Educación instalará barracones en el colegio de Legutio tras los problemas con la obra

La medida llega después de las reiteradas quejas de la comunidad educativa y tras una serie de reuniones y visitas de responsables públicos al CEIP Garazi que acoge a alumnado de Infantil y Primaria. Las familias denunciaron ya en el mes de noviembre, cuando la situación se tornó más preocupante, la «falta de planificación» en las obras de la escuela. Alertaron de que los alumnos se estaban viendo obligados a dar clase «entre cascotes» y concentrados todos en una única planta ya que los trabajos de rehabilitación impedían el acceso a siete aulas. Como solución al polvo y las vibraciones que provocaba la maquinaria pesada incluso se tuvieron que improvisar aulas en el frontón, el polideportivo o en la biblioteca municipal del pueblo. Exigían una respuesta urgente que ha llegado tras la vuelta de las vacaciones de Navidad, y es que la instalación de barracones no es la única novedad que se les ha trasladado.

Hasta que lleguen los módulos prefabricados se irá informando al equipo directivo sobre el plan de obra semanal para que puedan organizarse de la forma más efectiva. Además, según han podido saber los progenitores, se implementarán otras medidas de seguridad como la de no mover la grúa en horario escolar. «De momento estamos tranquilos, sobre el papel no tiene mala pinta, pero esperamos que se cumplan los plazos», trasladan desde el AMPA. De las tres opciones que les ofrecieron esta fue la que más les convenció. En un primer momento, las familias temían que la solución fuera trasladar a sus hijos a Vitoria ya que en Legutio no había otros lugares adecuados para la actividad lectiva. Pero finalmente se podrán quedar cerca de sus hogares.

El centro está inmerso desde septiembre en unas obras de rehabilitación de una duración de 14 meses para la redistribución de espacios. El departamento dirigido por Begoña Pedrosa ha destinado 2.475.593,6 euros (sin IVA). En los pliegos del contrato se estipula que «la obra tendrá que ejecutarse mientras los alumnos están en el interior del edificio, durante al menos un curso. Por lo que se diferencia distintas etapas para adaptar las necesidades de la obra con la compatibilidad de dar clases». Sin embargo, y pese a esas previsiones, desde el AMPA consideran que ha habido una «falta de planificación» y que, precisamente, esos trabajos no estaban siendo subordinados «a las necesidades del alumnado».