7.925 árboles de Vitoria entran en cuidados intensivos
El Ayuntamiento chequea las especies más altas por su «riesgo aparente» e inicia en El Prado un plan de recuperación
Vitoria extrema la precaución sobre su arbolado. El Ayuntamiento, que se encarga de preservar los más de 112.000 árboles que se reparten entre ... calles, parques, jardines y plazas (sin tener en cuenta el Anillo Verde) está sumido en una estrategia de búsqueda de soluciones para adaptar sus zonas verdes a un cambio climático que con las lluvias intensas y el calor extremo está dañando (o podría hacerlo en un futuro) a la masa arbórea.
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Según ha podido saber EL CORREO, para proteger ese patrimonio 'green', el Gobierno local (PSE-PNV) ha encargado un chequeo a 7.925 árboles de gran porte que podrían estar afectados por un «riesgo aparente». Esta acción complementará al plan integral de recuperación del arbolado que busca sanear el suelo de sus parques para frenar el debilitamiento de los árboles y que está en marcha ya en El Prado.
Los responsables de la Unidad de Paisaje Urbano de Espacio Público, departamento que depende de la concejala jeltzale Beatriz Artolazabal, acaban de sacar a licitación un análisis de alrededor del 7% del arbolado urbano que compone la capital alavesa. En esa evaluación –que se ha sacado a contratación por 30.000 euros porque urge y «no se puede dilatar en el tiempo»– se va a poner el foco en las especies con más altura, las que superen los 12 metros, como los castaños de indias, comunes en el Paseo de la Senda o los tilos, visibles en La Florida, por citar algunos ejemplos.
«Puede haber árboles en buen estado fisiológico con peligro por golpes de vehículos o vientos»
Alejandro Ruiz Rolle
Arborista
Fuera del listado se quedan los abetos, abedules, cedros, cipreses, tejos, los plátanos de sombra, las secuoyas y las especies calocedrus, cypromeria, prunus, quercus y tuya (más conocida como árbol de la vida) porque «raramente sufren fallos en sus estructuras».
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Pero en Vitoria conviven alrededor de 150 especies, así que el estudio será exhaustivo y deberá realizarse en poco más de un mes desde que se formalice el contrato.
Respecto al «riesgo aparente» que podrían presentar estos ejemplares, según explica el técnico arborista del Consistorio, Alejandro Ruiz Rolle, éste «está directamente relacionado con la energía potencial que una masa cualquiera genera en su caída; es mayor cuanta más altura existe desde donde se desprende y se relaciona con el tamaño de la parte que falle y con la posible diana o punto de impacto».
7% Es el porcentaje de arbolado urbano
que englobará este análisis que, desde que se formalice el contrato, deberá completarse en poco más de un mes.
Especies
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Los castaños o tilos, objetos de estudio. Son algunos de los árboles que se analizarán en profundidad y de manera individualizada. Estos son visibles en zonas céntricas de la ciudad como el Paseo de la Senda o el parque de La Florida.
Aunque, según subraya el arborista, «puede haber árboles en perfecto estado fisiológico que presenten riesgo debido a obras que seccionan sus raíces, golpes de vehículos, malformaciones desde su fase juvenil, roturas por fuertes vientos...».
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Por eso mismo, a los expertos se les pide una evaluación en profundidad e individualizada, hasta «con prismáticos si fuera necesario», y se prohiben las inspecciones rápidas a través del uso de vehículos a motor, excepto para los desplazamientos.
Mala calidad del suelo
«Con este contrato incorporamos herramientas técnicas que nos permitirán conocer con mayor precisión el estado de los árboles de mayor tamaño y anticipar posibles riesgos. Además, forma parte de una estrategia más amplia para adaptar la gestión del arbolado al actual contexto climático», incide Artolazabal.
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Con todo, el trabajo visual no se limitará a una simple inspección sino que se completará con acciones correctivas, que se concretarán en función del nivel de riesgo que presente cada ejemplar y que, según precisa el especialista municipal, podrían traducirse en «podas en forma de leves (con cortes pequeños y superficiales), mejora de copas, vigilancia en períodos concretos (cuando haya una situación meteorológica desfavorable, se entiende) o con actuaciones sobre el suelo».
Ruiz Rolle insiste en este último punto porque «lo que influye siempre en el decaimiento progresivo de las especies es la degradación de las características del suelo».
12 metros.
Es la altitud que deberán tener los árboles para que entren dentro de esta evaluación que ha encargado el Consistorio. Por su buena estructura se dejan fuera del listado a especies como los plátanos de sombra, las secuoyas, los tejos, o los cipreses, entre otros.
Plan de suelo
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El decaimiento se origina en la tierra. La compactación de la tierra «estresa» al arbolado. Así, el Ayuntamiento curará los suelos de Arriaga, Olarizu y Judimendi tras actuar en El Prado.
En este sentido, el Ayuntamiento ha iniciado en El Prado un plan integral de recuperación del arbolado, que contempla la descompactación del suelo y la plantación de 44 nuevos árboles de gran porte y masa foliar.
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Esta actuación, que supondrá una inversión cercana a los 50.000 euros, parte de un diagnóstico previo en el que se detectó que los árboles mostraban signos de debilitamiento como pérdida de follaje, marchitamiento de las hojas y reducción del crecimiento.
Un «estrés» que para algunos ejemplares fue mortal y que apuntaba a la mala salud del suelo, que a su vez, tenía que ver con la compactación de la tierra y los efectos del cambio climático. Es decir, con los veranos más secos y calurosos, «los suelos, naturalmente arcillosos, se agrietan y endurecen». La estrategia que se ha armado para 'curar' los suelos se repetirá tras la actuación de El Prado en Arriaga, Olarizu y Judimendi.
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Las ramas, otro foco a vigilar tras la huelga de jardineros
La huelga de los jardineros, que ha llegado a su fin esta semana tras 197 días de paro, también ha podido afectar al arbolado, además de al estado completamente asilvestrado en el que se han encontrado hasta este pasado jueves las zonas verdes de la ciudad. Esta es una posibilidad que analizarán con detenimiento en los próximos meses la Unidad de Paisaje Urbano del Ayuntamiento. Pero, según apunta el técnico arborista municipal, Alejandro Ruiz Rolle, «la falta de riego de los sistemas automáticos de aspersión-difusión puede acabar a corto o medio plazo en roturas de ramas».
Esos mecanismos de riesgo, de cuyo mantenimiento se encargan los trabajadores de Enviser, han estado inutilizados en verano por averías y falta de conservación. Así que esa «falta de agua» en una estación que suele ser seca y carente de lluvia, ha podido ocasionar «decaimiento o daños vasculares», con fibras disecadas o «cavitación de vasos».
Retirada de hojas
Ruiz Rolle pide prudencia en este aspecto porque «los fracasos debido a la desecación de fibras son poco conocidos y aún es prematuro afirmar nada al respecto». Pero sí se pondrá especial atención en este aspecto después de la situación atípica en la que se han encontrado los parques y jardines de la capital alavesa durante los últimos seis meses.
Por su parte, la prioridad para los jardineros es la siega de zonas donde más ha crecido la hierba y no han llegado los servicios mínimos y, también, se afanarán en la retirada de ramas caídas y hojas que hay en los espacios verdes.
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