El edificio que el Ayuntamiento de Vitoria intenta vender se convierte en «refugio de palomas»
Sanidad alertó de «gran cantidad de excrementos» en un piso de Florida 28, que pasó a manos del Consistorio a cambio de celebrar misas. El gobierno afirma que lo ha limpiado
Nuevo capítulo en el culebrón de Florida 28, el edificio que el Ayuntamiento intenta vender desde hace dos años y que se encuentra bloqueado por ... una llamativa causa judicial. Una inspección de Sanidad lanzó la voz de alarma por la amplia presencia de palomas en una de las viviendas. En concreto, una de las situadas en la cuarta planta, que tenía al menos una ventana abierta. El informe advertía de una «gran acumulación de excrementos en el suelo, cocina y vigas bajo cubierta». Esta especie de 'invasión' de aves, que emplearon la vivienda como zona de «estancia y cría», comenzó a crear problemas de salubridad y a afectar al resto de pisos.
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La inspección exigió al Ayuntamiento limpiar el piso y «obstaculizar la nidificación» de las palomas. Eso sí, este proceso «en ningún caso debe ocasionar muerte o daño al animal», señala el propio informe. El equipo de gobierno (PSE-PNV) asegura que el expediente ha quedado «archivado» tras una nueva visita, realizada el pasado marzo, y que se daba por resuelta la situación. También se colocaron «redes antipalomas» en el edificio. «No hemos dejado de lado el mantenimiento», afirmó el concejal de Hacienda, Jon Armentia (PSE), tras ser preguntado por EH Bildu.
El bloque lleva tiempo vacío a excepción de un inquilino, ajeno al problema de las palomas al residir en uno de los pisos inferiores. Este vecino mantiene abierta una pugna con el Ayuntamiento porque duda de que sea el propietario legítimo del 75% del edificio (el resto se lo reparten dos vecinas que han aceptado vender su parte). El motivo es que esta persona asegura que el rocambolesco proceso que acabó con el inmueble en manos del Ayuntamiento no se cumplió «desde el inicio».
Por 108 misas al año
La propietaria del bloque, sin descendientes conocidos, cedió su titularidad a la Iglesia en 1978 a cambio de que se oficiaran 108 misas anuales por su alma y la de su marido. El Ayuntamiento pasó a ser su dueño al absorber el antiguo Hospicio y asegura que la deuda espiritual se saldó. No es eso lo que opina el inquilino, que mantenía una renta antigua que expiró en 2022, cuando comenzó esta particular batalla. Por un lado, el Registro de la Propiedad concede la titularidad al Consistorio, aunque en el Obispado de Vitoria «no consta» la celebración de las citadas misas, al menos en la capital alavesa. El caso acabó en el juzgado.
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Sin embargo, ni el contratiempo judicial ni el problema de las palomas han sido los únicos obstáculos que ha encontrado la reactivación del céntrico edificio. El Ayuntamiento intentó convertir parte del inmueble en una bicilonja, pero renunció al proyecto al aflorar una inspección técnica (ITE) negativa en 2018. «Renunciaron a reformarlo y optaron por la venta, pero dos años después aún no sabemos nada», recordó la portavoz Rocío Vitero (EH Bildu). El Gabinete Etxebarria insiste en que no se han producido novedades desde que el asunto entró en el juzgado.
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