38.000 aspirantes para la primera OPE de Osakidetza en cuatro años

Esta OPE se divide en dos fases -hoy culminará la primera- con un total de 38.654 aspirantes a las 1.611 plazas que salen a concurso este fin de semana. Una vez completado el proceso selectivo, el número total alcanzará los 3.535 puestos.

Minutos antes de que arrancara el examen inicial, el de médicos de familia con 332 vacantes, la actual consejera de Salud, Gotzone Sagardui, se pasó por este edificio que preside el Campus universitario de Álava para insuflar ánimos a los candidatos. «Para nosotros es fundamental dotar de estabilidad a la plantilla porque el bien más preciado que tenemos son nuestros profesionales», argumentó.

Esta OPE llega después de las críticas sindicales y de la oposición parlamentaria por la interinidad en este colectivo, básico en la sociedad actual. «Es un gran día que inicia un camino que iremos desarrollando este año para ganar en estabilidad, en empleo estable y de calidad», cerró.

Un protagonista inesperado se coló este sábado en las pruebas: el excesivo calor en las aulas. Finalizada la primera prueba, la comidilla en los corrillos no eran las 150 preguntas a las que se habían enfrentado los opositores sino las altas temperaturas en el interior del aulario. Pese a que desde la organización aseguraron que el aire acondicionado estaba «activado», las ventanas abiertas de par en par «por el covid» elevaron el mercurio hasta cerca de los treinta grados para desespero de todos los participantes en la prueba.

La vizcaína María fue de las que peor lo pasaron. A la salida del examen, el rostro de esta embarazada denotaba su mal rato. «Lo he pasado fatal. Rellenando las preguntas pensaba 'necesito terminar porque esto es insoportable'. Está todo abierto, hace mucho calor, pero ya está», compartió esta médico de familia interina en su territorio histórico natal.

«Yo creo que no hay aire puesto. Estábamos con las ventanas abiertas, pero era horrible», indicó Marian, quien ejerce en Urgencias de manera provisional. Respecto a la prueba manifestó que «ha sido más asequible que otras veces, aunque mi hándicap es que no tengo euskera». De la misma opinión era Amaia. «Es que hace una temperatura parecida aquí fuera en la calle que en el interior del aula». A la hora de esta entrevista, las 11.45 horas, el termómetro marcaba 32 grados en la calle Nieves Cano. Con frío o calorina, esta interina en Urgencias albergaba pocas esperanzas de aprobar. «Es que no me lo he preparado», reconocía.