«La coctelería está despuntando en Álava y puede convivir con el vino y la cerveza»

Vamos, que pueden mezclarse en las barras. Pero lo que quieren es también agitar este cóctel hostelero para aumentar el mercado de los preparados. Para ello, el 24 de este mes servirán en la copa más especial la sexta edición del concurso internacional de coctelería Basque Moonshiners. Después de algunas ediciones celebradas en otras comunidades y un año en blanco -de Ley Seca-, la vuelta prometen que será «la más especial. Porque volvemos a casa -su destilería está ubicada en Vitoria, pero las raíces en Fontecha- y porque lo hacemos con varias sorpresas».

Que la jornada arranque a la hora del aperitivo (12.00) no es casualidad. La fase final tendrá como primer escenario las terrazas de las Salinas de Añana, al más puro estilo 'MasterChef'. Allí se enfrentarán los seis mejores de esta edición en la que han participado 58. «Presentarán sus propuestas; muchos incluso traen sus propias copas. Deberán arriesgar, salirse del tiesto clásico. También se valorará que la bebida haga algún guiño, por ejemplo al origen. Y sobre todo, que técnicamente esté bien ejecutado», adelanta.

El público podrá aprovechar para aprender de la mano de los mejores, porque se podrá presenciar la final en directo (gratis). La fase crucial para dilucidar al campeón será a las 16.00 horas en Fontecha. Los tres mejores se enfrentarán a una prueba sorpresa. Y la tarde estará ambientada con un Dj y el coctelero Fernando Valencia que servirá a los que se acerquen cócteles gratis. Asimismo, un día más tarde, el 25 de abril, los organizadores ofrecerán una visita guiada por su destilería ubicada en Vitoria.

No es casualidad que cada finalista quiera llevar su propia copa. «Incluso algunos hablan con ceramistas para prepararles una expresamente para su creación». «La copa es muy importante. A veces se busca sorprender con la estética, como vasos con figuras -como cabezas de gorilas- o pirotecnia. Pero últimamente vemos que se apuesta por lo minimalista, para dar mayor protagonismo al líquido».

La presentación dependerá en gran medida de la técnica empleada durante la preparación, porque no es lo mismo agitar que mezclar. «En la coctelera buscas que el hielo enfríe la bebida, pero no se diluya. Y si lo mezclas, aguarlo un poco, pero hay que tener cuidado de no pasarse». Aquí entra en juego la pericia de cada uno. «No hay una norma estricta: los tiempos de preparación y las cantidades influyen muchísimo. Los libros te dan la base, pero luego cada uno tiene licencia para experimentar. Nunca habrá dos iguales». Lo que sí está claro es que ese equilibrio debe contar con «una parte de alcohol, cítrico, dulce y amargo».

«La coctelería es como la gastronomía, no conoce límites. Y todos pueden animarse a hacer sus creaciones, es muy democrático». ¿Qué ciudad sería una buena escuela para probar? «Salamanca se coloca como destinos 'top', pero también despuntan Gijón o Bilbao», enumera. Una lista en la que Vitoria asoma la cabeza. La oferta alimenta a la demanda». Y si Navarro tuviese que elaborar un menú con cico cócteles, su propuesta sería «Negroni, Bloody Mary, Moscow Mule, Penicilin y Gin Fizz».