Protesta de trabajadores de Guardian contra el cierre de la planta de LLodio Igor Aizpuru.

Guardian iniciará el proceso para despedir a sus 171 trabajadores de Llodio el 3 de marzo

La plantilla se concentrará ese lunes frente a las puertas de la factoría en la localidad alavesa. El Gobierno vasco sigue buscando inversores

Domingo, 23 de febrero 2025, 14:10

El proceso de cierre de Guardian Llodio avanza a pesar de los intentos del Gobierno vasco por encontrar inversores que reviertan la situación. Mientras Lakua ... continúa con su búsqueda, la multinacional americana ha comunicado al comité de la antigua Villosa que presentará el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para despedir a sus 171 trabajadores el próximo lunes 3 de marzo. Curiosamente es una fecha simbólica en Álava, ya que se recuerda a los cinco trabajadores muertos por disparos de la Policía Armada en Vitoria en 1976 y es una jornada en la que las centrales sindicales se unen para demandar mejoras laborales.

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La noticia fue comunicada a los representantes de la plantilla en un encuentro el viernes por la tarde. Según han confirmado fuentes sindicales a EL CORREO, el comité ya ha hecho un llamamiento a los afectados para concentrarse ese día 3 a las 10.00 horas frente a la fábrica alavesa para protestar contra el cierre. La intención de ELA y LAB, tal y como avanzó este periódico, es que esas concentraciones sirvan para visibilizar la lucha de los 171 empleados de Guardian que están en riesgo de perder sus puestos. Es también el modo de organizar una asamblea durante la que los sindicatos les informarán de los avances de las reuniones tan pronto como salgan los representantes del comité de mantener encuentro con la dirección local de la vidriera.

La negociación del ERE precisa de un periodo de aproximadamente unos cuarenta días. Con esos plazos, lo lógico es que los despidos empiecen a materializarse hacia finales de abril, si antes no hay novedades. La concentración de los trabajadores del lunes 3 será la segunda movilización desde la manifestación que recorrió las calles de Llodio el 31 de enero, dos días después del apagado del horno, una de las más multitudinarias en la historia reciente del valle de Ayala.

Este próximo viernes está prevista otra concentración, también a las 10.00 horas, frente a la sede de la sociedad vasca de promoción industrial SPRI en Bilbao, en línea con el señalamiento al Gobierno vasco que tuvo lugar en la marcha de Llodio. Más adelante, la previsión de las centrales es convocar otra manifestación por las calles de Vitoria, pero con un abanico de reclamaciones que abarcará todo el valle de Ayala y no sólo la situación de Guardian.

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Un emblema en Ayala

Mientras los sindicatos retoman las movilizaciones, el Gobierno vasco asegura que sigue tratando de tejer una operación con inversores que permitan mantener la actividad en la antigua Villosa. Este sábado mismo, en las páginas de este periódico, el consejero de Industria Mikel Jauregi señaló que el Ejecutivo está «en conversaciones con los que podrían dar un futuro a la compañía». «Queremos un futuro industrial, con inversores de trayectoria acreditada y ya hay uno con un plan bastante avanzado. Vamos a intentarlo y ayudar desde el Gobierno», afirmó. Sobre la mesa de Industria hace una semana había «cuatro» propuestas de potenciales compradores para la histórica factoría alavesa.

Guardian es una de las firmas más emblemáticas del valle de Ayala. Con 90 años a sus espaldas, la vidriera anunció por sorpresa a la plantilla y al Gobierno vasco el 20 de enero el cierre de su fábrica de Llodio. La medida, que llegaba «con seis meses de preaviso», fue un mazazo para una zona de Euskadi que ya ha vivido en los últimos años otras clausuras industriales. La empresa explicó a los sindicatos que el cierre se debía a una avería de calado en el horno «float» de la factoría. Una infraestructura que se renueva periodicamente y que la última vez, en 2011, requirió una inversión de 40 millones para Guardian. Esta maquinaria industrial, según la multinacional, había experimentado un «reciente e imprevisto daño crítico» en la pared de carga que «impedía» a la compañía seguir operando de manera segura y fiable» en Llodio. El desmantelamiento de la fábrica se hará por fases. La primera era enfriar el horno, proceso que comenzó el 29 de enero.

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