La lluvia salva la vendimia más rara
Más breve que de costumbre, la cosecha en Rioja Alavesa culmina con uva de calidad. Algunos viticultores de la comarca ya avanzan la elaboración de vinos exquisitos
Ania Ibañez
Domingo, 28 de septiembre 2025, 00:32
Rioja Alavesa recoge estos días los últimos racimos de una vendimia rara. Más breve que de costumbre después de sortear el mildiu y el granizo, ... ha recibido una lluvia caía del cielo como un milagro. Habrá menos vino, convienen las gentes de la tierra, pero será de más calidad, añaden como alivio. Algunos viticultores apuntan a «cosechón», otros ni siquiera se ha molestado en retirar la uva por frágil. Contrastes, como la comarca.
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«El agua de este fin de semana ha sido maravillosa». Así se refiere Carlos Fernández, dueño de Bodegas Tierra, a las lluvias del 20 y 21 de septiembre en Rioja Alavesa. «La cosecha venía muy mal y con parón vegetativo», explica sobre la temprana vendimia de este año, que para su bodega arrancó el día 17. «Con los golpes de calor en verano llegó un bloqueo de maduración de la planta y la lluvia la ha desbloqueado». Aun así, la vendimia está siendo «muy corta» y la producción está muy por debajo de lo habitual. «Antes sacábamos 1.700 botellas y este año llegaremos a las 900», casi la mitad por un «año complicado» para el mundo vitivinicultor.
Los datos
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30 millones de kilos de uva se han cosechado por ahora en toda Rioja Alavesa.
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44% se recortaron los rendimientos máximos de los viñedos por municipios.
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2.900 hectáreas se vieron afectadas por el granizo que se sufrió en julio en el territorio.
En los últimos informes publicados por el departamento de Agricultura de la Diputación alavesa se refleja la brevedad. A 25 de septiembre en la zona oeste de Rioja Alavesa diez parajes habían concluido la vendimia, con ocho aún de cosecha mayoritariamente de tempranillo (uva tinta). En la zona este, a 23 de septiembre, se seguía cosechando tanto tinta como blanca en seis zonas, con 13 de ellas ya concluida la faena. En el último boletín de maduración de la DOCa Rioja se refleja que la semana más álgida fue la del 15 al 20, con números parejos en la siguiente tras un inicio de septiembre con cifras bajas. El miércoles, según la Denominación, se había recolectado 30.232.808 kilos de uva en todo el territorio, mientras que el año pasado en estas fechas habían sido 24 millones.
Esta escasez de uva estaba prevista, por lo que la DOCa aprobó el 19 de agosto una revisión a la baja de los rendimientos máximos del viñedo. Se recortó hasta un 44%, desde los 5.850 kilos por hectárea hasta mínimos de 3.250. El ajuste se hizo por municipios, por lo que en localidades como Labastida, Kripan, Yécora o Moreda se cogido hasta 5,2 toneladas de uva. En el caso de Elciego y Navaridas, sólo 3,2. En Laguardia han sido 4.000 kilos y en Elvillar, 4.500.
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Calor, mildiu y granizo
La cosecha escasa no se ha debido únicamente a que los cultivos han sufrido por las altas temperaturas, también se han visto asolados por el hongo mildiu y las tormentas con pedrisco que afectaron mayoritariamente a la zona central, Villabuena de Álava, Samaniego, Leza, Navaridas y Laguardia. Este fenómeno meteorológico se sufrió el segundo fin de semana de julio, con un fuerte diluvio que vino acompañado por momentos de pedrisco y que castigó a 5.300 parcelas -2.900 hectáreas- en Álava, según datos de la entidad Agroseguro.
«Nosotros hemos tenido suerte dentro de lo que cabe», expresa Carlos Fernández sobre las 35 hectáreas de viñedos de Bodegas Tierra. «Hemos tenido la presión del mildiu, pero libramos del granizo». El cosechero explica que «a la derecha de la carretera, que es como una vértebra que divide Rioja Alavesa, sufrimos mucho daño de mildiu», mientras que «a la izquerda les hizo muchísimo daño la tormenta de granizo».
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Es el caso de Javier Gutiérrez, de bodegas Mayor de Migueloa, la única que hace todas sus operaciones dentro de la muralla de Laguardia y que sufrió «la terrible granizada que hubo en en el pueblo». «Cayeron unos 70 litros de agua y dañaron mucho las viñas». Además de eso también se ha tenido que «pelear» con el hongo «hasta hace poco», por lo que sus uvas se han visto «muy afectadas».
Para Bodegas Tierra, la batalla contra el mildiu se vio intensificada ya que utilizan agricultura ecológica, es decir, «productos menos dañinos y que no son residuales para mantener el paisaje». Su uso hace que «los costes de producción suban, porque con el sistema convencional pasas por las tierras dos veces al mes. Con productos ecológicos pasas cuatro». En su caso han tenido que utilizar «doce tratamientos», mientras que antes solo «siete veces».
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Pese al calor, el mildiu y el granizo, la DOCa Rioja recalca la calidad de la cosecha de este año, reflejando en el último boletín que «la sanidad en vegetación y racimos continúa extraordinarias» y que «la firmeza de la baya y las previsiones de gran calidad son generales». En él también subrayan que la previsión meteorológica para los próximos días con «temperaturas nocturnas bajas, las diurnas moderadas y ausencia de precipitaciones» permitirá que «la evolución óptima madurativa continúe».
Un «cosechón»
Carlos Fernández se mantiene positivo. «La última cosecha está siendo la mejor», expresa el bodeguero de Tierra. «La semana pasada habría dicho lo contrario, porque no era una uva de fascinar ni analítica ni visual ni gustativamente». Algo que corrobora Sonia Cerrillo, temporera de las bodegas desde hace 20 años junto a otros seis currelas. «La uva tiene muy buena calidad, bastante grado y es sabrosa», explica la mujer, natural de Quesada (Jaén), durante la recogida de tempranillo. En cambio, la cosecha está siendo «bastante floja» respecto a cantidad. «Hemos terminado de cosechar la blanca», explica. «Ahora estamos con las viñas que menos uva tienen porque en el resto los racimos están verdes todavía». Fernández, su jefe, cree que «va a ser un cosechón en cuanto a calidad» pese a la escasez de fruto. «Estoy seguro de que se van a hacer grandes vinos este año», concluye el bodeguero.
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Por desgracia no es la realidad para los adeptos de la bodega Mayor de Migueloa, en Laguardia. que no podrán disfrutar de su producción. «No hemos hecho vendimia porque la uva no tenía la calidad que queremos para elaborar nuestros vinos», explica Javier Gutiérrez. «Hemos vendido toda la uva, queremos que nuestro producto esté dentro de unos parámetros de calidad y no lo estaba». El bodeguero califica su decisión como «valiente» y concluye que «no hay que hacer añada simplemente por hacerla».
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