El escritor Mikel Santiago le saca las tripas en público a la novela negra
El autor, que publicará en febrero 'El hijo olvidado', enganchó al público del festival Vitoria-NeGrasteiz con un taller de libros y cine
Son felinos con mechas. Y no se trata de leones que hayan acudido a la peluquería por algún capricho de su naturaleza. Se trata de ' ... Gatos y bombas', un título del escritor Mikel Santiago que suma la curiosidad de los siempre misteriosos mininos y esas cuerdas que arden con chispas. En el enunciado hay encerrado un micifuz y una cuenta atrás hacia el desastre. Enigmas y peligros que el autor vizcaíno y alcalde literario de Illunbe sitúa como motores de la novela del género que aborda el nuevo festival, que cuenta con el apoyo de EL CORREO.
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Rebobinemos. La gente acude en buen número a las citas en los auditorios del Palacio Europa. Y Jesús María Sáez y Alberto Gredilla, que impulsan el ciclo organizado por la asociación Krelia, se muestran contentos, al igual que los patrocinadores. Pero Santiago advierte que espera de los asistentes a su taller «preparados para participar» en una singladura que refleja en lo audiovisual con un velero rumbo al horizonte.
Allá va el autor, a quien se supone dotado de unas herramientas como el conocimiento de un tema histórico, formación como escritor o tener una historia que contar, según explica el autor de 'La última noche en Tremore Beach' o 'El mentiroso'. Él mismo arrancó en su momento con «mucho arrojo y fuerza» y recuerda cómo quiso unir «elementos de 'El Código Da Vinci' y 'Harry Potter'» en su primer intento.
«Hay tres tipos: de la carne, social y psicológica, que es también la de las novelas románticas»
«Naufragué, me quedé varado en mitad de la historia» y meditó el fracaso, como el náufrago que interpretaba Tom Hanks dialogaba con su amigo, el balón Wilson. Luego se centró en los relatos antes de volver a apuntar hacia la novela, «una idea muy compleja, con muchos factores como estructura, tono, trama, documentación o trabajo solitario».
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Esto último, casi un tópico de la realidad del escritor, no siempre es tan sencillo. «Yo escribía en la cama, porque vivía en un piso compartido y en el salón veían la tele». Con la siempre fiel almohada para poder consultar, Santiago establecía tramas, estructura y pasaba a dar vida a la historia. La primera fase «es libre, creativa y no te cortas con nada», pero luego llega el momento de la poda e incluso la motosierra. Eso, sin olvidar mantener ritmo, carisma, interés y «la magia de contar».
«Yo escribía en la cama, porque vivía en un piso compartido y en el salón veían la televisión»
Entonces proyecta un paradigma: la película 'Tiburón' de Steven Spielberg. «La vuelvo a ver todos los años», matiza quien disfruta cada vez de ese «viaje emocional». Y plantea varios aspectos, que la gente vota, para destilar que «la historia de terror (el tiburón come gente)» y que el policía Brody «debe vencer sus miedos y matar al monstruo» convierten a la historia en thiller.
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También señala Santiago que las muertes en la ficción son «de tres tipos: de la carne, social y psicológica, que es también la de las novelas románticas», cuando no se alcanza el éxito con la persona amada. En la película, corresponden a las dentelladas para el agente, el fracaso para el oceanógrafo o la obsesión del cazatiburones por vengar la escabechina sufrida tras un naufragio en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial.
Emoción y tensión
Mikel Santiago mantiene a flote su discurso con otros ilustres ejemplos de la gran pantalla y los libros. Y, por fin, asocia al gato al «viaje emocional» y la bomba a «la tensión».
Con varios títulos, pone a prueba a los oyentes, que vuelven a revelarse como buenos parlantes, y al final surgen 'El silencio de los corderos', 'El nombre de la rosa', 'El Código Da Vinci' o 'Seven', que tienen «la potencia de los dos motores. He querido hacer novelas enigma que son thrillers», resalta Santiago. Tras desvelar otra serie de interesantes detalles, el escritor da por destripada la novela negra y saca un caramelo: el 1 de febrero de 2024 publica 'El hijo olvidado'. Y hay referencias a un País Vasco donde Illunbe existe.
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Óscar Beltrán de Otálora y Javier Otaola, la resolución de un crimen, premios y cierre con Kai Nakai
Desde que la Coral Manuel Iradier puso un sonado prólogo a Vitoria-NeGrasteiz, todo un desfile de voces y plumas más que autorizadas han puesto ante el público del Palacio Europa un sinfín de detalles, curiosidades, conceptos y maneras de construir los grandes relatos con que este género literario engancha a los lectores. Menos conocidos, pero no exentos de calidad, serán los textos ganadores de los concursos del primer festival de novela negra y policiaca de la capital alavesa. A las 13.30 horas de hoy el centro de congresos acogerá la entrega de los premios a los Mejores Relatos Cortos Internacionales, convocados por Krelia, así como a a los Mejores Microrrelatos, recopilados por als bibliotecas de Vitoria. Y, además, se reconocerá al Mejor Pintxo-Pote Popular creado para la ocasión, entre los 14 establecimientos hosteleros participantes en la ruta 'Aquí te pintxo, aquí te mato'.
Pero la trama negra dejará al público otras interesantes palabras: a las 11.00 horas el auditorio Francisco de Vitoria acoge 'Charlas en Negro', una mesa con los novelistas Javier Otaola ('La comisaria Olaizola y el caso del perro blanco') y Óscar Beltrán de Otálora ('Tierra de furtivos'). Al final, habrá firma de libros y merchandising en la sala Armentia.
Interesante y entretenido será el taller de las 12.00 horas. El criminólogo Alberto Gredilla planteará 'CSI televisivo vs CSI real ¿Serás capaz de resolver un crimen?'. La respuesta, en el auditorio Francisco de Vitoria.
Y la primera aventura del gato Poe llegará a su final, antes de afilarse de nuevo las uñas y el cuchillo para 2024, a partir de las 14.00 horas. La clausura oficial terminará bien arriba, ya que incluirá los potentes ritmos que caracterizan a los temas de la cantante Kai Nakai.
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