El acusado, a la derecha, necesitó de una traductora para seguir el juicio en la Audiencia Provincial de Álava. D. G.

El peluquero que vendía cocaína por whatsapp en Vitoria

Audiencia Provincial de Álava ·

Solicitan 4 años de cárcel para un acusado de entregar 1,9 gramos a un cliente en su coche. «Lo habitual ahora es reservar la droga por el móvil», dicen agentes de la Ertzaintza y la Policía Local

Jueves, 11 de septiembre 2025, 00:14

«Tenía un número de teléfono al que llamaba para pedir la cocaína. Me mandaban una ubicación por whatsapp y allí pagaba en mano». Un ... antiguo residente en Vitoria, actual vecino de una localidad islandesa, firmó ayer miércoles esta revelación en el juicio que abrió la temporada postvacacional en la Audiencia Provincial de Álava.

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Su declaración por videoconferencia, en la que se declaró «consumidor habitual» en 2022, cuando ocurrió este 'pase' (como se conoce en el argot a una transacción de droga), dejó en mal lugar al acusado. Este entonces peluquero fue la persona que subió al asiento de copiloto del turismo del testigo principal y quien supuestamente le entregó un par de bolsitas de 1,9 gramos de cocaína –con una pureza del 47%–. Recibió a cambio «120» ó «140 euros», ayer no quedó claro.

El investigado, sin antecedentes penales, se enfrenta a una petición fiscal de 4 años de cárcel por la presunta venta. Parece un castigo excesivo, como remarcó su abogado, el siempre concienzudo Unai Aguirre, pero el Código Penal castiga sobremanera cualquier venta de drogas que «causan grave daño a la salud».

Ocaso de los narcobares

Este juicio en teoría menor destapa una novedad sobre el menudeo de drogas en la ciudad. De un tiempo a esta parte, los narcobares y los narcopisos han dejado hueco –o gran parte del pastel– a las transacciones por whatsapp o telegram. «Cambian las ubicaciones constantemente, lo que dificulta cualquier seguimiento por nuestra parte», escrutan agentes especializados de la Ertzaintza y la Policía Local.

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En la actualidad, apenas un par de establecimientos hosteleros despachan droga en Vitoria cuando llegó a haber una treintena. Antes de la pandemia, la presión policial –en especial del GPA de la Guardia urbana, unidad que ahora medita eliminar el concejal César Fernández de Landa– logró el cierre de la mayoría.

El supuesto comprador de la droga y testigo principal de la acusación declaró por videoconferencia desde Islandia. D. G.

Luego llegaron los narcopisos. «Llaman mucho la atención por el trasiego de clientes, lo que llevó a muchos traficantes a bajar a la calle y hacer ahí el 'pase', que también es arriesgado», atajan fuentes policiales. En la actualidad, la tendencia «al alza» pasa por comprar a través del móvil.

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En el caso del peluquero, fue detectado por una patrulla de la Ertzaintza porque el comprador, al volante, dio marcha atrás donde no debía. «El copiloto se agachó e hizo movimientos extraños», dijo un uniformado. Junto a su asiento había dos bolsitas con los 1,9 gramos de «polvo blanco» que supuestamente ocultó. Le requisaron el dinero del 'pase' (140 euros) y otros 200 de «mi trabajo en la peluquería». El testigo principal guardaba otro par de dosis, por lo que fue multado.

Ayer miércoles, el peluquero –hoy empleado en otra labor– negó transacción alguna. «Era un cliente al que no pude atender porque estaba cansado y nos fuimos a tomar un café», aseguró. «No me drogo. Soy deportista y quiero que me devuelvan el dinero que me quitaron».

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