Hay una realidad que está en el mundo y tiene que pasar a la escritura para que pueda ser entendida y también, por qué no, ... disfrutada por la gente. El mundo es tan grande que no podemos conocerlo entero, ni siquiera en una pequeña parte. Por eso la novela negra y policiaca ponen en texto lo que en la realidad del mundo y en la imaginación de algunos no sería accesible para la gente que hace su vida normal. La novela negra y policiaca nos saca a todos de nuestra vida cotidiana y nos traslada a mundos desconocidos, donde podemos disfrutar de un buen rato de lectura y al mismo tiempo de una realidad que en este caso solía pasarnos desapercibida: la mala gente, los suburbios, la violencia, las conspiraciones, el crimen organizado, los tugurios, la corrupción, la locura, y también la inteligencia, la investigación, la seguridad, los valores, y por qué no decirlo, la sociedad misma retratada en sus detalles más ocultos que nuestras normas no permitían mostrar.
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El hiperviolento Freddy Otash, antihéroe de 'Pánico' (2021) de James Ellroy, nos da una clave de acceso a la novela negra y policiaca: «He pasado veintiocho años en este puto rincón del infierno. Ahora me dicen que si rememoro mis malandanzas y las escribo, podré salir de aquí». Ellroy es ahora mismo el maestro de este género literario en el que su protagonista es un malhablado, un malévolo y hasta un malintencionado, pero al leer sus novelas nos adentramos en un mundo desconocido, sorprendente, incluso aterrador, en el que sin embargo accedemos a emociones renovadas y se refuerzan valores que creíamos pasados de moda.
En 'La soledad del manager' (1977) de Manuel Vázquez Montalbán, protagonizada por Pepe Carvalho, el narrador no se arredra en su típico papel de explicarlo todo: «Los americanos saben hacer rendir a la gente y un segundo antes del agotamiento estimularles para que se reconforten y sigan produciendo. Es el principio psicológico fundamental del taylorismo y del fordismo. Yo me lo autorreceto. De lo contrario no podría superar el naufragio de cada día en la soledad». Desde luego el párrafo no tiene desperdicio. Por supuesto que estamos leyendo una novela negra y policiaca, pero también alguna cosa más: un profundo y acertado análisis sociopolítico de la sociedad estadounidense, un balance impecable de las consecuencias abominables del hipercapitalismo, una descripción de la degradación de las condiciones psico-sociológicas del ser humano en nuestra sociedad. ¿Se puede pedir más?
La eterna cuestión de los géneros novelescos ha explosionado desde que en el siglo XIX la novela se convirtiera en el género literario hegemónico. Por eso, a día de hoy seguimos teniendo multitud de registros en la novela: histórica, realista, social, realista-mágica, fantástica, realista-sucia, gótica, romántica, sentimental, y por supuesto novela negra y policiaca. Dadas las condiciones socio-culturales de la lectura en nuestros días, hay unos pocos géneros que han triunfado entre los lectores: por un lado, la novela histórica y la romántica, y por otro lado, destacando sobre las anteriores, la novela negra y policiaca, muchos de cuyos títulos llevan ya la rutilante etiqueta de 'best seller'.
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Vistas las condiciones culturales de nuestra ciudad en el momento histórico actual, la capital del País Vasco, rebautizada para este evento como 'Vitoria-NeGrasteiz', es un foro muy apropiado para acoger un festival literario de envergadura. En primer lugar, cuenta con infraestructuras suficientes y adecuadas para llevar a cabo un evento de estas dimensiones, gracias a las inversiones y al diseño de ciudad que con acierto se han materializado en los últimos tiempos. Y en segundo lugar, dispone de una red cultural-popular suficientemente sólida para encajar las actividades propuestas, dado el curriculum cultural que nuestra ciudad viene atesorando desde hace ya muchos años y que es patrimonio de toda la ciudadanía.
Vitoria-Gasteiz tenía una cuenta pendiente con la literatura, necesitaba acoger una actividad importante en relación con la escritura y la imaginación; es más, necesitaba apadrinar un evento cultural y literario capaz de desarrollar una actividad de referencia en el mundo de la creación literaria, todavía vigente y posiblemente en auge a pesar de todos los agoreros que habían decretado su extinción. En Vitoria, no lo olvidemos, tiene su sede la Facultad de Letras de la Universidad del País Vasco. Y por si fuera poco, en esta ciudad y en Álava residen más de un centenar de escritores, algunos de ellos desconocidos, que algún día formarán parte de una historia literaria de la ciudad. La literatura no ha muerto, porque la literatura todavía tiene muchos mundos por descubrir y por crear.
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Una página importante se está escribiendo en la historia cultural de Vitoria-Gasteiz. No se lo pierdan, sigan al gato negro Poe y consulten el expediente 'Vitoria-NeGrasteiz'.
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