Antes de Álava, la recién fallecida vivió en Irlanda, Dubai, las Islas Azores y Oporto. Aquí, como en el resto de sitios por los que pasó, esta profesora irlandesa hizo gala de su «corazón, honestidad, humor y coraje». Fue donde creció su hijo, que ahora es un veinteañero con estudios en Ingeniería, pero también sufrió la prematura pérdida de su amado 'Dave'. Alrededor de una década en tierras alavesas le marcaron hasta el punto de que en su esquela aparece la referencia del pueblo de Ozaeta junto a Kilnagnady House y Bandon, ambas localidades situadas en el condado de Cork, que fueron parte esencial de su vida.

El funeral presidido por un ataúd de mimbre fue retransmitido por YouTube y el cura no dudó en decir en castellano con el duro acento del sur de Irlanda: «Bienvenidos especialmente a los amigos de Áine y Dave. Es el momento importante de celebrar la Santa Misa, que fue de Áine Kiely Ambrose. Invito a todos los oyentes a participar en esta celebración».

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Le dedicó el tercer libro

En Oporto fue donde coincidieron como profesoras Áine Kiely y Joanne Rowling, mucho antes de que se cambiara el nombre por las siglas JK para tratar de convencer a los editores de que le publicaran el primer libro de Harry Potter, que 'a posteriori' vendió 120 millones de copias. La irlandesa fue uno de los apoyos de la autora inglesa a la hora de escapar de un «violento» matrimonio y, por eso, le está eternamente agradecida, hasta el punto de dedicar el tercer tomo de la saga del mago de Hogwarts «a Áine, la madrina del Swing», en referencia a un pub en el que disfrutaron de más de una noche de fiesta.

Esta profesora era muy conocida en Ozaeta y, por supuesto, entre la comunidad irlandesa de Álava, donde la mayoría conocía su relación con la 'madre' literaria de Harry Potter. La mayoría prefiere mantener un discreto silencio, y quien habla lo hace desde el anonimato para respetar su memoria.

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Pero sólo hace falta escuchar la enorme ternura que Rowling demuestra en cada una de sus palabras durante los 17 minutos de discurso, en el que abundaron las carcajadas recordando algunos de los pasajes de su vida en el funeral. «Era una de las personas más divertidas que he conocido. Y lo fue hasta el final. Hace dos semanas, estaba con ella en el hospital hablando de su fallecimiento y pensé que se había quedado dormida. Le cogí la mano y dije: 'Vas por delante de nosotros. Nosotros iremos justo detrás de ti'. Abrió un ojo y me dijo: 'Bueno, no te apresures. No quiero que me quites el foco de atención'», contó Rowling.

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