El Consejo del Rioja elude el «ruido» en plena crisis de ventas

Lapuente defiende que este asunto no ha generado el cisma que muchos esperaban. «Pese a todo, durante estos dos años ha reinado la normalidad. En el día a día, y en un contexto muy complicado, hemos seguido abordando las diferentes situaciones con la participación de ABRA en todas las reuniones», señala y pone de relieve que han seguido aportando su punto de vista en las sesiones plenarias y no se han levantado de la mesa, como sí que sucedió con las bodegas familiares de La Rioja.

Y es que el representante de este organismo con sede en Logroño no quiere entrar en un 'cara a cara' con ABRA, aunque asegura que sus dirigentes «nunca» le han llegado a explicar claramente cuáles fueron los motivos para poner en marcha una nueva denominación. Él quiere huir de cualquier polémica y más ante la crisis en las ventas que sacude a todo el sector en los últimos años. «Claro que no es bueno que ocurran estas cosas. Cuanto más alineados estemos con los intereses comunes y menos ruido se haga, pues mejor. Lo único que ayudan son las buenas noticias y no se puede hacer mucho más. No es una cuestión de alzar más o menos la voz. Una vez que se ha abierto el melón y el asunto está sobre la mesa, pues hay que aguantar el tipo y seguir con el día a día», considera el director general del ConsejoRegulador.

Lapuente insiste en que hay que evitar que la región vitivinícola se convierta en «una jaula de grillos» y que lo que el Consejo Regulador ha buscado al judicializar todo este asunto es «defender un nombre y un patrimonio». «Aquí hay que competir por ser más atractivos y el ruido no ayuda a decantar en esa balanza. Esto es el equivalente a una carrera de maratón, en la que hay que estar siempre en cabeza para llevarte los premios porque los que se queden atrás no se van a llevar ninguno», pone como ejemplo.